No son pocos los analistas políticos que coinciden en que Javier Duarte de Ochoa no debió huir sino entregarse de una vez a la justicia, pues argumentan que por donde se le vea, el suyo ya era un caso perdido desde el momento en que el gobierno de la República, que lo encubrió hasta donde más pudo sostenerlo, finalmente decidió retirarle su protección por un entendible cálculo electoral en aras de retener el poder en la sucesión presidencial de 2018.
¿Cuánto tiempo va a resistir Duarte con la permanente zozobra de andar a “salto de mata”? Y no sólo él sino también su esposa y sus tres pequeños hijos. ¿Podrá conciliar el sueño y mantener el mismo apetito? ¿Qué va a hacer para sobrevivir él y su familia si es que la Procuraduría General de la República solicita al SAT que les congele todas sus cuentas bancarias, incluidas las de sus presuntos prestanombres?
¿Acaso cree que el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, quien fue el encargado de operar su salida del gobierno de Veracruz, no va a hacer todo lo que esté a su alcance para que lo aprehendan lo antes posible, ya que su pronta captura diluiría las especulaciones sobre un presunto pacto entre ambos y abonaría a las aspiraciones presidenciales del titular de la SEGOB que desde hace un mes, con la supuesta venia del presidente Enrique Peña Nieto, comenzó a autopromoverse a través de videos difundidos en las redes sociales, los cuales fueron impugnados por la oposición ante el Instituto Nacional Electoral (INE)?
¿Cuánto tiempo les llevó recapturar a Joaquín “El Chapo” Guzmán, catalogado como el narcotraficante más poderoso de México y del mundo, cuya segunda fuga, el 11 de julio de 2015, fue considerada un duro golpe para las aspiraciones presidenciales de Osorio Chong ya que los penales federales de alta seguridad dependen directamente de la secretaría a su cargo? Como se recordará, Guzmán Loera, a quien la afamada revista Forbes llegó a incluir en su lista de los hombres más ricos del planeta y el cual se mantuvo prófugo 13 años luego de su primera huida en enero de 2001 del Cefereso de Puente Grande, Jalisco, fue reaprehendido en esta administración el 8 de enero de 2016, ¡sólo seis meses después! de su último escape del reclusorio de El Altiplano, ubicado en Almoloya, Estado de México.
Y es que si el antepasado miércoles 12 había anunciado en un noticiero matutino de Televisa que minutos más tarde solicitaría licencia al Congreso local de Veracruz para separarse de manera definitiva de su cargo y así poder dedicarse de tiempo completo para preparar su defensa jurídica y dar la cara ante la serie de “infamias” y “calumnias” de las que se decía ser víctima, ¿entonces para qué se fugó? ¿No hubiera sido más digno entregarse voluntariamente y “victimizarse” como lo han hecho también sus más encarnizados enemigos políticos, los cuales se han blindado mediáticamente aduciendo que las denuncias en su contra por su injustificable riqueza son “tonterías”, “guerra sucia” y “campañas negras” que se reciclan en cada proceso electoral?
¿No acaso el dirigente nacional del PAN, Ricardo Anaya, declaró este martes que el PRI no actuó contra Duarte por justicia sino por venganza ante la derrota electoral en Veracruz?
“Esto es una absoluta simulación. Duarte cayó porque el asunto era absolutamente… ¡porque ellos no creen en la justicia, creen en la venganza! Como se perdieron las elecciones en Veracruz, como ya no necesitan a Javier Duarte para el futuro, ahora sí decidieron actuar en su contra”, dijo Anaya en varios noticieros de radio y televisión.
El presidente del PAN aseguró que la justicia al interior del PRI es selectiva, debido a que hay escándalos graves por corrupción, lavado de dinero y enriquecimiento ilícito en Coahuila, Chihuahua y Quintana Roo; sin embargo, señaló que no se ha procedido contra los gobernadores de esos estados. “Si de veras fueran en serio, por qué no han hecho nada con César Duarte por el escándalo del banco; Roberto Borge con el tema de las tierras, las navieras; por qué jamás hicieron nada con el tema del tren rápido, el tema de los chinos, con la ‘Casa Blanca’, el nuevo escándalo de la corrupción con las televisiones, y contra Humberto Moreira”, cuestionó.
Agregó que contra el gobernador de Coahuila, Rubén Moreira, “hay un escándalo por unos pagos que hizo el gobierno estatal a empresas ‘fantasma’; hay depósitos por 70 millones de pesos a una sola empresa, y cuando uno busca la empresa que recibió ese dinero (descubres) que es un pequeño departamentito en un segundo piso en una vecindad donde no vive nadie”.
Sin embargo, Duarte optó por la graciosa huida, no obstante que tres días antes le había asegurado al periodista Carlos Loret de Mola que no escaparía, que seguiría residiendo en Veracruz y que comparecería ante la PGR porque tenía la conciencia tranquila. “El que nada debe, nada teme”, le dijo muy seguro al conductor del noticiero matutino de Televisa, quien a diario pregunta muy socarronamente: “¿Dónde está Javier Duarte?”.
Este miércoles 19, entrevistado vía telefónica por el periodista Ciro Gómez Leyva, el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, negó que se dejara escapar a Duarte de Ochoa, rechazó que haya pactado con él y aseguró que “las autoridades de inteligencia están trabajando para su localización”, mientras que la PGR está haciendo lo propio para solicitar la ficha roja ante la Interpol.
Pero el titular de la SEGOB dejó entrever que Javier Duarte podría seguir en México, ya que al menos, apuntó, no ha salido del país de manera legal.
Tampoco el escurridizo Joaquín “El Chapo” Guzmán, con todos sus miles de millones de dólares y aviones, pudo huir de territorio mexicano. El capo del cártel del Pacífico, uno de los más buscados del mundo, fue detenido por la Marina en un operativo en Los Mochis, Sinaloa. El viernes 8 de enero de este año, a las 12:19 horas, a través de su cuenta de Twitter, el presidente Peña Nieto dio a conocer la histórica detención. “Misión cumplida: lo tenemos. Quiero informar a los mexicanos que Joaquín Guzmán Loera ha sido detenido”.
¿Cuánto tardarán en cazar a Duarte y exhibirlo ante la opinión pública para lavar la cara corrupta de su partido antes de las elecciones locales de 2017 en Veracruz, Coahuila, Nayarit y el Estado de México, que serán el preámbulo de la sucesión presidencial de 2018?
¡Duarte, entrégate!
Por cierto, el senador Héctor Yunes Landa, ex candidato del PRI a la gubernatura, grabó un video que hizo circular en las redes sociales, en el que luego de reprocharle al gobernador con licencia Javier Duarte de Ochoa que defraudó a un millón 400 mil veracruzanos que en 2010 votaron por él, le hace un exhorto para que se entregue a las autoridades ministeriales.
También le recordó cuando públicamente lo ridiculizó ante miles de campesinos cenecistas entregándole una caña de pescar para que se fuera a capturar los “peces gordos” del PAN que viven en El Estero –en alusión a su primo hermano Miguel Ángel Yunes Linares, actual gobernador electo–, la cual, refirió, se la regresó porque no le iba a ser suficiente, ya que en todo caso iba a necesitar un barco ballenero. ¡Y no se equivocó!