Un sector gubernamental del que va a salir bastante pus donde toque y revise la próxima administración estatal, es el de los Servicios de Salud.
Hace un par de semanas, por ejemplo, el portal informativo Alcalorpolitico.com dio cuenta de la incineración de medicamentos caducos que personal de esa Secretaría había realizado de manera clandestina en un predio del vecino municipio de Banderilla.
Pero ya varios meses atrás, en un ríspido intercambio epistolar entre una columnista y el ex secretario de Salud, Juan Antonio Nemi Dib, salieron a flote otra serie de situaciones graves debido a que la comunicadora había publicado un texto en el que señalaba diversas irregularidades en la Secretaría de Salud derivadas de la Cuenta Pública de 2013, achacando indebidamente a Nemi responsabilidad en varias de las anomalías. El ex secretario respondió a través de una carta abierta en la que reveló, por ejemplo, que “con estas observaciones de la ASF (Auditoría Superior de la Federación), venturosamente pronto llegará el momento de comparar los precios que pagamos nosotros por los medicamentos y los precios que se pagaron por los mismos medicamentos en los dos años previos, también deberá hacerse público lo que nosotros dejamos de pagar –ahorramos– por ‘honorarios’ pagados a las empresas ‘logísticas’ en la distribución de los fármacos”.
“Las cifras que mencionas respecto de un quebranto patrimonial en 2012 y 2013 tendrían que ponerse en su justa dimensión: yo no fui Secretario de Salud ni Director de SESVER en 2012 y buena parte de 2013; los responsables administrativos del manejo de los recursos de ambas dependencias en esos periodos fueron Ricardo Sandoval Aguilar y Jesús Villegas Ríos, igual que lo fueron el último trimestre de 2014 y lo son ahora mismo”, manifestó Nemi en su misiva, deslindando responsabilidades.
También señaló Nemi algo más grave: “perdieron la certificación del INEO, lo regresaron a CECAN y se les murieron por lo menos dos pacientes programados para procedimiento antes de que anunciaran la cancelación del programa porque se negaron a ejercer el presupuesto que dejé autorizado y disponible para ambos pacientes. Está documentado”.
Reveló asimismo otro dato: “lo de los medicamentos caducos y los oncológicos falsos también es cierto. A tu fuente le faltó platicarte de las pruebas falsas para VIH-Sida. Otros tendrán que responder ante la ley por eso. Y está documentadísimo. Tampoco te dijo de los millones de pesos en facturas falsas cobradas en la Jurisdicción de Xalapa, del fraude millonario con los programas de cómputo, etcétera”.
Y remató: “ojalá que hables del conflicto de intereses del señor Jesús Villegas Ríos quien lo mismo fungió como coordinador de asesores de (Ricardo) Sandoval en su primera gestión que como salvaje –y fallido– auditor de nuestra gestión desde la Contraloría General del Estado y nuevamente como poderoso funcionario de SESVER, uno de cuyos subordinados es ahora contralor interno de la dependencia”.
Nemi, quien sólo duró en ese cargo poco más de un año, había sustituido en marzo de 2013 al doctor Pablo Anaya Rivera, quien fue cesado cuatro días después de que la ASF dio a conocer los resultados de la revisión de la Cuenta Pública de 2011, en cuyo reporte preliminar del máximo órgano fiscalizador la Secretaría de Salud y Servicios Sanitarios de Veracruz no pudo esclarecer la aplicación de más de 72 millones de pesos originalmente destinados sólo a servicios de atención del Seguro Popular.
Al asumir la titularidad de los SESVER, Anaya tuvo que capotear un acto de corrupción criminal generado en la administración del gobernador Fidel Herrera Beltrán: la compra y aplicación de medicamentos apócrifos para combatir el cáncer en el Centro Estatal de Cancerología. En marzo de 2011 –luego de que el doctor Jorge Tanaka, Director Médico de Laboratorios Roche, había informado mediante un oficio al CECAN que medicamentos adquiridos por ese centro hospitalario no eran de patente–, el funcionario estatal dijo desconocer dicha situación. “Nosotros no compramos más que control de calidad, compramos directamente a los laboratorios”, afirmó Anaya, quien inclusive afirmó que a su llegada a la Secretaría de Salud no se detectó ninguna anomalía de este tipo.
Entrevistado sobre este mismo tema, el contralor Iván López Fernández también corroboró por ese entonces que “los medicamentos contaban con los sellos correspondientes”, aunque luego, en agosto de 2011, informó que se había iniciado “un proceso administrativo contra funcionarios de la Secretaría de Salud por la supuesta compra de medicamentos clonados contra el cáncer en el CECAN”, pero que había que “esperar a que se hagan las aclaraciones y deslindes correspondientes”, ya que los presuntos implicados “tendrán la oportunidad de que manifiesten su defensa”. Sin embargo, jamás aplicaron la ley.
¿De qué nivel será la corrupción y complicidades en el Sector Salud, que desde la cúpula del poder le aseguraron inmunidad como diputada local plurinominal del PRI a la dirigente de la Sección 26 del Sindicato Nacional de Trabajadores de Salud, Ángela Soto Maldonado? Por cierto, Nemi Dib dimitió en octubre de 2014 luego de que exhibió una red de corruptelas que iba desde robo de gasolina y viáticos, compra-venta de plazas laborales, ocultamiento de medicamentos y hasta la asignación directa de obras a empresas constructoras regenteadas por familiares de la lideresa sindical.