Si pese a la debacle electoral del pasado 5 de junio, en la que perdieron 7 de las 12 gubernaturas disputadas, en el PRI aún albergaban esperanzas de que en la sucesión de 2018 bien podrían retener la Presidencia de la República y recuperar algunos gobiernos estatales como el de Veracruz, este martes Rodrigo Iván Cortés, vocero del Frente Nacional por la Familia (FNF) –un movimiento social alentado por la Iglesia católica y con intereses políticos muy afines al PAN–, se encargó de recordarles a los priistas su desalentadora realidad, al advertirles que quienes menosprecian la oposición que se ha construido alrededor del matrimonio igualitario cargarán con costos electorales en las votaciones de los próximos dos años.
Al referirse a las marchas que este sábado 10 de septiembre se realizaron en 120 ciudades del país, entre ellas varias del estado de Veracruz, el portavoz del FNF afirmó: “Cualquier político que se jacte de tener sensibilidad social, tiene que hacer una lectura de lo que pasó el 10 y llegar a la conclusión de que si por primera vez en la historia reciente sale una cantidad de gente así, esto va a tener costos políticos. Costos como el que ya se dio el 5 de junio en las elecciones locales, cuando llamamos a un voto de castigo al Presidente. Más de un millón de personas: váyanle midiendo para 2017 y 2018”.
Cortés anunció otra movilización para el próximo sábado 24 en la Ciudad de México. “El pasado 10 de septiembre más de un millón de personas, en más de 120 ciudades, se pronunciaron bajo un mismo Frente. Y con dos exigencias que están en el Congreso de la Unión: aprobar una iniciativa ciudadana y otra de votar en contra de las iniciativas del Presidente (en favor del matrimonio igualitario)”, planteó.
Sin embargo, para el líder nacional del PRI, Enrique Ochoa Reza, el presidente Enrique Peña Nieto es “el principal activo que tenemos los priistas”. Todavía a mediados de agosto, dos semanas antes de la repudiada visita del polémico candidato republicano a la Presidencia de Estados Unidos, Donald Trump, el ex director de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) dijo a la militancia del Estado de México durante una gira por la tierra natal del mandatario, que Peña Nieto “se ha constituido en un referente para el priismo que, con valor y determinación, ha promovido y se encuentra implementando reformas históricas que establecen las bases del desarrollo futuro para las familias mexicanas”.
Desde julio pasado, un mes después de la debacle electoral priista, Ochoa Reza, entonces candidato a la dirigencia nacional del PRI, sostenía ante sus correligionarios que el partido tricolor puede ofrecer las mejores condiciones de cambio porque cuenta con el presidente Peña Nieto. “Tenemos el mayor activo de todo esto, tenemos al presidente de la República, tenemos las políticas públicas que ha impulsado el presidente Enrique Peña Nieto y tenemos que explicarlas mejor”, los exhortó el ex director de la CFE.
Sin embargo, Peña Nieto cada vez representa más un pesado lastre para el Revolucionario Institucional. Para este jueves 15, por ejemplo, se ha convocado a través de las redes sociales una marcha en Ciudad de México para exigir su renuncia por su desafortunada invitación a Trump, la cual le generó no sólo duras críticas en el país y en el extranjero sino que provocó también una crisis en su gabinete que derivó en la dimisión del poderoso secretario de Hacienda, Luis Videgaray, el más influyente de sus consejeros.
Peña Nieto fue severamente cuestionado por los líderes políticos de oposición y la mayoría de los intelectuales, quienes le reprocharon no haber sido lo suficientemente claro y enérgico para encarar a Trump por su ofensivo discurso en contra de los mexicanos, a cuyo gobierno quiere obligar a financiar la construcción de un muro fronterizo. Pese a ello, Peña consideró “un honor” invitar al candidato republicano a dialogar con él en la residencia oficial de Los Pinos, donde le dio trato de Jefe de Estado sin serlo aún.
Para retener en 2018 la Presidencia de la República y recuperar algunas gubernaturas que recién perdieron, como la de Veracruz, los priistas necesitarían un liderazgo fuerte que reencauce al gobierno federal, lo que no se ve en Peña, quien cada vez se muestra más indolente y timorato. Y es que antes de la repudiada visita de Trump, ocurrió otro penoso incidente que lo dejó malparado. El 31 de mayo, una semana antes de las elecciones locales en Veracruz y otros 11 estados del país, el obispo de Culiacán, Jonás Guerrero Corona, criticó la iniciativa de ley para legalizar los matrimonios igualitarios promovida por Peña. “¿No será que anda buscando ‘gavioto’ en vez de ‘gaviota’?”, ironizó el clérigo.
Igual ocurrió en Aguascalientes, donde desde el 8 de mayo el obispo José María de la Torre Martín difundió una carta pastoral con motivo de las elecciones del 5 de junio en la que, entre otras cosas, pidió responsabilidad civil ya que, expuso, “para un católico hay valores no negociables, que deben ser promovidos y protegidos, especialmente para quienes se dedican a la política”, sugiriendo votar por los candidatos que antepongan la vida y el matrimonio entre hombre y mujer, lo que la derrotada abanderada Lorena Martínez, del PRI, consideró una inducción a favor del contendiente triunfador Martín Orozco, del PAN.
No obstante que el artículo 130, inciso E, de la Constitución establece claramente que los ministros religiosos “no podrán asociarse con fines políticos ni realizar proselitismo a favor o en contra de candidato, partido o asociación alguna” y que “tampoco podrán en reunión pública, en actos del culto o de propaganda religiosa, ni en publicaciones de carácter religioso, oponerse a las leyes del país o a sus instituciones, ni agraviar, de cualquier forma, los símbolos patrios”, la Secretaría de Gobernación, a cargo del presidenciable Miguel Ángel Osorio Chong, no actuó ni ha procedido ante los improperios de estos obispos y su abierto desafío llamando a votar o no votar por tal o cual partido. ¿Y ahora quién podrá defender a los priistas? ¿Acaso el “Chapulín Colorado”?