Inauguramos este espacio, amables lectores, con la humilde intención de compartirles reflexiones acerca de lo cotidiano, de esos temas que ustedes comparten con sus allegados. Nuestro objetivo principal es lograr coincidencias entre el texto que aquí se genera y el contexto en el que ustedes viven.
Entrando en tema, porque lo de la lana es gran tema en estos tiempos, ¿usted cómo se ha sentido cuando le deben una feria?, ¿cómo se ha sentido cuando usted es el que debe? Es pesado, es penoso, algunos prefieren no dar la cara y, con el paso del tiempo, si la deuda se extiende, deudor y acreedor se pierden en el estira y afloja.
Usted sabe perfectamente a qué deuda me refiero; en este espacio ponderamos la inteligencia del veracruzano. Según, es deuda “heredada” y comúnmente al hablar de herencia hay un difunto; hoy ese muertito es el estado, incluyendo a su sociedad. Hoy no importa dónde quedó el muerto, si ya se acabó el velorio, si se le paró la cruz, si llevaba rosario en la mano; hoy importa sacar de la chistosera… perdón, de la chistera (la otra es de donde sacaron la caña de pescar) nuevos créditos (más deuda), rascarle a las participaciones federales y diseñar estrategias de economistas de alto calibre para “rescatar” lo que no es rescatable. Eso sí, hay buenas intenciones, ni modo que se dejara todo como está, eso se agradece desde cierta perspectiva.
Nos referimos a lo no rescatable porque la deuda de billete está acompañada de una enorme deuda moral, ahí no hay pa´trás. Cada día, cada hora, un veracruzano está más pendiente de lo que pasa en su tierra y cuando a esos miles y miles de hombres y mujeres les toque elegir, lo harán como castigo, impulsados por el hartazgo hacia una clase política que ha visto a Veracruz como el negocio familiar; créame que el perjuicio ha sido para todos, desde los que no saben cuándo llegará la quincena, hasta familias de tradición política que han sido tratadas con la punta del zapato. ¿Se imagina el tamaño de esa deuda moral? Esa se cobrará en las urnas, seguro.
Que si los Yunes azules, que si aviadores, que si cambiamos de dirigente estatal del PRI, que si se reestructura la deuda, que si vienen más señalamientos de la ASF y, en medio, las y los veracruzanos, aguantando, agazapados, reflexivos. Los meses por venir, el cierre e inicio de año, serán decisivos, por eso tenemos una cita en la próxima entrega para seguir comentando, encontrando cabos que ataremos juntos.
Recuerden, no pierdan el hilo, la madeja es enorme.