Tomadas como elemento de batalla electoral desde el principio de la campaña política, las encuestas están empezando a ser un dolor de cabeza para el candidato de la alianza PAN-PRD al Gobierno de Veracruz, Miguel Ángel Yunes Linares.

Luego de ofrendar como pruebas de su anticipada victoria encuestas que le daban hasta una ventaja de más del 12 por ciento (entre ellas, una financiada por un diario sureño), Yunes Linares ha visto con preocupación las dos últimas encuestas nacionales que marcan un claro empate técnico con su oponente Héctor Yunes Landa.

La encuesta que Miguel Ángel Yunes Linares ha colocado más en el tintero e, incluso en anuncios espectaculares, es la que le otorgaba una ventaja de entre 8 y 12 puntos porcentuales sobre el priista Yunes Landa, encargada por el diario El Financiero, levantada entre el 30 de marzo y el 4 de abril, que marcaba para él preferencias electorales del 46 por ciento, contra el 34 % de su primo, y 15 % de Cuitláhuac García Jiménez, de Morena.

Las campañas apenas daban inicio y el discurso machacón de que encarcelará a Javier Duarte de Ochoa y a sus cómplices en actos de corrupción, levantaba el ánimo de propios y extraños. La más reciente encuesta que le daba ventaja, la del Gabinete de Comunicación Estratégica (GCE), publicada el 21 de abril, le permitía ostentar el 24 %, contra el 19 % de Héctor Yunes Landa, con datos en que se hacía a un lado a los indecisos.

Pero, entonces, entró en juego lo que él llama guerra sucia, deleznable desde el punto de vista ético, pero sumamente utilizada en estas batallas, incluso por él mismo. Las revelaciones sobre la participación de su hijo Omar en los Papeles de Panamá y las que hipotéticamente marcaban ominosas inversiones en inmuebles en Nueva York, que él ha tratado de aclarar de manera poco convincente, combinadas con los ataques persistentes hechos por el mejor colocado entre los presidenciables, Andrés Manuel López Obrador, hicieron los primeros efectos negativos en la opinión pública.

A ella han seguido otras filtraciones y revelaciones, como las hechas por la revista Proceso, y algunas bajo el formato del grupo Anonymous (que éste ha desmentido como propias, aunque el contenido ha sido publicado en diversos medios), que revelan la enorme disposición de recursos financieros familiares para adquirir inmuebles de lujo en la Ciudad de México, han puesto en jaque una campaña basada justamente en el combate a la corrupción.

Lo que más le ha afectado, incluso con medios de comunicación afines, ha sido la publicación de tratos con el gobernador Javier Duarte de Ochoa que le permitieron obtener financiamiento público para impulsar la carrera política de su hijo Fernando Yunes Márquez, actual Senador por Veracruz, en una jugada que buscaba dos efectos: impedir el triunfo de los dos senadores priistas Héctor Yunes y José Francisco Yunes, por un lado, y la derrota de Pipo Vázquez Cuevas, panista que iba  junto a Fernando.

Este hecho ha marcado  con tintes oscuros su principal bandera electoral: el combate a la corrupción, personificada por el gobernador priista, con quien antes tuvo tratos inconfesos.

Caballo que empareja, gana

Muchas de estas versiones han afectado la campaña de Miguel Ángel Yunes Linares, al punto de caer en las preferencias electorales de manera vertiginosa y preocupante. Ya muchos analistas nacionales apuntan que el próximo 5 de junio no solo puede obtener su segunda derrota en su aspiración de ser gobernador de Veracruz sino que puede arrastrar tanto al PAN como al PRD al tercer lugar en los resultados electorales, superado por el priista y por el sorprendente paso del candidato de Morena, Cuitláhuac García Jiménez.

En menos de dos semanas, las encuestas de dos diarios nacionales: Reforma (que, contra las dudas de todas las demás encuestadoras, atinó en el abrumador triunfo del candidato independiente Jaime Rodríguez Calderón, El Bronco, en las elecciones para gobernador en Nuevo León en 2015) y El Universal, han coincidido en que las preferencias electorales dan un empate técnico a Miguel Ángel Yunes con Héctor Yunes.

Aunque en ambas va un punto o dos por arriba del priista, lo cierto es que los resultados le son adversos, a cuatro semanas de los comicios. En este espacio mencionamos los resultados dados a conocer por Reforma el jueves 28 de abril, en que Miguel Ángel Yunes Linares iba con 33 por ciento de la preferencia, contra el 32 por ciento de Héctor Yunes Linares, con la muy cercana competencia del candidato de Morena (24 %). Lo grave es que la percepción de ganador entre los ciudadanos encuestados daba por hecha la victoria del priista, con 39 por ciento, contra la de Miguel Ángel, que apenas lograba el 23 por ciento.

Ahora ha sido El Universal, a través de su encuesta, el que ha corroborado el empate técnico entre ambos candidatos. Así, mientras el candidato de la alianza PAN-PRD mostraba una preferencia del 20.8 por ciento de los encuestados, el del PRI obtenía 18.1 por ciento, una diferencia de apenas 2.7 por ciento que se considera empate porque el margen de error del ejercicio demoscópico es de +/-3.1 %.

La tendencia marca claramente que Miguel Ángel va en caída libre, mientras que Héctor va sumando puntos en la preferencia electoral. No hay que perder de vista que el candidato de Morena, Cuitláhuac García Jiménez, le pisa los talones a ambos, al lograr el 16.2 por ciento, que lo aleja por apenas 4 puntos del más aventajado.

Esta encuesta muestra los números negativos del panista en función de lo que obtienen quienes salieron del PAN justamente por su accionar partidista y su postulación impuesta por la dirigencia nacional. Juan Bueno Torio, Alba Leonila Méndez Herrera y Víctor Alejandro Vázquez Cuevas han logrado en conjunto atraer la simpatía de poco más del 5 por ciento.

Por las fechas en que ambas encuestas fueron levantadas (entre el 23 y 25 de abril), no es de asombrarse que en próximas encuestas la caída sea más definitiva, puesto que han salido nuevos elementos que permiten visualizar a Yunes Linares con un discurso doble: muy rudo hacia fuera y muy condescendiente hacia dentro.

En los próximos días, además, seguramente saldrán los resultados de otras armas que se velarán contra el panista. Una que tuvo su rejuego en el fin de semana es su vinculación con empresarios y políticos pederastas, pero también le harán ver las suyas tanto la clásica cooptación de alcaldes panistas y perredistas, la salida de muchos seguidores del PAN y el PRD por la nominación candidatos a diputados locales, por mayoría relativa y por representación proporcional, que ya han impuesto el cambio de las listas en el PRD.

Mayo será, sin lugar a dudas, un mes sumamente caliente, y los efectos los veremos en las próximas encuestas. Por lo pronto, Héctor Yunes ya alcanzó, y puede rebasar a su primo albiazul.

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