Este viernes 10 de marzo se cumplirán los primeros cien días en el poder del gobernador Miguel Ángel Yunes Linares, motivo por el que algunos de sus sesudos asesores políticos le habrían propuesto al mandatario panista celebrarlo en grande, pues además están en puerta los comicios municipales de junio próximo y, en breve, el gobierno del estado tendrá que sujetarse por ley a la veda electoral.
Sin embargo, lo que muchos se preguntan –incluyendo funcionarios menores de su propia administración que decepcionados ya desertaron o están preparando maletas para abandonar el barco yunista, lo que indicaría que el supuesto proyecto de ocho años de la familia Yunes Márquez en la gubernatura comenzaría a hacer agua– es qué “logros”, “obras” y “acciones” de gobierno va a cacaraquear el gobernante del PAN, cuando en estos tres meses y diez días de su administración ni siquiera ha cumplido su principal promesa de campaña de encarcelar al ex gobernador Javier Duarte y a toda su pandilla de cómplices que saquearon las finanzas públicas de la entidad, algunos de los cuales inclusive van a ser postulados a las alcaldías por el partido blanquiazul, como es el caso del ex contralor general del Estado, Ricardo García Guzmán, a quien Yunes Linares personalmente persuadió para que contendiera por la presidencia municipal de Pánuco, que desde enero de 2014 está en manos de su primogénito Ricardo García Escalante.
Inclusive, como en el proceso electoral de 2016 le redituó buenos resultados en las urnas, ahora Yunes parece querer seguir sacando raja a las corruptelas y excesos de Duarte y su banda, pues luego de que hace tres semanas montó un show mediático para dar a conocer el hallazgo en Córdoba de una bodega que supuestamente pertenecía al ex gobernador prófugo, este martes filtraron a un diario capitalino muy afín al mandatario veracruzano del PAN la relación de gastos personales de la señora Karime Macías Tubilla, quien desde el primer año del régimen de su esposo gastó con sólo una tarjeta de crédito 8 millones de pesos en ropa, artículos y hoteles de lujo.
Pero hasta la fecha no ha intentado detener a Duarte ni a su esposa, quienes a mediados de octubre pasado se dieron a la fuga luego de que la Procuraduría General de la República obtuvo orden de aprehensión en contra del ex gobernador por delincuencia organizada y lavado de dinero, ambos delitos del fuero federal. Por eso Yunes, muy cómodamente, ha delegado a la PGR la responsabilidad de encarcelar a su antecesor, pero parece olvidar que él personalmente también presentó sendas denuncias penales en contra del ex priista ante la Fiscalía General del Estado por otros presuntos actos ilegales del fuero común.
Si Yunes se ha jactado públicamente de haber localizado y perseguido inclusive hasta el extranjero a los principales socios y operadores financieros coludidos con Duarte y su mujer, a los cuales intimidó para que colaboraran con la PGR y reintegraran parte de los recursos saqueados al gobierno de Veracruz, ¿por qué entonces no ha podido ubicar también al ex mandatario para ponerlo a disposición de la Fiscalía federal?
Pero además, con excepción de Leonel Bustos, ex titular del Seguro Popular, y de Arturo Bermúdez Zurita y de Gabriel Deantes Ramos, ex secretarios de Seguridad Pública y de Trabajo, actualmente sujetos a proceso penal, a ningún otro ex colaborador ni familiar cercano a Duarte se le ha fincado responsabilidad por el saqueo financiero que se les atribuye, no obstante que en su campaña Yunes amenazó públicamente que encarcelaría al suegro del ex gobernador, Antonio Macías, así como a las cuñadas, concuños, sobrinos políticos y hermanos del ex mandatario que presuntamente malversaron recursos públicos y que habrían hecho negocios particulares a través del tráfico de influencias, una reiterada promesa que finalmente le redituó más de 120 mil votos de ventaja para llevarlo al poder.
Igualmente prometió reducir en un 50 por ciento los índices de inseguridad en los primeros seis meses de su gobierno, pero la violencia lo ha rebasado a tal grado que además de la Gendarmería Nacional ahora ha solicitado a la Federación el apoyo de la Policía Militar.
Además se ha echado encima el repudio de los cientos de burócratas que de muy mala forma despidieron al inicio de su administración, cuyo enojo estalló en cuanto descubrieron que no fueron echados para adelgazar la nómina gubernamental y reducir el gasto corriente sino para contratar a panistas y perredistas, algunos provenientes de otros estados.
Tampoco ha reaccionado como la congruencia política lo ameritaba ante las denuncias acerca de las sospechosas licitaciones que se vienen dando en la Secretaría de Salud, según se lo señaló públicamente el empresario y ex diputado local del PAN, Alejandro Cossío. En respuesta a los reporteros que este miércoles le preguntaron sobre este caso, el gobernante del blanquiazul declaró en el puerto de Veracruz que “yo no litigo en medios”, no obstante su frecuente exposición mediática en lo que va de su administración. A su lado, por cierto, estaba Luisa Ángela Soto, dirigente de la Sección 26 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Secretaría Salud, a la que el ex secretario Juan Antonio Nemi Dib acusó el sexenio anterior de corrupción a pesar de la protección que le brindaba Javier Duarte a la lideresa sindical, quien el año pasado fue blindada políticamente por el ex priista como diputada plurinominal por el PRI. Sin embargo, ayer Yunes la elogió públicamente al decirle que “eres una gran colaboradora”.
La más reciente contradicción de Yunes Linares y su equipo se acaba de dar en el ámbito deportivo. El pasado viernes 3, por ejemplo, inauguró en Boca del Río –municipio gobernado por su hijo Miguel Ángel Yunes Márquez, aspirante a sucederlo el año próximo en la gubernatura– la Olimpiada y Paralimpiada Estatal Veracruz 2017, donde afirmó que su administración será la que más impulse el deporte en el estado, pues lo consideró indispensable para una sociedad sana, ya que permite a los niños y jóvenes tener clara conciencia de lo que es la disciplina, la constancia y la persistencia.
Ahí les manifestó a los participantes de los 212 municipios del estado que con estas competencias comenzaba el programa deportivo más importante en la historia de la entidad. Pero cinco días después, este miércoles 8, deportistas paralímpicos tuvieron que salir a botear con todo y lluvia a las calles de Boca del Río para pedir apoyo a la población para viajar a Brasil a los Juegos Panamericanos Juveniles, ante el nulo apoyo del Instituto Veracruzano del Deporte que dirige Ángeles Ortiz, una atleta paralímpica tabasqueña.
La Presidenta de la Asociación Veracruzana del Deporte sobre silla de ruedas, Martha Beatriz Reyes Domínguez, acusó que los siete jóvenes que ganaron su pase a la justa deportiva sólo han encontrado las puertas cerradas en el IVD desde que inició esta administración. Incluso apuntó que en el sexenio pasado, aún sin recursos porque la situación era también complicada, nunca les negaron el respaldo para participar en este tipo de actividades. Lamentó que Ortiz, ahora como funcionaria, ni siquiera les dé la cara.