La ciudad de Coatzacoalcos, en el sur de Veracruz, se convirtió este martes por la tarde en una de las cinco mayores tendencias en Twitter por la violencia que no ha logrado controlar ni la alianza de las fuerzas estatales y federales de seguridad. Las páginas policíacas reportan entre tres y cinco homicidios diarios, además de asaltos y secuestros. El caso más patético del que se habla es del plagio de un menor de 12 años que fue arrebatado de las manos de su madre en plena vía pública, cuando se dirigían a la escuela.
La población del polo petroquímico por excelencia no solo está resintiendo los efectos de la crisis petrolera internacional que ha llevado a miles de trabajadores de Pemex y de las empresas subsidiarias al desempleo, sin posibilidades de conseguir en el mediano plazo un puesto laboral; también lo resienten los sectores comerciales y de servicios que, como en Poza Rica desde hace más de dos años, dependían de la bonanza de la principal industria extractiva, hoy afectada por recortes laborales y la cancelación de inversiones.
Para colmo, la violencia afecta diariamente a todos los sectores. Empresarios, trabajadores, amas de casa, campesinos, pescadores, empleados municipales, todos están bajo la latente amenaza de las bandas criminales que actúan con impunidad y hasta con la sospechosa complicidad de las fuerzas policiales. Los homicidios, los secuestros y los asaltos violentos suceden tan cotidianamente que nadie está seguro de regresar con vida o con sus pertenencias a sus domicilios.
Es tan cruda la realidad de violencia, y tan desatendida por un gobernador empeñado en fruslerías y en salvar el pellejo, que se ha convocado para el próximo 10 de septiembre a una megamarcha ciudadana para exigir paz y seguridad, de la pirámide del malecón costero al Parque Niños Héroes en el centro de la ciudad, para ver si por fin el presidente Enrique Peña Nieto se digna a dirigir la mirada a esa región que por décadas ha aportado tanto a la economía nacional y ordena la actuación de la Gendarmería para contener a una desatada delincuencia.
Y no es la única ciudad de Veracruz que sufre este tipo de violencia criminal. Según cifras del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SNSP), de los 651 municipios del país que están viviendo el fortalecimiento de las bandas criminales (244 de los cuales habían experimentado una mejora tras la cresta de 2011), muchos se localizan en nuestro estado.
Todavía más grave, de los 20 municipios del país con una población mayor a 100 mil habitantes en que crecieron las tasas de homicidio por arma de fuego entre 2014 y 2016, cuatro (es decir, el 20 por ciento) son veracruzanas: Coatzacoalcos, Orizaba, Poza Rica y Xalapa. Solo Colima se emparenta con tres municipios, seguido de Michoacán (2), Guanajuato (2), Puebla (2) y, con una ciudad, los estados de Oaxaca, México, Hidalgo, Guerrero, Zacatecas, Jalisco y Chiapas.
Como puede verse, Veracruz está creciendo como el estado que más menciones negativas obtiene en el ámbito nacional. No solo tiene al peor gobernador en la persona de un inexperto de la política como Javier Duarte de Ochoa sino, como consecuencia de ello, padece graves problemas financieros que afectan la hacienda pública, saqueada a niveles incalculables; experimenta una fuerte caída en la tasa de crecimiento económico, que lo ubica en el último lugar en PIB estatal junto con Oaxaca, además de un descenso en los niveles de atención de salud y de oferta educativa, y una exacerbación de la violencia que pone en riesgo cotidiano a todos sus habitantes y visitantes.
Un abrazo con sabor a burla
Pese a todo, nuestro insigne mandatario Javier Duarte de Ochoa ha regresado feliz al terruño. Y no porque haya acudido a la XL Sesión del Consejo Nacional de Seguridad Pública (CNSP), encabezada por el presidente Enrique Peña Nieto en Palacio Nacional, y en ella haya encontrado claves para contener la violencia que ya ha desbordado a su gobierno, pese a las declaraciones en contrario de su secretario de Gobierno, Flavino Ríos Alvarado.
No, eso no importa. Regresó feliz porque, según puso en su cuenta de Twitter, “este martes tuve el gusto de saludar al Pdte. @EPN en Sesión del Consejo Nal. de Seguridad”, y compartió tres fotos abrazando a un distante Peña y tomándolo del brazo para que no se le escapara. Tres imágenes que el fotógrafo ni siquiera pudo enfocar por la rapidez de un gesto que, acá en Xalapa, el área de comunicación cataloga como el reencuentro de dos personajes distanciado por la mala fama del jarocho.
Hay que señalar que en ninguna de las 49 fotos distribuidas por Presidencia en su portal aparece Peña Nieto saludándolo, y solo en el tumulto de los gobernadores aparece perdido, a ocho lugares del mexiquense, en la enorme mesa habilitada para la sesión.
En su comunicado, el gobierno del estado señala: “Al interior de Palacio Nacional, el mandatario veracruzano y sus homólogos aprobaron importantes acuerdos enfocados a generar entornos que favorezcan la seguridad en el país, entre los que destacan el establecimiento de las acciones necesarias para el inicio de operaciones del número único de atención de emergencias 911, y la designación del CNSP como responsable de la consolidación del nuevo Sistema de Justicia Penal, en coordinación con las instancias competentes.
“De igual forma, durante esta cuadragésima reunión, los gobernadores dieron su anuencia para la creación de un modelo homologado para los centros estatales de Prevención de la Violencia y la Delincuencia, y uno para las unidades de Policía Cibernética estatales; además de la implementación de un próximo Certificado Único Policial.”
Duarte revivió este martes su cuenta de Twitter, inactiva desde el domingo 28 cuando envió sus condolencias “a los familiares y amigos del cantautor mexicano Juan Gabriel, exponente mundial del talento nacional”, mensaje que por cierto le valió infinidad de insultos de decenas de tuiteros. Ayer también felicitó a la Unidad Estatal de Combate al Secuestro (UECS) por rescatar sano y salvo a Ricardo Ruiz Malpica, millonario empresario del Puerto de Veracruz, “deteniendo a uno de sus secuestradores y abatiendo al otro”, aunque corren rumores de que quienes realizaron la operación de búsqueda y rescate fueron miembros de una unidad espacializada traída desde Colombia por la familia del plagiado.
Anuncia también que estará este miércoles en Coatzacoalcos. En la sede de la Tercera Zona Naval sesionará con el Grupo de Coordinación Veracruz para abordar el tema “Combate al secuestro en la zona sur”, una reunión que difícilmente significará una mejora para la seguridad de nuestros paisanos de esa región.
Lo que debe hacer Peña
Es posible que Veracruz siga por más tiempo en el encono del presidente Enrique Peña Nieto. Hasta el momento ha evitado reunirse con el gobernador electo Miguel Ángel Yunes Linares y ya urge que ponga las bases de lo que van a hacer ambos niveles de gobierno, a partir de diciembre, en materia de seguridad.
Al menos para Tamaulipas, las cosas parecen estar avanzando con el próximo gobernador panista Francisco García Cabeza de Vaca, quien anunció que el gobierno federal tiene listo el nuevo esquema de seguridad basado en labores de inteligencia que, en coordinación con su gobierno, se aplicará con la participación de cinco instituciones para abatir los altos índices de inseguridad que padecen.
¿Qué nos depara el destino a los veracruzanos, quienes cargamos con el estigma de corruptos, tramposos, embusteros, clericales, homofóbicos y misóginos, que nos ha cincelado Javier Duarte con su deleznable actuación, si siendo priista se enemistó con el Presidente de su partido, y el gobernador electo tendrá que lidiar sus dos años de gobierno con el mismo ejemplar?
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