Este miércoles, en Radio Fórmula, el periodista Ciro Gómez Leyva entrevistó vía telefónica al dirigente nacional del PAN, Ricardo Anaya, quien ese día realizó una gira por Veracruz.

Gómez Leyva, que también publica una columna en El Universal, escribió sorprendido la defensa a ultranza que Anaya hizo de su candidato a la gubernatura veracruzana, Miguel Ángel Yunes Linares, de quien sostuvo reiteradamente que “es gente decente y de bien”, a pesar de las evidencias que se han venido exhibiendo sobre su inexplicable riqueza.

Pero Ciro parece olvidar la complicidad que Anaya trae con Yunes desde el último proceso interno del PAN por la presidencia del Comité Ejecutivo Nacional del partido blanquiazul. Y es que a principios de octubre de 2014, cuando aún escribía para Milenio Diario, Gómez Leyva publicó una columna titulada “¿Pues qué se dicen Ricardo Anaya y Yunes en la grabación?”, en la que consignaba lo siguiente:

“A la par del avance de la noticia de la renuncia de Gustavo Madero a la presidencia del PAN y el arribo de Ricardo Anaya como relevo, comenzó a correr también la versión que pedía estar alertas, porque se ‘deslizaría por ahí una grabación demoledora’ de Anaya con Miguel Ángel Yunes, que iba a dejar muy mal parado al nuevo líder panista.

“Según esto, la grabación (no se aclaraba si era audio o video) tendría que ver con hechos relacionados con Veracruz (no se aclaraba si eran cuestiones políticas, de negocios o personales).

“Y tendría tal contundencia que el propio gobierno federal estaría operando a tope para evitar que se difundiera. ¿Pues qué se dicen Ricardo Anaya y Yunes como para despertar tanta preocupación?

“Si existe y alguien está decidido a que se conozca, el material aparecerá en internet, las redes o algún medio, por más que el mismo Presidente de la República se empeñe en impedirlo. Es el signo de los tiempos: no se castiga con castigos, sino con el ridículo. Y el ridículo, lo hemos visto desde 2004 (tomo como punto de partida el caso del ‘Niño Verde’), es despiadado, brutal, casi nadie lo sobrevive. Una vez que muerde a alguien, no lo suelta. Si quieres aniquilar a un adversario, a un enemigo, grábalo y exhíbelo. Es eficaz, barato y prácticamente no conlleva riesgo.

“No me sorprende la degradación, el espionaje obsceno ni esa ilegalidad que busca los juicios sumarios y el linchamiento ipso facto. Lo increíble es la candidez de personajes públicos que, sabiendo que pueden ser grabados, hablan y actúan como si fueran invisibles.
Indestructibles. Suerte a Anaya y Yunes”, concluía Gómez Leyva.

Al día siguiente, el periodista local Filiberto Vargas Rodríguez, en su columna “Punto de Vista”, difundió la siguiente versión:

“Ricardo Anaya está muy preocupado’, me comentaron. ‘Él sabe todo lo que ha conversado vía telefónica con Miguel Ángel Yunes, y teme que haya más grabaciones’.

“El informante, gente que se mueve en los corrillos políticos de la capital del país, fue más allá: ‘Desde que se conoció que asumiría de manera interina la dirigencia nacional del PAN, Ricardo Anaya ha llevado este tema con (el secretario de Gobernación, Miguel Ángel) Osorio Chong. Le ha pedido que pare la guerra entre Javier Duarte y Yunes Linares, pues él está resultando el más afectado’.

“–‘Suéltalo’, le aconsejaron. ‘Es más el daño que te hace, que lo que te puede ayudar. Yunes está radioactivo’.”

Algo similar advertía en su columna de este jueves Gómez Leyva: “Hace unos días (abril 26), escribí aquí que Yunes podría argumentar que hay una guerra sucia en su contra financiada por el gobernador Javier Duarte y orquestada por el líder priísta Manlio Fabio Beltrones, pero que difícilmente revertiría tanta información sobre su riqueza. Apunté que quizá el desprestigio de Duarte y la atomización del voto le alcancen para sobrevivir la elección del 5 de junio, incluso para ganarla. Pero de que ha quedado cubierto por un manto de oprobio, tengo pocas dudas. Yunes dirá que son mentiras, guerra sucia. El problema es que hay demasiadas pruebas en la mesa para taparlas con el lenguaje de la victimización.

“Por eso creo que ayer Ricardo Anaya dio un salto al vacío. Si Miguel Ángel Yunes pierde, las investigaciones legales y periodísticas sobre su patrimonio no cesarán. Si gana, proliferarán, se multiplicarán a un grado que tal vez no hayamos visto con gobernador alguno. Y Anaya tendrá que cargar con él por haberlo encubierto al expresar un 11 de mayo de 2016 que Yunes era una gente decente, de bien. O por negligente, por no revisar la fortuna del veracruzano. O por ingenuo, inocente, pues su candidato al gobierno de Veracruz lo habría engañado con facilidad.

“Afirmo lo anterior porque dudo que todo lo que se ha revelado sobre la riqueza de Yunes sea falso. Y porque, independientemente de que gane o pierda la votación del 5 de junio en Veracruz, creo que Miguel Ángel Yunes está perdido. Puedo equivocarme, pero creo que lo está. El manto de oprobio es mayúsculo”, remató el columnista de El Universal.

Reabren casos de pederastia

Por cierto, las malas noticias no cesan para el candidato panista Miguel Ángel Yunes.

Y es que este miércoles, 40 asociaciones civiles interpusieron ante la Fiscalía Especial para Delitos de Violencia contra Mujeres y Trata de Personas de la Procuraduría General de la República una denuncia en su contra por los delitos de abuso sexual, corrupción de menores, trata de personas, pederastia y pornografía infantil.

El tema es delicado, pues contrario a lo que Yunes Linares señala no se trata de una campaña de lodo orquestada por su supuesta ventaja electoral, esta vez son personas de carne y hueso que han dado la cara y lo enfrentan.

Estos hechos se suman a la investigación realizada hace unas semanas por la policía cibernética, la que presuntamente habría descubierto la vinculación entre el abanderado del PAN con una reconocida empresa de la Ciudad de México que le brinda asesoría en redes sociales, a la que atribuyen la campaña viral de golpeteo al partido en el poder utilizando el caso de “Los Porkys”.