Con la entrada del gobernador Miguel Ángel Yunes Linares y su permanente comunicación de los actos criminales de los últimos dos gobernadores priistas, Fidel Herrera Beltrán y Javier Duarte de Ochoa, pareciera que nos estamos acostumbrando a conocer cada día las historias más terroríficas que solo una banda de criminales puede protagonizar.
La última de ellas ha llamado la atención de toda la prensa nacional e incluso de buena parte de los medios internacionales: la utilización de placebos en la atención de niños con cáncer, lo que llevó al fallecimiento rápido e inexorable de decenas de niños y jóvenes que fueron tratados como animales de laboratorio.
El problema de acostumbrarse es que estamos perdiendo nuestra capacidad de asombro y, pese a la gravedad de los delitos, no vemos a ninguno de los responsables siendo juzgado y, mucho menos, a punto de cumplir una pena corporal en las cárceles de la entidad.
Los veracruzanos cada vez nos sentimos más asqueados por la forma en que fuimos defraudados por los gobernadores priistas, pero no vemos que la mano de la justicia caiga sobre los criminales que, o están de pelada, como el maleante Javier Duarte; o escondidos en la intimidad de su silencio, como decenas de funcionarios que fueron cómplices u omisos; o protegidos por el fuero constitucional, como el diputado Jorge Carvallo Delfín, inodado en el caso de los medicamentos clonados para enfermos de cáncer, aunque ayer haya querido zafarse del delito con un mensaje en Twitter: “Niego categóricamente tener vínculos o interés alguno en las empresas farmacéuticas señaladas de clonar medicamentos contra el cáncer”.
A estas alturas, los veracruzanos queremos hechos concretos, que se persiga judicialmente a los miembros de la banda criminal que actuó en los 12 años recientes afectando el presente y el futuro de casi 8 millones de veracruzanos. Saber lo que hicieron, cuánto se robaron, qué hicieron para lograr el saqueo (desde crear empresas fantasmas hasta atentar contra la salud de miles de habitantes) ya no es suficiente: demandamos justicia.
Amando Oliva nos envió este martes un comentario preocupante a través del correo electrónico:
“Me causa pánico esta nota, y mira que ya tenía yo indicios de lo que hicieron estos homicidas por tus notas anteriores. De alguna manera, ligué a estos individuos con el dr. Mengele que en uno de los campos de concentración de Alemania hizo experimentos atroces con judíos. Mengele era un loco que buscaba exterminar a la raza judía. Los políticos del PRI que hicieron esta abominable acción lo hicieron por dinero.
“Lo triste de nuestro caso en Veracruz, es que ellos sabían exactamente lo que estaban haciendo (matar conscientemente a niños y personas adultas cuyas vidas se las entregaron a estos sátrapas).
“Me pregunto:
“1.- Los doctores y enfermeras que sabían y saben de estas atrocidades y que hicieron el juramento de Hipócrates, ¿no les remorderá la conciencia de haber matado a infelices que se pusieron en sus manos?
“2.- ¿No habrá pruebas suficientes para poderlos acusar de homicidas?
“3.- En ambos casos, se trata de homicidas, tanto los directivos de la Secretaría de Salud, como médicos y enfermeras de los diferentes hospitales donde se suministraron estos medicamentos.
“Espero y el largo brazo de la justicia los alcance y que no suceda lo que sucedió con Mengele, que murió ahogado en Sudamérica sin ser llevado a juicio”.
¿Y los demás criminales del sector Salud?
Otro lector, cuyo nombre no menciono pues no me llegó su autorización para hacerlo público, hace una reflexión más acuciosa y demanda una investigación más certera y minuciosa para dar con los responsables,
Señala, con justa razón, que en nuestros comentarios y notas no vamos al detalle de quiénes son los demás funcionarios, empleados y personal médico que incurrieron en este delito a sabiendas del fraude que se estaba cometiendo y de que se ponía en el camino de la muerte a varios niños, jóvenes y adultos.
“Y no mencionan a los principales cómplices, los funcionarios que les compraban: Ricardo Sandoval Aguilar, Enrique Rodríguez Piñero; efectivamente, el secretario [Pedro] Anaya, [Juan Antonio] Nemi Dib posteriormente, y al final, [Fernando] Benítez Obeso, todos inmiscuidos en el fraude de la venta de medicamentos; y qué dicen del personal del Cecan que le vendía los frascos vacíos al laboratorio para después ser llenados con agua inyectable en la «central de mezclas», propiedad de Andrés Beceiro Delfín, quien es propietario de los restaurantes Asado y Tinto en la ciudad de Xalapa y lo fue en su momento de La Mansión, que ya cerró, y tiene gran cantidad de propiedades por toda la ciudad donde lava el dinero que se robó a manos llenas.
“Otro caso, el del subsecretario de Salud, Arturo Navarrete Escobar, que se construyó la Clínica de Hemodialisis Gifyt, para dar servicio a los pacientes con insuficiencia renal, pero que no pudo concretar su negocio al ser descubierto por hacerle publicidad a su propia clínica en Facebook y que al día de hoy sigue funcionando sin tener pacientes (cualquiera pensaría que se utiliza para lavado de dinero).
