Previo al arranque de las campañas de los candidatos al gobierno del estado, cualquiera en Veracruz percibía el altísimo riesgo del priista Héctor Yunes Landa de perder la elección y pasar a la historia como el primer abanderado del tricolor en ser derrotado en una contienda estatal.
En favor del panista Miguel Ángel Yunes Linares no sólo se encontraba el enorme desgaste del Partido Revolucionario Institucional, sino, sobre todo, la indignación social por problemas como el desempleo, la inseguridad, la pobreza y la corrupción gubernamental.
El factor que más influyó en el resultado de los comicios veracruzanos fue la pésima evaluación de un gobierno que no ha sido capaz de resolver los problemas de la entidad y que, contrario a ello, es percibido como ineficiente y muy corrupto.
Por eso llamaron la atención las declaraciones del todavía gobernador Javier Duarte de Ochoa, quien al ser entrevistado para una cadena nacional de radio, se deslindó del resultado del domingo 5 de junio.
Dijo Duarte que la estrategia de campaña del PRI en el pasado proceso para la gubernatura fue equivocada porque se centró en ataques a su gobierno.
En pocas palabras, según Javier Duarte, si Héctor Yunes hubiera adoptado otra estrategia, la derrota se podría evitar.
El ejecutivo estatal, que entregará el cargo el próximo 30 de noviembre, parece pasar por alto que prácticamente en todas las mediciones de la opinión pública veracruzana, su gobierno sale muy mal evaluado y que ello, irremediablemente, significó un golpe, un lastre dijo Yunes Landa en campaña, para el Revolucionario Institucional.
Pues bien, un día después de la entrevista radiofónica de Javier Duarte, ante el mismo noticiario habló el ex candidato del PRI al gobierno de la entidad. Héctor Yunes, por supuesto, defendió su estrategia de campaña y apuntó que, acaso, su principal error durante esa etapa fue no haberse desmarcado y no haber criticado con más contundencia al actual gobierno. En resumen, que si el tricolor perdió la contienda no fue por cuestiones estratégicas, sino por el desempeño del que pasará a la historia como el ejecutivo que entregó la plaza.
Subrayó Yunes Landa que “Duarte de Ochoa debe asumir su responsabilidad sobre el resultado obtenido en las urnas… debido a las malas acciones de su administración”.
De igual manera, enfatizó el senador priista que su problema fue no haber sido más severo en el cuestionamiento a la catastrófica administración de Javier Duarte.
Habló de la represión contra las personas de la tercera edad que reclamaban el pago de pensiones atrasadas y aguinaldos, en diciembre de 2015; del incremento al impuesto a la nómina que fue mal recibido por el sector empresarial; y, en general, de las acusaciones por presuntos actos de corrupción, como el pago a empresas fantasma.
La desaprobación al gobierno de Duarte
Yunes Landa fue más allá; recordó que, en campaña, Javier Duarte tenía el 88 por ciento de desaprobación y que esa evaluación no se había registrado nunca en la historia de Veracruz.
En efecto, desde antes del inicio de las campañas, en la entidad se respiraba un ambiente de molestia, indignación y rechazo a la actual administración. Ese, y no la estrategia, la estructura o el manejo mediático, fue el factor que más influyó en la derrota del PRI.
Hoy, Duarte de Ochoa se ufana, alardea con el argumento de que él derroto al mismo adversario que le ganó la partida a Héctor Yunes; lo que no dice el gobernador en funciones es que en 2010, cuando el PRI enfrentó por primera vez a Yunes Linares, en el poder ejecutivo no despachaba un gobernador tan limitado, desaprobado, cuestionado y denunciado como ahora.
Al final, Héctor Yunes pasará a la historia como el primer candidato del PRI en ser derrotado en una elección para gobernador de Veracruz; Javier Duarte, por su parte, será recordado como el ejecutivo que disparó hasta niveles estratosféricos la deuda pública de la entidad; el que mantuvo al estado sin inversión ni obra pública; el que no logró contener la violencia ni la ola de secuestros; el que estaba en funciones durante el sexenio que ha registrado el peor nivel de agresión contra los periodistas; y el que ha enfrentado más acusaciones y denuncias por presunta corrupción; en síntesis, el gobernador que entregó la plaza al Partido Acción Nacional.
Más fosas comunes en Veracruz
Un diario de circulación nacional dio a conocer este miércoles que en la entidad, de enero a la fecha, se han hallado 21 fosas clandestinas.
Entre los puntos de localización, se habla del rancho El Limón y de lugares que pertenecen a los municipios de Coatzacoalcos, Ixtaczoquitlán y Veracruz.
Mientras tanto, en diferentes zonas de la entidad hay grupos de activistas que realizan la búsqueda de personas desaparecidas. Marcela Zurita, por ejemplo, del colectivo El Solecito, habló del hallazgo de otras 7 fosas; los restos encontrados serán analizados, dijo, por la Policía Científica.
El drama de los desaparecidos y sus familias llama a la indignación en una entidad, Veracruz, con altos niveles de violencia asociada con el crimen organizado. @luisromero85