Por lo nauseabundo de la cloaca destapada en la Secretaría de Salud, muchos veracruzanos esperaban que la nueva administración estatal colocara al frente de este lastimado sector a funcionarios más sensibles. Sin embargo, grande es la decepción que hasta ahora se han llevado quienes esperaban realmente un cambio de fondo con la alternancia en el poder. Uno de ellos es el doctor Salvador Rangel Abud, quien está por cumplir 40 años de servicio. A continuación reproducimos un texto de su autoría que nos hicieron llegar, en el que expone serias observaciones y plantea obligadas interrogantes.
“Hace más de dos meses anoté que Veracruz me daba pena por los crímenes y actos de corrupción que la envolvieron durante muchos años. Ahora vuelvo a escribir ya con casi dos meses de trabajo del llamado ‘Gobierno del cambio’ que esperábamos que hubiera en realidad un cambio, pero no solamente de funcionarios ineptos y corruptos por otros que también lo son; no solamente de discursos vacíos y vanos del Ejecutivo, pues los de ahora también lo parecen al no cumplir sus promesas de campaña. Y es que cómo cumplirlas si pareciera que aún continúa en campaña.
“En el Sector Salud despidieron a cientos, tal vez a miles de empleados de contrato con la que creímos era una bien intencionada fórmula para reducir el peso del gasto en el capítulo 1000 de servicios personales, pero cuando nos enteramos que ahora están metiendo a otras personas para cubrir esos mismos contratos confirmamos que no era para reducir el gasto, obviamente era para poner a aquellos que representan sus compromisos de campaña.
“Analizamos la estructura del Cuerpo de Gobierno de SESVER y, salvo honrosas excepciones, la gran mayoría de las personas son poblanos o boquenses que ninguna experiencia tienen en el Sector Salud y menos aún en la Administración de los Servicios de Salud, que es lo mínimo que deben tener quienes pretenden coordinar las acciones que van dirigidas a una población enferma y cansada de malos servicios, que por desgracia han continuado y van a continuar porque los ‘nuevos’ profetas del Gobierno del Cambio no atinan a saber cuál es el camino y sólo se hacen bolas acomodando a sus amigos y camaradas de partido, cometiendo el mismo error y delito de pensar que en Veracruz no hay gente con capacidad y experiencia para hacer las cosas bien.
“Yo ya estoy viejo y cumpliré 40 años de servicio en tres meses y ya no me espanto de nada, pero esa experiencia me resulta suficiente para gritar a los cuatro vientos. Cuánto dolor me causa ver la desgracia en que está sumido el sistema de salud veracruzano, y más aún saber que el equipo de trabajo que es el responsable en esta administración ‘del cambio’, lo único que cambió fue a los funcionarios pero no la expectativa del pueblo. Y cómo van a cambiar si están más preocupados por andar cuidando a la base trabajadora de la Secretaría de Salud para que no hable, no se levante de su lugar, no platique, no comente, no mire para otro lado, no tome café, pero no saben decirle qué es lo que deben hacer para levantar el nivel de salud de la población. Y ojalá y no vayan a salir con que no pueden mejorar porque estaban muy mal las cosas, porque quiero suponer que ya sabían a lo que se iban a enfrentar. Y, si no es así, entonces no sirven para el reto.
“En 1992, cuando tuve el honor de ser Director de Asistencia Pública del Estado y Coordinador General de Hospitales por invitación de la secretaria de Salud, Dra. Edith Rodríguez Romero, tuve el honor de conocer al hoy Gobernador del Estado y era un hombre recio y brillante que dirigía la Entidad desde la Secretaría de Gobierno como el hombre fuerte de Patricio Chirinos. Hoy me pregunto: ¿dónde está ese hombre prometedor? También tuve el gusto de trabajar con el Dr. Irán Suárez Villa, actual secretario de Salud, quien se desempeñaba como Director del Hospital de Perote, adscrito a la Institución que me encomendaron y que era un hombre limpio, pujante, honesto, humilde de corazón. Hoy veo un secretario lleno de soberbia, que no atiende su trabajo por estar todo el tiempo detrás del Gobernador. En mi niñez, durante mis estudios en la escuela secundaria Experimental de Pedagogía, fui compañero de Laura García Beltrán tanto en los estudios como en las competencias de atletismo, y era una niña empeñosa, talentosa y llena de alegría. Hoy veo a una Directora del DIF llena de intolerancia, con escasa sensibilidad para con sus colaboradores y severamente criticada por los medios por esa razón. Y con todo esto me pregunto: ¿Qué pasó con todas esas personas que me alegraba que llegaran al poder ya que les concedía capacidad y sensibilidad para hacerlo no sólo bien, sino excelente? Y me encuentro con una respuesta desalentadora: Ya no son los mismos. Fueron cambiados por funcionarios resentidos, soberbios y vengativos con quienes no tuvieron la culpa del mal gobierno que vinieron a desterrar, como lo son los trabajadores de las instituciones de salud, y que además no conocen a su estado pues se formaron en otros horizontes y latitudes, y ahora vienen pensando que conquistan al Totonacapan y que los conquistados son ladrones, ladinos y haraganes. El auténtico síndrome de Hernán Cortés.
“Y lo mismo pasa en todas las instituciones del actual gobierno. Saña, prepotencia, soberbia, venganza, desconfianza, y todas las taras que deben ser enfocadas sólo a los ladrones y corruptos que pusieron al estado donde está y no a todos los trabajadores que también sufrimos esa ola de desgracia y que ahora se hace más pesada por la actitud lamentable de los integrantes del ‘Gobierno del cambio’ que hasta el momento no han mostrado saber cómo resolverán los problemas enormes de la entidad. Y el pueblo grita ahora en forma festiva, recordándonos que el mexicano celebra hasta sus desgracias: ‘¡Que regresen los ladrones y se vayan los ineptos y los poblanos!’ Moreno Valle no tiene por qué reclamar una cuota de poder en Veracruz pues gobierna Puebla, no esta tierra jarocha (…)”