“Y así podríamos continuar con una enorme lista de funcionarios y empresarios que con sueldos, redundando, de funcionarios, ostentan mansiones y vehículos millonarios, viajes, joyas y mantienen a sus hijos en las mejores escuelas de la ciudad (que en realidad, comparadas con cualquier escuela de la CDMX o cualquier otra ciudad más desarrollada física y mentalmente que esta, no son nada) y andan en suburbans y con múltiples ayudantes”.
Fidel y Duarte, un legado de muerte
Pero el tema no es nuevo. Aunque hay por ahí periodistas insolentes que se atribuyen todas las primicias, haciendo el ridículo con su deplorable prosa, lo cierto es que ya se han publicado notas informativas desde 2010, que permiten ligar una estrategia compartida entre Fidel Herrera Beltrán y Javier Duarte de Ochoa.
Apenas a principios del pasado mes de diciembre, Formato Siete dio a conocer en Veracruz un amplio reportaje publicado por Eje Central sobre la utilización de placebos en el tratamiento de cáncer. En la introducción del inquietante reportaje, el reportero Jair Ávalos señala:
“En la Secretaría de Salud de Veracruz se construyó una red de corrupción que operó los últimos 12 años. El uso de empresas “fachada o armadas a modo” por políticos aliados y familiares de los ex gobernadores Fidel Herrera y Javier Duarte, facilitaron el desvío de recursos de múltiples formas, una de ellas, el proveer medicamentos para combatir el cáncer que eran falsos.
“Debido a la falta de presupuesto en la administración de Duarte, las primeras consecuencias comprobables son las muertes de nueve menores de edad que padecían leucemia, quienes ya contaban con la aprobación de los recursos para su cirugía de médula, pero se las cancelaron sin justificación. Meses después, sin atención, fallecieron.
“Eje Central confirmó la muerte de los menores a partir de la revisión y verificación de documentos, además de la consulta a distintas fuentes internas del sector salud de Veracruz, además de la compra de medicamentos falsos y las distintas operaciones que favorecieron a empresas, tres de ellas, ligadas directamente con el ahora diputado federal Jorge Carvallo Delfín.
“Uno de los puntos clave de la red corresponde al área de asuntos materiales de la Secretaría de Salud de Veracruz, pues solicita y verifica las compras de medicamentos; para ese puesto el exgobernador nombró a su primo Franz Zurita Duarte”.
No solo han muerto niños con cáncer
Por su parte, el reportero Noé Zavaleta, corresponsal de la revista Proceso, informa que, derivado de una solicitud de información en la plataforma Infomex, “arrojó que en el lapso comprendido entre 2013 y 2014 y el primer trimestre del 2015, el centro estatal de Cancerología ‘Doctor Miguel Dorantes Mesa’, con sede en esta capital, registró 32 decesos de menores de edad, de acuerdo con los ‘cubos de defunciones’ del Centro Nacional para la Salud de la Infancia y la Adolescencia de la Secretaría de Salud federal.
“En el caso de las mujeres, las cifras son más alarmantes, pues de cáncer cervicouterino y de mama fallecieron mil 719 en Veracruz en el periodo señalado, según la dependencia.
“Otra solicitud de información (0001200244315) destaca que en el primer trimestre de 2015, 109 mujeres mayores de 25 años perdieron la vida por un tumor maligno cervicouterino, mientras que 107 fallecieron por cáncer de mama.
“Otro oficio, el SIDSS/DGIS/001602/2015, detalla que en la numeralia de otros tipos de cáncer (colon y recto, vejiga, linfomas, leucemia, páncreas y otros), 45 personas (masculinas y femeninas) perdieron la vida en la entidad en los tres primeros meses de 2015.
“Las escalofriantes cifras que aporta la Secretaría de Salud federal señalan que en promedio una de cada diez muertes por cáncer en el país ocurre en Veracruz.
“El cáncer de boca, estómago, colon, hígado, páncreas, tráquea, pulmón, leucemia, ovarios, vejiga y linfomas ha ocasionado 324 decesos en Veracruz entre 2013, 2014 y el periodo de enero a marzo de 2015.
“En 2013, por ejemplo, 78 personas murieron de leucemia en la entidad y 65 un año después. En lo que va de 2017, nadie ha fallecido de ese tipo de cáncer. En contraste, en 2014, nueve personas murieron de linfomas, y en lo que va de este año han perdido la vida 26, una cifra atípica.
“El hospital de Cancerología ‘Miguel Dorantes Mesa’ no tiene liquidez presupuestal, situación que se ve reflejada en las constantes cancelaciones de quimioterapias y la falta de reactivos para detectar la enfermedad, según familiares de personas que acuden constantemente a dicho nosocomio”.
Por todos estos hechos, la Fiscalía General del Estado debería abrir de inmediato un expediente de investigación y actuar en consecuencia, evitando que el caso sea atraído por la PGR como parte de las acusaciones por delincuencia organizada que se le imputan a Javier Duarte de Ochoa y a sus posibles cómplices. Dejarlo en manos de la PGR significará que los hechos se mantengan en la total impunidad.
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