«Soy directora cuando quiero y cuando no, soy escritora, y cuando no, soy actriz y de repente quiero cantar», así me respondió Lily Márquez cuando le pregunté qué es después de haber estudiado la Licenciatura en Teatro de la Universidad Veracruzana, la Maestría en Artes de la Universidad Lethbridge (Canadá), la Maestría en Apreciación y Creación Literaria de la Casa Lamm, y haber trabajado como docente. (Solo después de todo eso, hay que anotar que tiene la música por dentro porque es hija de Arturo Márquez, uno de los más conspicuos compositores de nuestra música académica).
Como escritora, se desenvuelve entre la invención y la reinvención, escribe cuentos y adaptaciones de textos dramáticos. Recientemente ha escrito y dirigido un homenaje a su admirada Elena Garro. «El camino me ha llevado a hacer mucho trabajo interdisciplinario pero este montaje, en particular, es meramente teatral -me comentó- y vamos a presentarlo este fin de semana en La Casa del Lago»
Algo de nómada tiene porque, afirma, «moverse de un lugar a otro enriquece la creación» y porque es hija de la música y la música pertenece al viento. También sus ojos son multidisciplinarios, a veces miran, a veces hablan, supongo que a veces callan pero nunca los he visto silentes, lo que sí me consta es que siempre ríen y así, entre sonrisas, me contaron esta versión de sus hechos.
La raíz de todas las hierbas
Clemente.- Lilí, ¿no estás contenta?
Hallarás el hilo y hallarás la araña.
Ahora tu casa es el centro del sol,
el corazón de cada estrella,
la raíz de todas las hierbas,
el punto más sólido de cada piedra.
(Un hogar sólido. Elena Garro)
Yo provengo de una familia de artistas, estar cerca del foro siempre me ha jalado pero prefiero estar en la parte de atrás que en la de enfrente. Desde pequeña siempre he estado muy cercana al lenguaje artístico y eso fue lo que me inclinó a estudiar teatro porque en él encuentras la reunión de todas las artes.
Cuando empecé a trabajar me encontré un lenguaje de teatro en crisis, de hecho lo sigo viviendo, nuestra escena está en crisis y en el caos de un gobierno que está coartando toda la cultura y la educación del país, eso me ha llevado a ejercer otras áreas como la formación, desde la educación básica hasta la superior, la literatura, porque de repente me encontré más en el ámbito literario que en el teatral, y la musical porque, bueno, no hay de otra.
Transitar por diversas profesiones y ser transdisciplinaria me ha permitido aprender y sacarle provecho a la experiencia. Ese es mi único conocimiento, es lo único que sé comunicar y ofrecer.
El viento que abre todas las puertas
Vicente.- ¡El toque de queda! Me voy.
Soy el viento. El viento que abre todas
las puertas que no abrí, que sube en remolino
las escaleras que nunca subí, que corre por
las calles nuevas para mi uniforme de oficial
y levanta las faldas de las hermosas desconocidas
¡Ah, frescura!
(Un hogar sólido. Elena Garro)
Cuando decidí estudiar teatro me vine a Xalapa porque me encanta la cultura veracruzana. Estuve en la Facultad de Teatro del 94 al 98, cuando terminé, me fui a México, estuve trabajando con un videasta haciendo televisión y después entré a dar clases a la Ollin [Yoliztli].
Después Adria Peña me invitó a dirigir el montaje de los alumnos del décimo semestre de la Licenciatura en Artes de la Universidad de Sonora. Con ellos monté la obra musical I want to live in America. De ahí me fui a hacer la Maestría en Artes a la Universidad Lethbridge, en Canadá. El proyecto que hice fue sobre la transdisciplina en las artes escénicas y tuve como supervisora a una coreógrafa padrísima que se llama Lisa Doolitle.
Cuando regresé de Canadá, hice la Maestría en Apreciación y Creación Literaria en la Casa Lamm. Después me fui a Culiacán a dar talleres de teatro para niños y a morirme de calor (risas). Luego me invitaron a dirigir el montaje del quinto semestre de la Licenciatura en Teatro del Centro Morelense de las Artes. Me quedé dando clases un tiempo y llegué a dirigir la escuela pero no duré lo que yo pensaba durar, a la primera revuelta me salí. Cuando dejé la dirección ya no tenía puertas, profesionalmente, para seguir allá y dije no hay nada más qué hacer aquí en Cuernavaca, ok, agarro mis cosas y me busco otro lado, y me regresé a Xalapa.
Cuando estaba en Cuernavaca, estuve trabajando con mi papá, durante tres años, en una obra que habla sobre la educación en México, es una obra para orquesta y coro, yo hice el texto y él hizo la música, esa experiencia también estuvo bien bonita. Cuando me vine seguíamos trabajando en eso y se estrenó el primer año que yo estaba acá
Hace poco aprendí que a muchos escritores les gusta y necesitan salir de su centro y conocer y experimentar otras cosas. Creo que eso me define, moverme. Vivir en Xalapa, Coatepec, Huitzilac, Cuernavaca y otros países me ha permitido abrir mi visión de la vida.
Siempre que tengo un bajón un fuerte me refugio con niños, llegué aquí y me refugié en una de las escuelas más padrísimas que hay en esta zona, la Bios Lilá Montessori, está en la carretera antigua a Coatepec. Es un proyecto muy bonito, ahí estuve tres años muy contenta, aprendiendo muchísimo de la agricultura y del método Montessori. Después dije o me dedico a esto o me dedico escribir o me dedico a hacer teatro, y dejé la escuela.
* * *
De piedra ha de ser la casa ha titulado al homenaje a Elena Garro que se presentará del jueves 26 al domingo 29 en la Casa del Lago, de ello hablaremos mañana, estén pendientes.
(CONTINÚA)
SEGUNDA PARTE: De piedra ha de ser la casa
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