Estoy seguro que en la anterior entrega de “Sin tacto” algunas lectoras y muchos lectores me hicieron el favor de hacerse bolas conmigo, en el asunto de la paridad de género y las candidaturas a las diputaciones locales.
Y tanta confusión no es debida a la poca o nula capacidad pitagórica que tengamos, sino a que la normatividad al respecto está muy mal escrita, y por eso es confusa y limitada.
El texto de esa norma, es una muestra prístina de un castellano afectado por todo tipo de barbarismos, una prosa falsamente elegante y una sintaxis que no atiende a ninguna regla.
Y es que los Lineamientos generales aplicables para garantizar el cumplimiento del principio de paridad de género en el registro de candidatos ante el organismo público local para el Estado de Veracruz (permítanme tomar aire, qué nombre tan largo, rimbombante y excedido: inspira, espira; inspira, espira) … los Lineamientos, decía, no explican de ninguna manera qué va a pasar en el caso de las coaliciones, y si la equidad contará sólo para los partidos que encabecen la fórmula coaligada en algún distrito.
El texto completo se puede leer en el siguiente link: http://www.iev.org.mx/1publica/reglamento/l59.pdf.
Y eso es sólo en lo aritmético -o matemático, pues los números van a ser muy complicados-, porque en lo político será un verdadero desbarajuste poder convencer a los que se tengan que bajar no porque no estén en las encuestas o no garanticen el triunfo, sino solamente porque son muy machos y no le dan las cuentas de la equidad al PRI y a sus partiditos aliados.
Se me ocurre que la persona que redactó esos Lineamientos es muy traviesa, y por ello debe estar muerta de la risa ante los problemas que están originando su redacción y su mala leche.
Y si con eso no fuera suficiente, me topo con un artículo d esa legislación que añade problema al conflicto. Cuando lo vean poquito más adelante la electoral lectora y el electorero lector entenderán mejor lo que digo. Bueno, se los pongo de una vez:
“Artículo 9. En ningún caso se admitirán criterios que tengan como resultado que” [a] (sic) “alguno de los géneros le sean asignados exclusivamente aquellos distritos en los que el partido haya obtenido los porcentajes de votación más bajos en el proceso electoral inmediato anterior.”
Lo que trató de decir el bromista que ¿redactó? ese texto, es que no se permitirá que algún partido ponga a sus mujeres candidatas en los distritos en los que está más débil (el caso contrario, que los hombres sean mandados a los distritos perdedores, es posible, aunque altamente improbable). Con eso, la paridad se quedaría en las candidaturas, y llegarían a Legislatura casi puros señores.
Así que cuando el PRI y sus aliados se logren poner de acuerdo en cuáles 15 distritos van a sacrificar (en la perspectiva de tantos machos que dicen que la política es cosa de hombres) para que entren 15 señoras, tendrán que ofrecer algunos de los lugares en los que el tricolor mantiene la hegemonía.
No, si no va a estar nada fácil.
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