«México es más que una bola de saqueadores: ¡Viva México!” Yo

Los historiadores no se han puesto bien de acuerdo, pero hay datos poco conocidos, aunque ciertos. Uno, el relativo a la fecha de inicio del movimiento insurgente que culminó poco más de diez años después en la independencia política de Nueva España, hoy México. Y el otro, el día en que se tenía programado el levantamiento. Por cuanto hace al primero, la mayoría de la gente no sabe con exactitud si fue el 15 o el 16 de septiembre.

Hay, sin duda, una confusión en torno al tema. En realidad tal fecha fue el domingo 16 de septiembre de 1810, al alba; pero no la víspera, es decir el 15, ya muy noche, como muchos se han empeñado en hacer creer.

Más aún: pocos saben que en los años posteriores a 1821, el año en que finalmente se consumó la independencia, la celebración, los festejos y todo eso que tanto nos gusta a los mexicanos pachangueros y desmadrozos, tenían lugar también en septiembre, pero no el 15 ni el 16 sino el 27. ¿Por qué? Muy sencillo: en razón de que en el ánimo popular, después de más de una década de turbulencia y desasosiego, seguramente quedó más grabada la fecha en que todo terminó y no el mes y día, para entonces más alejados de la memoria popular, en la que el movimiento dio inicio.

Durante muchos años, pues, la independencia nacional se conmemoró el 27 de septiembre. Pero luego, todavía en el siglo XIX, las efemérides se movieron. Se tomó como referencia histórica ya no la fecha de terminación sino la del comienzo del movimiento, acaso porque se consideró más importante éste que su culminación. En el supuesto de que así sea, ¿entonces por qué lo del día 15? Ah, pues porque el 15 de septiembre era el día del santo y cumpleaños del general Porfirio Díaz, hombre fuerte del país durante más de tres décadas. Y como dictador, se sentía dueño de la nación; entonces le pareció lo más natural ligar su nombre a la fecha patria más relevante, así de sencillo y de ahí para acá. Es una lástima que ya no nos dio tiempo a los veracruzanos porque también hubiéramos corrido la fecha, aunque sea aquí en la aldea, para que el festejo fuera el 19, día en el que conmemora un año más de vida nuestro insigne Gobernador del Estado, Don Javier Duarte de Ochoa. Ni modo, para la otra.

Lo importante es que haya noche de grito o, mejor dicho, alarido, palabra que el diccionario define como: “grito fuerte y lastimero que pueden ser de dolor, de rabia o de miedo”, la noche de este jueves 15, porque será el último que dé el gobernador Javier Duarte de Ochoa de sus seis años en el ejercicio pleno del poder.

¡Uta, madre, porque de que habrá, habrá!, hasta con la actuación para el respetable del cantante grupero Espinoza Paz a quien le recomendamos que cobre por adelantado su actuación porque si no, pasará a sumarse a la larguísima lista de pendientes que dejará el duartismo a su huracanado paso por estas nobles tierras veracruzanas.

¿Que cómo imaginamos que estará el sexto y ultimo alarido del sexenio? Quién sabe, hay que tener mucha creatividad para recrearlo en las condiciones en que se encuentra el estado y en las circunstancias tan delicadas que enfrenta el góber, tanto con la sociedad como con las autoridades.

Seguramente, a estas alturas, los personeros oficiales ya llevan un buen rato recorriendo las colonias más jodidas de Xalapa invitando a los habitantes de esas “favelas” ofreciéndoles un billetín a cambio de disfrutar la presencia, en vivo y a todo color, del cantante Espinoza Paz, además de otros de menor nivel, unas garnachitas o tamalitos que se podrán engullir si se ponen buzos y unas aguas de jamaica, más unas banderitas para agitarlas cuando el góber grite ¡Viva México!, con la condición de que no lo ofendan, no le mienten la madre a nadie aprovechando el anonimato, ni a Peña por andar haciendo negocios con nuestro peor enemigo Trump, ni a quienes son responsables de la jodidez en que se encuentran, porque se trata de ir a divertirse de gorra y a tratar de pasarla bien, en la única oportunidad que tienen en el año de hacerlo, porque además con el nuevo gobierno panista a lo mejor este tipo de jolgorios se suspenden; ya ven cómo son los de la alternancia que nada les gusta.

El riesgo es que, pese a las advertencias, la lana que les den a los invitados al jelengue, la presencia de cientos de policías de todas las fuerzas que al jefe Bermúdez se le ocurrió crear para reprimir mugrosos, la gente no aguante y suelte una monumental rechifla o uno que otro grito de esos impublicables, que ponga de malas al jefe y lo obligue a echarse algo para el coraje pero, bueno, son los riesgos y esos, como lo ha demostrado, los enfrenta Javier con suficiente valor y optimismo, ya ven que hace un año llegó a medios chiles a la guardia en Los Berros la mañana del 16 de septiembre, ocasión que, por cierto, aprovecharon los compañeros reporteros para echarse un cotorreo con él, amistoso y  dicharachero entre cuadernos.

