Quién sabe si el gobernador Miguel Ángel Yunes Linares tiene conciencia del daño que políticamente se está haciendo a sí mismo y, por ende, a la credibilidad de su administración; pero la ligereza con la que sigue acusando públicamente a ex funcionarios duartistas y a su acérrimo enemigo político, el ex gobernador Fidel Herrera Beltrán, más temprano que tarde se le va a revertir negativamente si no pasa de la denuncia mediática a presentar cargos bien sustentados que motiven el inevitable ejercicio de la acción penal.
Y es que lo que bien le funcionó en su campaña electoral para llevarlo al poder, ahora como gobernante no le va a generar los mismos dividendos políticos ante un decepcionado pueblo cuya hambre y sed de justicia no tiene visos de ser saciada plenamente, ni su patrimonio ser resarcido en su totalidad, como se los prometió.
Quizá suponga que la estrategia le servirá para acalambrar y neutralizar a los operadores electorales de Herrera Beltrán, quien recién acaba de entregar el Consulado de México en Barcelona y se disponía venir a hacer “política interna” en Veracruz en el proceso municipal de este año, pero las acusaciones que últimamente les ha hecho –primero lo de los supuestos placebos para infantes enfermos de cáncer, y este lunes el señalamiento de que Fidel y su sucesor, Javier Duarte de Ochoa, actualmente prófugo por presuntos delitos del fuero federal, habrían comprado mil 800 millones de pesos de medicamentos a empresas creadas exprofeso por familiares del diputado federal priista Jorge Carvallo Delfín–, obviamente ha exacerbado la animosidad de los veracruzanos y de la sociedad mexicana en general en contra de ambos ex gobernantes del PRI, pero si Yunes Linares finalmente no logra que sus adversarios comparezcan ante la ley, el efecto político que conseguirá sería el mismo de un boomerang.
El gobernador panista de Veracruz debería verse en el espejo del gobernador de Nuevo León, el independiente Jaime Rodríguez Calderón, “El Bronco”, quien aparentemente cumplió su palabra de llevar a prisión a su antecesor Rodrigo Medina de la Cruz, el cual fue fichado y fotografiado con el traje naranja de recluso pero al día siguiente fue puesto en libertad, lo que provocó en la agraviada sociedad neoleonesa un enojo mayor a la satisfacción que había manifestado cuando al ex mandatario priista se le recluyó.
Este martes, por ejemplo, se suscitó la misma reacción en la opinión pública veracruzana al conocerse que el ex encargado del programa Seguro Popular, Leonel Bustos Solís, acusado por el presunto desvío de 2 mil 300 millones de pesos, había salido de prisión para enfrentar su proceso en libertad.
El ex colaborador de Herrera Beltrán y de Javier Duarte abandonó la cárcel de Pacho Viejo luego que el 20 de enero la Juez de Control, Verónica Rodríguez Suazo, le había dictado auto de vinculación a proceso como probable responsable de los delitos de abuso de autoridad, incumplimiento de un deber legal, peculado y tráfico de influencias.
La liberación del ex funcionario duartista fue un duro golpe mediático para la Fiscalía General del Estado a cargo del abogado yunista Jorge Winkler, quien personalmente estuvo pendiente de este caso.
En cuanto al presunto suministro de agua destilada en lugar de tratamientos de quimioterapias a niños enfermos de cáncer durante la administración de Duarte de Ochoa, el secretario de Salud del gobierno federal, José Narro, acaba de reiterar que aún no se tiene ningún caso documentado como tal en los expedientes que han investigado hasta ahora.
Por tal motivo, el ex rector de la UNAM dijo que han pedido a la Secretaría de Salud de Veracruz que aporte mayor información y documentación de los supuestos casos de aplicación de agua destilada. Destacó que en este caso se tiene que hacer una investigación “de varios tipos” para comprobar que se cometieron situaciones tan delicadas como esta. “Hasta la fecha no hemos encontrado alguna prueba, hemos solicitado al gobierno del estado, al secretario de salud, que nos hagan llegar información que nos permita conocer esa situación si es que la pueden documentar y que no son dichos”, apremió.
El funcionario federal puntualizó que entre los cientos de expedientes que llevan revisados sólo han encontrado un caso documentado de irregularidad en una ampolleta y que fue aplicada a un adulto enfermo de cáncer, no a un niño. “Hemos encontrado documentalmente algunas situaciones que correspondieron a una unidad de un medicamento que se utiliza para atender pacientes no pediátricos, adultos, con cáncer, que hubo alguna falla y que se documentó entre 2010 y 2011, nada más una unidad, una ampolleta”, detalló.
Insistió que en lo revisado hasta el momento no han encontrado un caso en donde haya una falla de esa naturaleza y que haya provocado problemas de salud o incluso la muerte en niños o adultos. Además señaló que estarán revisando cerca de mil 500 expedientes más para hacer un análisis exhaustivo de la información y que al final, de encontrar irregularidades, se procederá en contra de quien o quienes resulten responsables.
Sin embargo, el gobernador panista y sus hijos ya condenaron a Herrera Beltrán. Fernando, que inclusive preside la Comisión de Justicia del Senado de la República, declaró la semana anterior que “esperamos que la PGR actúe de inmediato en contra de Herrera y que no le permita que se escape como pasó con Duarte”; mientras que su hermano Miguel Ángel, el alcalde boqueño, al preguntársele sobre las acusaciones en contra del ex gobernador por el presunto suministro de medicamentos apócrifos a pacientes con cáncer durante su administración, dijo que Fidel “tiene muy poca madre”. Además, sin pruebas contundentes, el edil y aspirante del PAN a la gubernatura de 2018, se atrevió a especular que “incluso se habla que su hijo es el dueño de la empresa que hacía las mezclas falsas…”
Si de veras tienen elementos de prueba para imputar estos delitos de tamaña gravedad, ¿entonces por qué no proceden penalmente para que se les aplique todo el peso de la ley a los responsables? Más les valdría dejarse de tanta palabrería, porque ya empiezan a hartar.