Qué golpe más seco acaba de propinar la Organización Mundial de la Salud (OMS) a toda la industria cárnica global. Inconmensurable. Las empresas mexicanas Sigma Alimentos (subsidiaria de Grupo Alfa), Grupo Bafar, SuKarne (subsidiaria de Grupo Viz), las extranjeras Cargill, Tyson Foods y decenas más deberán lanzar una estrategia de comunicación y relaciones públicas como nunca lo imaginaron, si quieren mitigar algo el poderoso mensaje del organismo internacional: el consumo de carne roja y de carne procesada genera cáncer. ¡Zoc!

A estas alturas de la información publicada, todos los equipos de crisis de Álvaro Fernández Garza, Mario Páez, Eugenio Baeza Fares, Jesús Vizcarra, Heriberto Hernández y todos los industriales de este sector deberían estar desarrollando planes de manejo de crisis. Lo que se viene no es menor. El impacto podría ser devastador para esta industria.

Considérese lo publicado por la OMS: “Los expertos concluyeron que cada porción de 50 gramos de carne procesada consumida diariamente aumenta el riesgo de cáncer colorrectal en un 18%”.

Este no es un grupo de advenedizos ni un país en particular que quiera llevar agua a su molino: “Después de una revisión exhaustiva de la literatura científica acumulada, un Grupo de Trabajo de 22 expertos de 10 países, convocados por el Programa de Monografías del CIIC, clasificó el consumo de carne roja como probablemente carcinógeno para los humanos (Grupo 2A), basado en evidencia limitada de que el consumo de carne roja causa cáncer en los humanos y fuerte evidencia mecanicista apoyando un efecto carcinógeno. Esta asociación se observó principalmente con el cáncer colorrectal, pero también se han visto asociaciones con el cáncer de páncreas y el cáncer de próstata. La carne procesada se clasificó como carcinógena para los humanos (Grupo 1), basada en evidencia suficiente en humanos de que el consumo de carne procesada causa cáncer colorrectal.”