La alianza entre los partidos Acción Nacional y de la Revolución Democrática podría concretarse en cinco entidades del país, Durango, Hidalgo, Quintana Roo, Tamaulipas y Veracruz, donde habrá elecciones para gobernador el próximo año, al igual que en otros siete estados.

Luego de los exitosos experimentos de Puebla y Oaxaca, donde gobiernan Rafael Moreno Valle y Gabino Cué Monteagudo, panistas y perredistas saben que la suma de sus partidos, si no es garantía de victoria, al menos incrementa la posibilidad de éxito electoral.

En esos estados, incluyendo Veracruz, las dirigencias estatales de PAN y PRD ya se han pronunciado a favor de la alianza y únicamente faltaría la determinación y el aval de los comités nacionales, que encabezan Ricardo Anaya y Agustín Basave.

En las cúpulas de esos institutos políticos se analizará y decidirá la procedencia del proyecto en esos y otros estados; hasta hoy, en Acción Nacional han comentado que la máxima dirigencia no observa con malos ojos ese ejercicio de suma de contrarios, en tanto que los acuerdos del reciente congreso extraordinario perredista de los pasados días 18 y 19 de septiembre contemplan las coaliciones con otras fuerzas, exceptuando al PRI.

En esos términos, de ser aprobada la alianza por las dirigencias nacionales de PAN y PRD, ¿qué seguiría?; básicamente, después de esta etapa continuaría la negociación para ver qué partido decidiría candidato en cada uno de los estados mencionados; vienen después los nombres de los aspirantes, así como la discusión en torno a las posiciones en los distritos, las diputaciones locales, y los municipios, los alcaldes. Hay que recordar que de los 12 estados que celebrarán elecciones en 2016, sólo Puebla y Veracruz no renuevan presidencias municipales en la jornada del 5 de junio.

El tema deberá resolverse en poco más de dos meses, ya que en febrero vence el plazo para el registro de las alianzas ante el Instituto Nacional Electoral.

Habría que mencionar que en los cinco estados en que se llevan a efecto negociaciones para concretar la alianza, el blanquiazul es segunda fuerza y el Sol Azteca se encuentra rezagado; en Durango, por ejemplo, PRI, PAN, Morena, Verde, Movimiento Ciudadano e incluso PT lograron más votos que el PRD en la elección federal del presente año. En Hidalgo, los perredistas son tercera fuerza, después del tricolor y del albiazul.

En Quintana Roo, panistas y perredistas están muy lejos del PRI; ocuparon la cuarta y quinta posición, respectivamente. En Tamaulipas, PAN fue segundo y PRD, octavo; mientras que en Veracruz, el estado con la mayor lista nominal de los 12 en que habrá procesos locales, esos partidos se ubicaron en el segundo y cuarto lugar en la elección federal de 2015.

En el tema de la selección de candidatos, por supuesto, no sólo cuentan las estadísticas, sino el nivel de posicionamiento de los aspirantes, factor que se podría determinar con el método de la encuesta. En este último punto, también parecen llevar ventaja los aspirantes panistas en Veracruz, Miguel Ángel Yunes Linares y Juan Bueno Torio.

La consigna, desplazar al PRI en Veracruz

Por cierto, si revisamos el histórico de las elecciones en Veracruz, encontraremos que la suma de PAN y PRD arroja los votos suficientes para desplazar al PRI de la primera fuerza. Por supuesto, el tema no puede reducirse a una simple operación aritmética; sin embargo, el impacto, en términos de opinión pública, puede convertirse en un factor a favor de esa alianza.

Al interior de PAN se comenta que de las cinco entidades citadas, Veracruz es la que representa más en número de electores e importancia política; curiosamente, este estado es el que registra los mayores avances en ese proceso. Por ello, los panistas sienten, hoy más que nunca, que hay condiciones para propinar al PRI su primera derrota; huelen la victoria, acarician la gubernatura y ya casi sonríen cuando miran al edificio de la calle Enríquez.

El tema de la alianza con PRD hace pensar a la cúpula panista nacional panista que las probabilidades de éxito electoral en Veracruz son mayores que en 2004 y 2010, cuando, con Gerardo Buganza y Miguel Ángel Yunes, respectivamente, el blanquiazul se quedó muy cerca de la victoria.

La reacción tricolor

En Veracruz, la reacción del partido en el gobierno se observa en dos sentidos: primero, un intento por frenar o al menos desalentar y desestimar la alianza PAN-PRD; por otro lado, agrupar una coalición con otras fuerzas: Verde, Nueva Alianza, Encuentro Social y Alternativa Veracruzana.

En el PRD se quejan por una operación priista para reclutar, bajo promesas o amenazas, a los alcaldes del Sol Azteca; de igual forma, señalan que hubo intentos del PRI para boicotear el tema de la alianza, mediante la compra de conciencias.

Evidentemente, hasta hoy, las llamadas fracciones rojas de PAN y PRD han sido insuficientes para echar abajo las negociaciones.

El tricolor desestimó la suma de panistas y perredistas, pero por otro lado, su dirigencia estatal anunció que integraría un frente con Verde, Panal, PES y AVE.

Ante dicho escenario, en las boletas veracruzanas de 2016, los ciudadanos podrían encontrar sólo las siguientes opciones: PAN-PRD; PRI-Verde-Panal-PES-AVE; Morena; y candidatos independientes. @luisromero85