“Peña Nieto tomará 10 días de vacaciones. ¿Estará muy cansado de subir la gasolina y la luz?” Yo
En los primeros días del gobierno de Fidel Herrera Beltrán, en 2004, irrumpe en el escenario político estatal un personaje que, en los dos últimos sexenios, ha hecho historia: Rafael Cruz Tronco “El Negro”.
Típico cuenqueño, pescador de origen, nuestro personaje viste siempre con elegancia, incluso, en ocasiones usa sombrero que combina con sus finos trajes y se traslada a bordo de un auto Mercedes Benz nuevecito, deportivo, azul oscuro, el cual conduce su chofer, él disfrutando del confort que da el pinche poder y la abundancia de dinero. Y aunque le cuesta un poco de trabajo articular frases claras, una de las razones por las que infinidad de políticos le huyen es por su diarrea verbal. Cuando “El Negro” toma el micrófono no hay quien se lo quite.
En torno a este personaje se tejen infinidad de historias sobre el origen de su cercanía e influencia con Fidel Herrera Beltrán y luego Javier Duarte de Ochoa, los dos últimos gobernantes que hemos padecido.
Hay quienes afirman que, siendo pescador, Rafael Tronco salvó a Fidel Herrera de que se ahogara en el río Papaloapan y que con los años, y en un gesto de gratitud, Fidel se lo llevó a la ciudad de México donde le consiguió una bodega en el mercado La Viga donde comenzó a comercializar marisco, actividad que le redituó ganancias decorosas (adquirió otras bodegas) como para llevar una vida digna, mejor que la de pescador.
Otros dicen que no, que la estrecha relación de Fidel y El Negro se debe a que éste no salía de la casa de Fidel y que El Tío veía en Cruz Tronco a la figura paterna.
No faltan los que comentan que, vivo como es El Negro, siempre estuvo detrás de Fidel cuando realizó sus estudios, apoyándolo económicamente y que de ahí surgió el clic que los hermanó para toda la vida.
La neta pocos la saben, a lo mejor solo los protagonistas, pero lo cierto es que este señor, durante el gobierno de Fidel fue la pesadilla de todos los funcionarios de esa administración. Se convirtió, como acertadamente lo describe el colega Luis Velázquez, en un ministro sin cartera.
Durante el sexenio fidelista, Rafael Cruz manejó una constructora de su propiedad a través de la cual amasó una gran fortuna, colocó a “amigos” en cargos clave como el C4, se anotó como aviador en todas las dependencias con sueldos de “asesor” y empezó a vender sus servicios como “gestor de pagos en la Sefiplan” a empresarios y constructores con quienes negociaba una comisión a cambio de conseguir que les salieran sus pagos.
Con derecho de picaporte en el privado del Gobernador y la forma confianzuda de tratar al titular del Poder Ejecutivo, al grito de ¡Oye Fidel!, éste se detenía para atenderlo; ningún funcionario se atrevía a negarle nada porque, además, Fidel lo apoyaba.
Este singular cuenqueño se dedicó el sexenio completito, además de a hacer lana aprovechando su ventajosa situación, a promover al jefe. Entraba a los comederos políticos a desayunar o a comer y se sentaba en cualquier mesa donde hubiera políticos a hablar de la increíble inteligencia de Fidel, de su enorme experiencia como parlamentario, de su habilidad para la política, de su influencia en los altos círculos del poder y de sus enormes posibilidades de ser el candidato a la Presidencia de la República: será el mejor Presidente que haya tenido México en toda su historia, pontificaba para endulzar el oído de su mecenas y protector.
Nos lo hereda Fidel
Cuando viene el cambio de gobierno, cuando entra Javier Duarte de Ochoa a ocupar la silla principal del Palacio de Gobierno, en lugar de su maestro, todos pensamos que hasta ahí llegaba la vida del ya célebre Rafael Cruz Tronco “El Negro”, lo que era un buen comienzo para el joven gobernante, pero no. La sorpresa que todos nos llevamos fue que, en vez de desaparecer del mapa, “El Negro” se mantuvo en el poder, como ministro sin cartera, pero ahora con mayor empuje, con mayor fuerza, con más apoyo del titular del poder Ejecutivo.
Este mañoso negrito coloca a su hijo en un importante cargo en la Secretaría de Finanzas y Planeación, y él continúa con su vida de charlatán.
Pero el discurso que ahora comienza a usar es distinto, Fidel ya no fue candidato del PRI a la Presidencia, ya era Enrique Peña el Presidente de México, y El Tío no salió muy bien después de una desastrosa administración en la que se sentaron las bases para alcanzar la deuda que hoy tenemos los veracruzanos de 170 mil millones de pesos, según cálculos de expertos, y en la que hizo talco las instituciones prostituyéndolas con la presencia de modelitos, de chiquitas con línea directa con el gobernante, con funcionarios improvisados que solo hicieron negocio en los cargos que generosamente El Tío les entregó y con la presencia, gozando de impunidad, de bandas de la delincuencia organizada por vez primera en la historia de Veracruz.
