«Congruencia», podría ser la expresión que mejor ilustrara el comportamiento del senador José Yunes Zorrilla en su trayectoria política.
Amigo personal de Javier Duarte, uno de los primeros políticos veracruzanos que se pronunció a su favor -y declinó sus aspiraciones personales- para que fuera candidato a la gubernatura en el 2010, Pepe Yunes no dudó ni un minuto para externar su inconformidad por la iniciativa presentada por éste en diciembre del 2014 para crear una gubernatura de dos años, con el pretexto de empatar las elecciones locales con las federales.
Una vez que conoció la propuesta de Javier Duarte, el senador veracruzano salió a dar una conferencia de prensa en la que calificó la iniciativa como «inoportuna, inconsecuente y lesiva para las finanzas del estado de Veracruz».
Recordó que en muchos temas había acompañado y respaldado al Gobernador, pero admitió que en este tema existían profundas diferencias.
“Lo hemos acompañado puntualmente cuantas veces nos ha convocado, estamos sin lugar a dudas en sintonía cuando los temas son de Veracruz y hoy evidentemente hay una marcada diferencia con respecto a la iniciativa que marca porque simple y llanamente no veo cuáles son los objetivos y propósitos de utilidad para la vida democrática y política del estado”, dijo en aquella ocasión.
Luego de ausentarse en múltiples ocasiones de eventos políticos a los que convocaba su amigo Javier Duarte, el senador Yunes Zorrilla volvió a sentarse con él en fechas recientes. Hasta su curul en la cámara alta habían llegado las quejas de legisladores locales por las iniciativas y decretos que pretendía imponer el Gobernador de Veracruz. Como producto de esas pláticas, que llegaron a convertirse en discusiones, el mandatario estatal retiró de la agenda temas como la desincorporación de bienes del Estado a favor del IPE, o la donación de la Casa Veracruz.
Pero José Yunes Zorrilla no se chupa el dedo. Tiene más camino recorrido en la política que el propio gobernador, de manera que en uno de sus últimos encuentros le advirtió que no admitiría una trampa en sus acuerdos sobre temas legislativos. Lo que el senador temía es que las iniciativas retiradas de la agenda legislativa pudieran ser programadas en otro momento, Hasta ahora no ha sucedido.
Lo que en su momento fue una cercana amistad, hoy es un trato respetuoso, institucional, de legislador a gobernante.
Hay, sin embargo, quienes confunden distancia con ruptura y pretenden sacar raja de esa supuesta circunstancia. José Yunes Zorrilla no se embarca y pinta su raya en los temas que atañen al mandatario estatal.
Se dice convencido de que la corrupción debe ser castigada, pero al ser cuestionado sobre los señalamientos contra Javier Duarte de Ochoa, aclara que su caso «está sujeto a un proceso» y que en la decisión final «no se atenderán expresiones de valor». Pidió que se eviten las declaraciones públicas al respecto, pues en su opinión no contribuyen en nada a la estabilidad económica y política del estado.
Lo que está planteando Yunes Zorrilla es dejar a un lado el linchamiento mediático, poner en manos de las autoridades correspondientes la decisión sobre los supuestos actos de corrupción y concentrar el esfuerzo de los veracruzanos en las tareas de desarrollo y fortalecimiento de la entidad.
Suena coherente. Si se atendiera este oportuno llamado, con seguridad el estado de ánimo de la población tendería a mejorar.