Mutatis Mutandis
Por Rafael Arias Hernández
El final a menos de 226 días y a 49 de elecciones. Inocultable y activa delincuencia gubernamental, en particular la electoral. Crecen pobreza y hambre, desempleo y crisis, deuda pública y cuestionada administración. Más devoluciones y comprobaciones, denuncias y escándalos, saqueos y desapariciones. ¿Y los miles de millones de pesos sin comprobar? Más hartazgo e inconformidad social.
Cambiar lo que se deba cambiar
A casi todos los veracruzanos urge el cambio. Probado esta que Justicia sin efectividad es impunidad.
Para la mayoría no más de lo mismo; es la hora de demostrarlo en los hechos, en la verdadera renovación de la alternancia; que sólo será posible, en principio, con vigilancia, combate permanente y erradicación del hampa electoral, sobre todo gubernamental; y, desde luego con la expresión unificada de la voluntad popular, voto útil es la acción para ganar la elección y evitar la división y fragmentación.
Para otros, la minoría en el poder, como siempre, lo importante es olvidar, relegar, minimizar su responsabilidad. Como ya es su costumbre entretener, prometer que se puede y debe cambiar, pero para que todo siga igual.
Y para convenencieros, mercenarios, paleros y vividores del presupuesto da igual. Lo mismo atan que desatan, apoyan o traicionan, se vuelven dependientes, dóciles y convencidos, y hasta ”promotores” del cambio.
En fin. Nótese y compruébese como partidos y candidatos coinciden en un mensaje: en la necesidad y urgencia del cambio.
Pero, para hacerlo realidad hay que distinguir y jamás perder de vista, en primer lugar y siempre, que Veracruz padece y está en la lamentable y desastrosa situación, como consecuencia del pésimo y condenable desempeño de quienes hasta hoy lo gobiernan.
No olvidar, en ningún momento. Ellos y el PRI, partido que los postulo, llevo al poder y apoya. Unos y otros, han tenido y tienen, privilegio y responsabilidad de representar, administrar y gobernar. Por tanto, deben en todo caso, responder y rendir cuentas, de lo hecho bien o mal; y de lo que no se hizo y está pendiente. Nada de olvidar y dejar pasar responsabilidad y culpa.
Del increíble, inocultable e inaceptable desastre de gobierno, ahora estamos frente a la unidad de la complicidad, la unidad de la impunidad, la unidad de la continuidad. Hechos presentes, de cómo sobreviven intocables y reciclables.
Pero no hay mal que dure seis años y el próximo solo dos. A falta del indiscutible derecho, hasta hoy negado o conculcado, de revocación de mandato. ¿Qué hacer con ineptos y corruptos?
La costumbre impuesta por la cultura del desinterés y el conformismo es no hacer nada, si acaso lamentar; y, en el colmo secundar, respaldar y elegir a redentores de la eterna esperanza, a salvadores de la promesa y a supuestos líderes o guías del compromiso que jamás se cumplirá.
Aquí y ahora, no para después de elecciones. ¿Qué hacer con ineficientes y delincuentes cuya mediocridad y perversidad, ineficiencia y delincuencia, se han convertido en ejemplos del crimen sin castigo, de la indolencia ciudadana y social ¿Hay que premiarlos, admirarlos, olvidarlos o imitarlos?
Cambiar para que todo siga igual
Así que no queda otra que insistir en estos temas. Repetir, que si se observa con detenimiento, demasiados discursos y propuestas, actitudes y expectativas, coinciden en necesidad y urgencia del cambio. Lo más curioso, es que esto no es nuevo, se ha acentuado en los últimos sexenios y, consecuentemente en las elecciones respectivas.
La cuestión es que las cosas, para millones de veracruzanos van de mal en peor; mientras campañas, candidatos y partidos deliran, prometen y se comprometen a lo que, en su mayoría hasta el momento no hacen; y lo que es peor, hasta los mismos responsables de gobernar y el mismo partido que los postula y apoya, como es el caso del PRI por ya 87 años, sobresalen y destacan por su supuesta voluntad de cambio frente a problemas, retrocesos y consecuencias que ellos mismos causaron o ayudaron a causar.
Las nuevas generaciones presentes y futuras preguntan y se preguntaran. ¿Por qué continuar más de lo mismo y peor? ¿Cómo es posible que sigan, se mantengan y se reproduzcan intocables y reciclables?
La razón es simple, persistencia de la dominación de ineficiencia y delincuencia, que sostienen la simulación como forma de gobierno y la continuidad de la impunidad, como garantía y sistema.
De ahí que, es recomendable tener presente, cuando menos tres aspectos importantes.
Primero, responsabilizar y exigir a gobernantes y partido (PRI) responsables. Tanto unos como otros, tienen que ser llamados a rendir cuentas, a informar y explicar el por qué se llegó a esta lamentable situación, a padecer las pérdidas, retrocesos y desastres que se viven y vendrán; pero sobre todo a justificar administración, uso y destino de los recursos públicos, endeudamientos, concesiones y privatizaciones; así como lo referente a las atribuciones de las instituciones a su cargo, en especial el cumplir y hacer cumplir la ley. No más de lo mismo, ni los mismos.
Segundo, apoyo a todo el que denuncie y combata delincuencia gubernamental. Asumir ya, actitud y conducta responsables, para fortalecer el Estado de Derecho, dar vigencia y aplicación a la ley, hacer de la Justicia una realidad, para combatir siempre corrupción y complicidad; empezando por reconocer y apoyar a quienes se atrevan a denunciar, combatir y erradicar la delincuencia en todas sus formas, dentro y fuera del gobierno; y, en particular, la delincuencia electoral gubernamental. Apoyarlos y demostrarles que no están ni estarán solos. Insistir y perseverar en impedir la continuidad de la impunidad.
Y Tercero, enfrentar, contrarrestar y detener la estrategia electoral de divide y vencerás. La misma conocida, fomentada y padecida, en la proliferación de candidatos mercenarios, alquilados, farsantes y perdedores por definición y convenenciera intención. Habilitados y financiados solo para atraer, captar apoyo y respaldo ciudadano, restándolo y reduciéndolo a quien si representa una verdadera oposición y posibilidad de alternativa. Es la hora del voto útil, del voto responsable que garantice en realidad, el cambio verdadero y no simulado. Prioritario el voto útil.
*AcademicoIIESESUV@nullRafaelAriasH.Facebook:VeracruzHoydeRafaelAriasHdez