Tiempos aquellos cuando, por ejemplo, en el sexenio de don Rafael Hernández Ochoa, en los pasillos del Palacio de Gobierno, las damas del voluntariado del DIF instalaban puestos con antojitos mexicanos: picaditas, tamales, gorditas, empanadas, garnachas, enchiladas y otros que los invitados podían degustar después de la ceremonia del grito de independencia, al igual que aguas de jamaica, horchata, tamarindo, para bajar, además de unos discretos tequilitas, mientras el Gobernador, tras entregar la bandera a los militares, bajaba a la calle de Enríquez a saludar de mano a la gente, a darse un baño de pueblo. Todos a su paso le aplaudían, trataban de estrecharle la mano, se arremolinaban y al poco rato se reincorporaba Don Rafa al Salón de Banderas donde convivía con sus colaboradores y sus invitados, entre ellos, los periodistas.

Por cierto, un mariachi y un buen cantante, como Queta Jiménez “La Prieta Linda”, deleitaban a los presentes con sus excelentes interpretaciones. ¡Qué tiempos aquellos!, así hasta se antojaba aceptar la invitación que nos hacían llegar a través del jefe de prensa.

Un par de horas ahí engullendo antojitos y metiéndonos unos tequilitas y punto, a otra cosa, no faltaban festejos que funcionarios organizaban en salones sociales o en sus propios domicilios, y ahí amanecíamos festejando nuestra independencia y rindiendo culto al dios Baco.

Hoy lo más prudente es quedarse en casita, ver en la tele el grito, bajarse unas con la familia y los cuates, echarse un pozolito y a jetear, porque en las calles la cosa está muy cañona y, en palacio, más, en una de esas se le ocurre al tal Enrique Peña ordenar a la PGR hacer efectivas las órdenes de aprehensión que según ya están listas y hasta nos confunden… Mejor para el 2017 vamos (si nos invitan), seguro que habrá orden y respeto.

Cinismo fuera de serie

Con un cinismo exacerbado combinado con la soberbia propia de los funcionarios de la actual administración, el Jefe Oficina del Programa de Gobierno anuncia ya tiene listo el segundo borrador del Sexto Informe de Gobierno que deberá ser entregado el próximo 15 de noviembre al Congreso del estado. Fabrizio Aguilar Sánchez, reconoció que aún no se tiene información sobre si el gobernador Javier Duarte de Ochoa acudirá a entregar el documento al Palacio Legislativo o lo enviará (de tonto lo entrega personalmente).

Y en esta retahíla de indefiniciones Don Fabrizio juega con sus declaraciones a los medios afirmando que tampoco se ha determinado si el mandatario veracruzano habrá de rendir un informe ante la ciudadanía, como era tradición por parte de los Gobernadores (insistimos, eso es impensable), pues dijo que hasta el momento Duarte de Ochoa no lo tiene decidido. Pero lo más cabrón es cuando campechanamente asegura el Jefe de la Oficina de Gobierno, que en este último informe, Javier Duarte retomará obras de otros años, e incluso aquellas que se hicieron con recursos federales, pues claro qué madres va a informar de obra de su gobierno si no hizo una sola. Cínicamente el góber se va a colgar de los gobiernos anteriores y del trabajo del gobierno federal para cumplir con el compromiso Constitucional, y a correr.

Pero como es su obligación porque para eso le pagan y muy bien, Fabrizio El Acosador sexual de Palacio, defiende a su jefe cuando se refiere a estos actos de desvergüenza e inmoralidad que es plagiar obras de otras administraciones para adjudicárselas, ahí Aguilar Sánchez suelta esta perla: déjense de mamadas, al final de cuentas son obras que se han hecho en Veracruz y que en algunos casos se realizan durante varios años, como es el caso del Túnel Sumergido… Bendito Dios que ya se van.

Reflexión

Cuando el secretario de Seguridad Pública, José Nabor Nava Olguín, afirma que los policías estatales sólo cumplen con su trabajo, respondiendo sobre las reiteradas detenciones del convoy en que viaja el gobernador electo Miguel Ángel Yunes Linares, se enchina la piel. El trabajo de los policías es prevenir la comisión de delitos no detener ciudadanos honestos sin que medie motivo. Lo que sacamos en conclusión es que ese tipo de trabajo, con el que tan eficientemente cumplen, se los ordenan. Escríbanos a mrossete@nullyahoo.com.mx formatosiete@nullgmail.com www.formato7.com/columnistas