Xalapa es, sin discusión, una plaza complicada para los candidatos priistas al Congreso local. Un sondeo entre analistas del acontecer político en la entidad arrojaría como resultado que al menos 8 de cada 10 ubica a los dos distritos como «muy complicados» o incluso como «casos perdidos».
Las razones son muchas, pero entre las más evidentes se puede destacar que en la capital del estado radica una gran mayoría de los pensionados y jubilados de la burocracia estatal, esos que han sido tan lastimados en el bolsillo en los meses recientes por el retraso en el pago de sus reducidas pensiones.
También viven en Xalapa gran parte de los empleados de la Universidad Veracruzana, así como los estudiantes y egresados de esa institución educativa, que se sienten agraviados por el conflicto financiero que vive la casa de estudios con el gobierno estatal.
Muchos de ellos asumirán que el sufragio es una poderosa arma para castigar a los que los tienen sumidos hoy en tan grave crisis.
Esos argumentos podrían parecer suficientes como para decretar de antemano la derrota priista en la capital del estado. Más aún, si volteamos al más reciente proceso electoral -el federal del 2015- en el que el PRI volvió a caer, como tres años antes, hasta la tercera posición.
Pero los cálculos de los especialistas son muy distintos. Ven muy altas posibilidades de mantener los dos escaños en el Congreso local, que hoy ostentan Ricardo Ahued y David Velasco.
Sus argumentos son, también, muy sólidos.
Advierten que esta elección, en la que no sólo se define a los integrantes de la próxima Legislatura local, sino a un gobernador que durará sólo dos años en el cargo, tendrá matices muy distintos a procesos anteriores.
Especialmente en los dos distritos de Xalapa, el PRI optó por candidatos con mucho trabajo «de a pie». Tanto Corintia Cruz como Adolfo Toss han recorrido las colonias de la capital y han llevado soluciones a las más sentidas demandas de los xalapeños.
Está claro que Corintia ha caminado más. Ha operado en esta zona para otras campañas políticas y fue construyendo un capital político que ya ha demostrado su eficacia. Los estudios de opinión la colocan a la cabeza en intención del voto y en nivel de conocimiento, por encima de los abanderados de la alianza PAN-PRD y de Morena, aunque es cierto que sus números bajan cuando se le vincula con su partido.
Adolfo Toss tiene una trayectoria profesional que lo respalda. Es un buen hombre, que ha asumido responsabilidades en el servicio público que le han permitido ayudar a muchísimos xalapeños. Su reciente paso por el DIF municipal le permitió llegar hasta las zonas más vulnerables de la capital veracruzana, lo que habrá de ayudarle en su recorrido para pedir el voto. Le abona, además, que su candidatura es respaldada por una alianza de partidos.
Por el contrario, los abanderados opositores tienen muy escaso recorrido y suelen hacer «campañas de café», por lo que son pocos en las colonias los que realmente los conocen.
Quienes anticipan un nuevo descalabro del PRI en Xalapa, basados exclusivamente en los resultados de la elección federal del 2015, con seguridad se llevarán una sorpresa. No se debe perder de vista que los actuales legisladores locales son emanados del PRI, lo mismo que el alcalde. Que los tres tienen muy buena aceptación entre la ciudadanía, por lo que también habrán de sumar a los candidatos de su partido.
Está claro que cada vez resultan más complicados estos retos. Una campaña de apenas 30 días deja muy poco margen para abatir los negativos, pero la mejor estrategia es trabajar en la unidad del priismo y convencer, cara a cara, a los votantes.
Hoy el voto es para la persona, y esa es la principal fortaleza de los abanderados del PRI en Xalapa.
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