Fidel era el peor gobernante que habíamos tenido, luego entonces, hablar bien de él no era negocio para nadie, menos para El Negro Cruz.
Y así es como nuestro personaje comienza a platicar la historia del grupo de los chamacos de la Fidelidad, a los que les mató el hambre, los vistió cuando era necesario, les compraba zapatos y hasta una feriecilla les daba cuando querían ir al cine, porque Fidel les pagaba (cuando se acordaba) cuatro mil mugres pesos mensuales a cada uno. El señor Cruz se refería por supuesto a Javier Duarte de Ochoa, Jorge Carvallo Delfín, Erick Lagos Hernández y Salvador Manzur Díaz.
Conociendo lo mamila y exagerado que es El Negro, pensábamos que eso era mentira, pero sorpresa que nos llevamos. Un día, en una comida que se sirvió en la casa del maestro Carlos Brito Gómez, el mismo titular del Ejecutivo, el mismo Javier Duarte de Ochoa, nos platicó ese pasaje del cuarto de cuatro por cuatro en el que “trabajaban” los colaboradores de Fidel en el Senado de la República, reconociendo que Cruz Tronco efectivamente los llevaba a comer, les compraba ropa y zapatos y les echaba la mano, que por eso le tenían un gran aprecio.
Todo este rollo viene a cuento a propósito de lo que hoy es vox populi; la fortuna de miles de millones de pesos que cada uno de esos chamacos fieles tienen y que han logrado en solo dos sexenios de permanencia en el poder, atracando a placer. Como dice Ricardo Ahued: “ahora cualquier mozalbete (funcionarios del gobierno) hasta helicóptero tiene”.
Total que la historia de Rafael Cruz Tronco, ratificada por el propio Gobernador Javier Duarte, puede servir en la PGR como testimonio del atraco que cometió una pandilla a las arcas del erario veracruzano. ¿A poco no?
No se puede legislar con ocurrencias
En opinión de la maestra en derecho Monserrat Díaz, integrante de la Red Veracruzana por el Derecho a Decidir de las Mujeres, la Reforma al Artículo 4 de la Constitución Política local, aprobada por el Congreso del Estado la semana pasada para proteger la vida desde la concepción hasta la muerte natural es un retroceso legal, pues criminaliza a las féminas que interrumpan su embarazo; mientras que para Fernando Pérez Vignola, integrante de la Asociación Civil Humanismo y Trascendencia para Veracruz, es la protección del ser que se está gestando y que no puede decidir por sí mismo.
Estas opiniones encontradas se produjeron en el marco del programa “Polaca a la Veracruzana”, durante el cual los panelistas coincidieron que se debe proteger la vida, pero difirieron en las medidas que debe tomar el Estado para garantizar este derecho.
La maestra Monserrat reiteró que las mujeres deben tener el derecho de decidir sobre su cuerpo si desean interrumpir la gestación; pero él refrendó que por encima de los derechos reproductivos de las mujeres, están los del producto concebido de vivir y de disfrutar lo que su futura madre, si lo desecha, le estaría arrebatando.
Reforma, asunto promovido por la Iglesia
Profundizando sobre este controvertido asunto, de la reforma que protege la vida, Monserrat Díaz afirma que esto fue un asunto promovido por la Iglesia Católica, porque la iniciativa ciudadana que se presentó originalmente no pasó de esta manera, y ejercicio presión para que se presentara por el gobernador. Coincidió con Fernando Pérez que todos tienen derecho de decir lo que piensan; pero lo que no es correcto es que se legisle con una sola posición ideológica, dejando fuera al resto de las personas.
Abundó que no se puede legislar con base en ocurrencia y más cuando todavía no hay un argumento sólido que indique cuándo se forma la vida, es decir, desde cuando la fecundación pasa a ser persona con derechos jurídicos.
La académica expuso que Veracruz quedó al nivel de Estados centroamericanos como Nicaragua y El Salvador en términos de derechos humanos y retroceso jurídico y agregó que no dará posibilidades a aquellas mujeres que no tienen ninguna fe, a decidir sobre su cuerpo. Describió que a diferencia de las convenciones y tratados, las declaraciones como la de los Derechos Humanos, no tienen un carácter vinculante, sino que son una guía moral que hay seguir. De igual forma, agregó que se debe proteger la vida de las personas que están en este mundo y no dirigir las esperanzas hacia un producto que no se sabe si nacerá y es que expuso que son más los óvulos fecundados que no terminan de desarrollarse, que los que sí…. Vaya tema.
Reflexión
El Senador de la República José Yunes Zorrilla, comentó ayer en rueda de amigos que él no defiende a nadie, que los asuntos de las denuncias contra funcionarios públicos de la actual administración se encuentran en las dependencias correspondientes, y que serán esas instancias las que decidirán, insistiendo en que se castigue a los responsables del desorden administrativo. Lo que nos queda, comentó, es exigir que se agilice el proceso y mientras –nosotros- atender los asuntos de los veracruzanos. Escríbanos a mrossete@nullyahoo.com.mx formatosiete@nullgmail.com www.formato7.com/columnistas