La sucesión veracruzana llega poco a poco a su punto más álgido; en los partidos Acción Nacional y de la Revolución Democrática es claro que muy difícilmente abortará la alianza rumbo a 2016. En el PRI, mientras tanto, se habla de tres posibilidades, que representan a igual número de grupos en disputa: la opción de Héctor Yunes Landa o José Francisco Yunes Zorrilla; la de Alberto Silva Ramos, a quien se ubica como parte del grupo que se encuentra actualmente en el gobierno de la entidad; y la de un tercero, que podría ser el secretario de Infraestructura y Obras Públicas, Tomás Ruiz González. En Morena, por otro lado, nadie parece disputar la candidatura al diputado federal por el distrito de Xalapa, Cuitláhuac García Jiménez.
Este domingo, en Boca del Río, el senador Héctor Yunes Landa se reunió con los agremiados a la CROC, central que encabeza Tomás Tejeda y que forma parte del sector obrero del PRI; ante ellos, el legislador veracruzano insistió en el pacto que le une a su homólogo José Francisco Yunes Zorrilla, para encarar los procesos electorales de 2016 y 2018; gobernar Veracruz, juntos, de 2016 a 2024.
Sostuvo que nada ni nadie afectará o echará abajo el acuerdo con Pepe Yunes; y que este lunes se reunirá con los principales operadores políticos del oriundo de Perote, unas 150 personas de todo el estado, que acudirán a Xalapa para sostener un encuentro entre ambos equipos.
Esa intención corresponde a un acuerdo celebrado entre los dos senadores priistas, con el fin de integrar un solo equipo de trabajo; de esa manera, se espera que al concluir la reunión general programada para este lunes, se calendaricen las reuniones temáticas o regionales entre los operadores de Héctor Yunes Landa y José Francisco Yunes Zorrilla.
Con el pandero en la mano
Mientras eso ocurre en el contexto del acuerdo Héctor-Pepe, el dirigente estatal del PRI, Alberto Silva Ramos camina con el pandero del partido en la mano; este domingo estuvo en Tecolutla y Puente Nacional; en el primero, tomó la protesta al comité municipal del tricolor; y en el segundo, encabezó una comida “de la unidad”; una unidad, por supuesto, que excluye a otros aspirantes y que no contempla más proyecto que el del grupo que despacha en Palacio.
Silva Ramos apuesta todas sus fichas a esta sucesión; el dirigente del partido es la única posibilidad de que el grupo que llegó en 2004 se mantenga al menos hasta 2018.
En otra pista se mueve el actual secretario de Infraestructura y Obras Públicas del gobierno del estado, Tomás Ruiz González, quien busca colarse en la sucesión como un tercero en discordia.
El ex director de Banobras sabe perfectamente que no hay un solo aspirante que pertenezca a la cuadra del gobernador veracruzano y que se encuentre bien posicionado para enfrentar un proceso tan competido como el del año entrante, sobre todo ahora, cuando es prácticamente un hecho que PAN y PRD participen juntos en la elección y abanderen a un candidato tan sólido como Miguel Ángel Yunes Linares.
La ecuación para Ruiz González parece quedar así: Pepe Yunes preferiría esperar dos años para ser un gobernador de seis; llegaría a 2018 siendo todavía senador y recorriendo todo el estado; Héctor Yunes es probablemente el único aspirante interno que podría ser afectado por el veto desde la Casa Veracruz; Alberto Silva no despega y él, Tomás Ruiz, sería el único que no tiene enfrentamiento ni confrontación con los otros grupos internos.
Es muy difícil, casi imposible, que se registre un centralazo en Veracruz, como ocurriera en el México de hace dos o tres décadas. De esa manera, cualquier escenario sucesorio que no incluya a alguno de esos nombres por el PRI, es muy poco probable.
Bueno y Cordero
En el puerto de Veracruz, Juan Bueno Torio, aspirante panista al gobierno de Veracruz, recibió la visita del senador Ernesto Cordero Arroyo.
El ex secretario de Hacienda y Crédito Público respaldó públicamente las aspiraciones del ex senador veracruzano; dijo que “el bueno es Bueno”.
Habló de panistas buenos y manos; no dio nombres pero dijo que en Veracruz, el mejor escenario posible al interior de Acción Nacional es la candidatura de Bueno Torio. Sin duda, los aplausos a favor de uno también son contra otro. Por cierto, Ernesto Cordero fue enfático: no permitirán una imposición de candidato en Veracruz, por parte de la dirigencia nacional del partido.
Juan Bueno, por su parte, insistió en que la candidatura de la alianza PAN-PRD debe definirse mediante la consulta a los miembros activos. De igual manera, a pregunta expresa de los reporteros sobre su decisión, en caso de no ser postulado, el ex diputado federal panista aclaró que de ninguna manera renunciaría al blanquiazul. @luisromero85