Hay que reestructurar la deuda pero a la voz de ya, dijo el gobernador Miguel Ángel Yunes Linares, que pintó un panorama lo que le sigue a negro si no se toma esa medida.
“La crisis puede agravarse si no se avanza en la reestructuración … Si no se actúa con prontitud, se avecina una crisis económica y social de consecuencias incalculables”, expuso ante legisladores locales.
Agregó que de seguir las cosas como van el SAT puede embargar 15 mil millones de pesos de las participaciones federales y eso sería la muerte, caballero.
Y es que los pasivos suman 45 mil millones de pesos, más las penalizaciones, más el incremento en la tasa de interés, más la aceleración de pagos de varios créditos, más la madre que los parió.
Cada mes –aseguró- se paga el triple de dinero nomás de puros intereses. Y si no se hacen estos pagos se corre el riesgo de caer en la ilegalidad.
Peor, imposible.
Así es que o se restructura la deuda o los veracruzanos le tendrán que decir adiós a su estado porque en una de esas se los embargan para rematarlo en una subasta.
En pocas palabras Yunes planteó así la disyuntiva: restructuración o el caos.
Todo eso que dijo está bien y la reestructuración puede ser un paliativo, más no la solución.
En caso de que la deuda se renegocie, lo único que harán los bancos será alargar el plazo de pago con la consecuente generación de intereses.
Pero el gobernador está equivocando el término, está hablando de deuda cuando debería hablar de saqueo.
Deuda sería si ese dinero se hubiera invertido en escuelas, hospitales, medicinas, caminos rurales, carreteras, puentes, seguridad y otros menesteres.
Pero no fue así. Junto con Javier y Karime hubo un grupo de gañanes que desviaron esos recursos en beneficio propio.
¿Qué espera la justicia que no los llama a cuentas?
Al referirse a los 11 cadáveres que miembros del hampa tiraron en Boca del Río, el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, dijo: “Los tenemos identificados y vamos por ellos… No nos van a doblegar”.
Y Yunes Linares de inmediato le tomó la palabra. Pero ambos olvidan algo muy importante.
Con Veracruz se cometió un crimen que se llama saqueo al erario, y tanto las autoridades federales como estatales tienen bien identificados a los criminales aunque anden disfrazados de ex cónsules, diputados, desempleados multimillonarios y hasta de candidatos a una alcaldía como es el caso de Pánuco.
¿Por qué no los detienen? ¿Por qué no los llevan ante un tribunal? ¿Por qué no les incautan lo que se robaron? ¿Por qué los siguen protegiendo?
Estos individuos son tan criminales como quienes han causado muerte y desolación en Veracruz, sólo que a diferencia de los matones, los criminales de cuello blanco se pasean con la mayor desvergüenza sabedores de que la justicia les está pelando los dientes.
Si los obligan a devolver lo que se robaron, ese dinero sería más, mucho más que un paliativo económico para la entidad. Y serviría de ejemplo para que los funcionarios le piensen dos veces antes de meter las manos en el cajón del erario.
Ahí están esos criminales, se saben sus nombres con sus apellidos y los tienen perfectamente localizados. ¡Qué carajos están esperando para ir por ellos y apañarlos!
Acierto en CMAS
A pesar de que lleva poco tiempo en el cargo, ya se ve la mano de Víctor Hugo García Pacheco en la Comisión Municipal de Agua y Saneamiento de Xalapa. Apenas tomó el mando de esa oficina, Víctor Hugo se abocó a hacer más eficiente el trato con la ciudadanía y a corregir fallas que la dependencia venía arrastrando desde hace años.
El nuevo titular de CMAS no es ningún improvisado, conoce a fondo los problemas de la red de agua potable que abastece a la ciudad capital y sabe cómo solucionarlos. Su nombramiento es sin duda un acierto más del alcalde Américo Zúñiga, en la recta final de su mandato.