La relación entre el gobernador de Veracruz, Miguel Ángel Yunes Linares, y el fundador y máximo dirigente del Movimiento de Regeneración Nacional, Morena, ha sido una historia de desencuentros e intercambio de señalamientos, descalificaciones y adjetivos.
El reciente episodio protagonizado por ambos personajes no es más que un eslabón en la cadena.
Recordemos que previo a la campaña de 2016, cuando estaba en juego la gubernatura de la entidad, López Obrador estuvo en reiteradas ocasiones en Veracruz, donde dirigió sus misiles verbales contra Yunes Linares, a quien calificaba como parte “de la misma mafia de poder”, en un discurso que se observaba como una réplica de las descalificaciones usadas por el de Morena contra sus adversarios del PRI, PAN, Los Pinos, Calderón, Peña Nieto, Salinas de Gortari y una muy larga lista de grupos y políticos.
A mediados de abril de 2016, por ejemplo, el ex candidato presidencial estuvo en Papantla, donde calificó al actual ejecutivo veracruzano, entonces aspirante a la gubernatura, como “cínico e hipócrita”; de igual manera, destacó en su discurso ante los papantecos que la solución a la corrupción priista no estaba en Acción Nacional, dado que estos dos partidos “son lo mismo”. En aquella ocasión, el popular Peje, habló de las propiedades que le atribuían a Yunes Linares (mansión en Boca del Río, departamento de Nueva York, yate en Cancún), mismas, ironizó, que “no tiene ni Obama”; de igual forma, acusó que detrás del candidato de la alianza PAN-PRD al gobierno veracruzano se encontraba el ex presidente Carlos Salinas de Gortari.
Otro episodio de esa historia de desencuentros ocurrió en agosto del año pasado, a propósito de la disputa por el distrito de Cosoleacaque, entre Morena y la alianza PAN-PRD: López Obrador se reunió con diputados federales de su partido, ante los que dijo que en Veracruz no habría un cambio de sistema, a pesar de la victoria electoral de Yunes Linares, en virtud de que PAN y PRI, dijo, son la misma cosa.
En respuesta a dicho comentario, el entonces gobernador electo descalificó al ex candidato presidencial; destacó que primero debería explicar a los mexicanos cómo es que con 50 mil pesos mensuales de ingreso, que consignó en su declaración patrimonial, podía ir al juego de las estrellas, celebrado en San Diego, cuando únicamente los boletos de avión tienen un precio de 60 mil pesos, más las entradas, que se cotizaron en poco más de 25 mil.
Cinco meses después de dicho episodio, a mediados de enero del presente año, las acusaciones mutuas entre dichos personales volvieron a los medios y a las redes sociales: en Zozocolco, sierra del Totonacapan, López Obrador hizo un llamado a Yunes Linares para que explicara si tuvo algún acuerdo con el presidente Enrique Peña Nieto y con el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, para dejar libre al ex gobernador Javier Duarte de Ochoa a cambio de recursos para el gobierno de Veracruz. Posteriormente, muy cerca de ese lugar, en Coyutla, Andrés Manuel se lanzó contra la supuesta incapacidad del gobierno de Yunes por frenar la ola de inseguridad que se registra en Veracruz.
Por su parte, el ejecutivo veracruzano denunció, a través de sus redes sociales, que los candidatos de Morena en la entidad habrían sido financiados por el ex gobernador Javier Duarte de Ochoa: “yo combatí a Javier Duarte; López Obrador negociaba con ellos. Yo logré sacar a Duarte del gobierno y antes de tomar posesión recuperé más de mil 200 millones de pesos, mientras… los líderes de Morena en el sur de Veracruz recibían del gobierno de Duarte 2.5 millones de pesos casa mes con la amenaza de cerrar las válvulas de la presa Yuribia y dejar sin agua a Coatzacoalcos”; López Obrador, acusó Yunes, lo sabía…”
Los dos personajes, en síntesis, se han lanzado acusaciones por supuestos actos de corrupción y por presuntos nexos con el Partido Revolucionario Institucional.
El más reciente desencuentro se registró hace dos días, en el marco de la más reciente visita de López Obrador a Veracruz. Entrevistado por reporteros locales, el de Morena tiró un petardo verbal contra el gobernador del estado, a quien calificó como protegido de la “mafia del poder”; si bien las palabras del Peje no consignaron acusaciones nuevas (exceptuando las que tienen que ver con la participación política de los hijos del gobernador), la respuesta de Yunes Linares fue casi inmediata; primero, habló del “desequilibrio mental” y luego retomó las acusaciones contra el de Morena por presuntamente recibir dinero del gobierno del estado, como pago al chantaje de la presa Yuribia.
Tras ello se registró el reto de AMLO a Yunes para que el gobernador probara sus dichos sobre supuestos vínculos con el duartismo; después, una guerra de videos y descalificaciones en redes sociales, que fueron consignadas oportunamente por los medios informativos estatales y nacionales.
El tema dará mucho de qué hablar conforme avance el proceso electoral local de 2017 y, sobre todo, en la medida en que se acerque la renovación del poder ejecutivo del estado, el próximo año. La batalla, se anticipa, será una guerra sin cuartel entre estos dos personajes de la política nacional. @luisromero85