Molesto aparentemente porque dos días antes, el lunes 01 de agosto, el senador priista José Yunes Zorrilla declaró a los medios de comunicación –previo a una reunión privada con ganaderos independientes del sur del estado, en un hotel de Xalapa– que “no me voy a sumar al trabajo de Miguel Ángel Yunes” sino que “me voy a sumar a la agenda de Veracruz y siempre Veracruz”, reafirmando su compromiso con “sus actores sociales, su aparato productivo”, que, dijo, “encontrarán en el Senado y en su servidor (un) aliado sin duda”, este miércoles el gobernador electo del PAN arremetió contra el legislador del PRI, quien siempre se había comportado muy respetuoso con él, y, descontextualizando las declaraciones del aspirante tricolor a la gubernatura, lo acusó de unir “su voz a la de una pequeña minoría que pide que no haya castigo contra Javier Duarte y el grupo que atracó al pueblo de Veracruz dejándolo en la pobreza y el abandono”.
En un comunicado, Yunes Linares lamentó que el Senador antepusiera “su condición de militante del PRI, compañero de Javier Duarte, a su calidad de representante de los intereses de Veracruz”. Y añadió: “En mi condición de ciudadano responsable y de Gobernador Electo de los veracruzanos he presentado diversas denuncias ante la Procuraduría General de la República y la Fiscalía General del Estado, en contra quienes desfalcaron a Veracruz, para que sean sancionados y devuelvan lo que se robaron.”
El ex candidato de la alianza PAN-PRD refirió que “lo mismo ha hecho la Auditoría Superior de la Federación, cuyo titular afirma que el gobierno de Duarte ha desviado más de 35 mil millones de pesos de recursos que debían haberse destinado a la salud, la educación, la seguridad y otros rubros prioritarios.” El ex priista reprochó que “el Senador José Yunes Zorrilla nunca ha levantado la voz para demandar castigo a los responsables del saqueo, ni en la tribuna del Senado ni en sus declaraciones cotidianas.”
“Hoy llama a que no se presenten más denuncias contra Duarte y sus cómplices, es decir, pide impunidad”, recriminó, puntualizando que “si el Senador Yunes Zorrilla ha decidido callar ante los abusos y atropellos de Javier Duarte está en todo su derecho”, pero advirtió que “será el pueblo veracruzano el que juzgue su actuar”.
Sin embargo, Miguel Ángel Yunes leyó o entendió mal lo declarado por el senador priista el lunes pasado –¿o acaso lo tergiversó de manera deliberada con algún perverso fin ante el próximo proceso electoral?–, pues según las versiones periodísticas consultadas, lo que el priista Pepe Yunes expresó fue que ya era momento de dejar atrás las denuncias para trabajar por el estado, en relación con las acciones que han emprendido tanto el gobernador en funciones como el gobernador electo, pues consideró que esto no está beneficiando a Veracruz. Pero jamás pidió impunidad para Duarte… ni para Yunes Linares, quien también enfrenta sendas denuncias de enriquecimiento inexplicable y lavado de dinero ante la Fiscalía del Estado y la PGR.
De acuerdo con las notas periodísticas, Yunes Zorrilla “se pronunció porque se castigue a quienes resulten responsables de las presuntas irregularidades que mantienen la situación financiera de la entidad”, pero acotando que “Veracruz debe dejar atrás la página sin dejar de reconocer para quien sea, si hay responsabilidades, para las denuncias de unos o para las denuncias de otros, se tiene que llegar hasta las últimas consecuencias y hacer valer la ley, pero que sean los órganos jurisdiccionales los que nos den las noticias”.
Y es que Pepe Yunes ha sido uno de los priistas que oportunamente se deslindó del grupo del ex gobernador Fidel Herrera Beltrán que gobierna la entidad desde 2004, pues en la elección federal de 2006 no sólo lo hicieron perder como candidato al Senado de la República sino que después, en noviembre de 2008, fue relevado del Comité Directivo Estatal del PRI abruptamente por el ex secretario particular de Herrera, Jorge Carvallo Delfín, porque el legislador oriundo de Perote nunca se sumó a la línea palaciega para denostar a Yunes Linares y siempre se abstuvo de hacer declaraciones contra él, a quien afectuosamente suele llamar “tío” aunque entre ambos no existe parentesco consanguíneo.
Inclusive, recientemente en el Congreso local, a través de algunos diputados del PRI y del PVEM afines, Yunes Zorrilla maniobró para que fueran retiradas de último momento de la sesión plenaria algunas iniciativas polémicas enviadas por Duarte.
Precisamente por eso ha sorprendido que Miguel Ángel Yunes haya arremetido injustamente en contra de Pepe, ya que además el panista acaba de estar a finales de junio pasado en el rancho San Julián, donde fue recibido cordialmente por don José Yunes Suárez, padre del senador y padrino político del ex priista, quien hace más de 40 años recomendó a Yunes Linares con el gobernador Rafael Hernández Ochoa, quien era gran amigo del empresario peroteño.
¿Acaso la embestida tendrá que ver con el reagrupamiento que el priismo veracruzano empieza a hacer en torno a Yunes Zorrilla, perfilado desde ahora como el más fuerte aspirante del PRI para la sucesión estatal de 2018?
Obligada precisión
En la columna de este miércoles, titulada “Chedraui: ¿piso parejo?”, cometimos una imprecisión: el orador por parte de la iniciativa privada en la instalación del Comité Rector para el Plan Veracruzano de Desarrollo 2016-2018 no fue el empresario xalapeño Antonio Chedraui Obeso sino el porteño Antonio Chedraui Bolado, sobrino del primero, quien también estuvo sentado en primera fila al lado del gobernador electo Miguel Ángel Yunes Linares, junto con su tío el arzobispo emérito de Xalapa, monseñor Sergio Obeso Rivera.
Sin embargo, aunque haya sido otro el mensajero, pertenece a la misma familia empresarial presente en dicho evento, por lo que el sentido del texto no cambia en cuanto a que los hombres de empresa que en el pasado fueron favorecidos por gobernantes priistas ahora reclaman piso parejo a los de la oposición.
No obstante, a nuestros lectores les pedimos una disculpa por la confusión de los nombres.