Aparte del desastre financiero y de los graves problemas de inseguridad por haber permitido el ingreso y la expansión en Veracruz de uno de los cárteles criminales más sanguinarios del país, al ex gobernador Fidel Herrera Beltrán le imputan también hasta sus propios correligionarios haber corrompido al principal partido de la izquierda, el PRD, por lo que ahora, ante el descrédito y desplome electoral del partido del sol azteca, la sucesión gubernamental de 2016 podría polarizarse entre PRI y PAN, a menos que el Movimiento Regeneración Nacional (Morena), de Andrés Manuel López Obrador, postulara a un personaje virtuoso y popular, que al menos hasta ahora no se observa entre su militancia.

Y es que en las últimas dos sucesiones gubernamentales, la de 2004 y 2010, el PRI logró retener el poder gracias a que la coalición de izquierda –integrada por PRD, PT y Movimiento Ciudadano (antes Convergencia)– postuló al ex gobernador sustituto Dante Delgado Rannauro, lográndole arrebatar al PAN buena parte del voto antipriista. Sobre todo fue factor determinante en la elección de Herrera Beltrán, quien oficialmente venció al panista Gerardo Buganza Salmerón con una apretada diferencia de 25 mil sufragios.

Pero ahora, luego de la debacle electoral en los comicios federales de junio pasado –pues el PRD, que sólo ganó el distrito de Poza Rica, fue desplazado por Morena que obtuvo triunfos en Xalapa Urbano y Coatzacoalcos; mientras que el PT está por perder el registro por no haber alcanzado el 3% de la votación total válida–, se ve difícil que el año próximo se integre un frente electoral de izquierda, ya que López Obrador se resiste abiertamente a aliarse con los del sol azteca e inclusive con el partido de Delgado Rannauro.

La desesperación de la cúpula perredista es tal que la dirigencia nacional que preside Carlos Navarrete acaba de poner a disposición de los consejeros su renuncia para ceder su lugar a nuevos liderazgos y, además, se ha integrado una comisión con destacados militantes y fundadores que buscarán dialogar y acordar alianzas electorales a futuro con otras fuerzas políticas, principalmente con el ex perredista tabasqueño.

Sin embargo, en Veracruz se ve muy difícil que los líderes locales del PRD cooptados por los regímenes priistas desde la administración del ex gobernador Herrera logren recuperar la confianza y credibilidad de la ciudadanía que cada vez se muestra más irritada por la inseguridad, el desempleo y los índices de pobreza que contrastan con el exorbitante enriquecimiento inexplicable de las últimas dos camadas de funcionarios estatales.

Ahora, por ejemplo, a falta de banderas y auténtico compromiso con la lucha social, los líderes del partido del sol azteca, con su dirigente estatal Rogelio Franco Castán a la cabeza, han emprendido una intensa campaña en contra del nuevo Reglamento de Tránsito que entrará en vigor esta semana en el estado. Buscan capitalizar el rechazo de algunos sectores de la sociedad veracruzana, sobre todo de los miles de conductores de transporte público en la modalidad de taxi que son los que más se oponen porque quienes conduzcan a velocidades inmoderadas, vayan texteando o hablando por teléfono celular, se estacionen indebidamente o se pasen la luz roja de los semáforos deberán pagar elevadas multas.

Sin embargo, estos caudillos del “PRD rojo” –motejado así por la presunta proclividad de sus enriquecidos dirigentes a la componenda con funcionarios del PRI– se están viendo ridículamente incongruentes, ya que el gobierno del Distrito Federal, de filiación perredista, acaba de anunciar también un nuevo Reglamento de Tránsito que, entre otras cosas, contempla un aumento de entre el 10 y 15 por ciento en multas, así como una disminución en los límites de velocidad en las principales vías primarias de la ciudad, que pasarán de los 70 a los 50 kilómetros por hora; esto, con el fin de adaptarse al concepto “Visión Cero” creado en Suecia a finales de los años noventa y cuyo principio básico es reducir el número de accidentes, muertes y lesiones por accidentes de tránsito.

Este reglamento del gobierno capitalino prevé inclusive la pérdida de la licencia de conducir para los infractores reincidentes. Entre los puntos de este nuevo reglamento que entrará en vigor el 15 de diciembre próximo destacan las multas por el uso de teléfono celular que podrían ser de hasta 2 mil 448 pesos; el uso excesivo del claxon, que será sancionado con el pago de 349 a los 699 pesos así como un punto de penalización en su licencia de conducir; y las multas a ciclistas que se vean involucrados en algunos incidentes, los cuales podrían ser remitidos a un Juez Cívico si la parte agraviada (el atropellado) así lo solicita, y podrían ser sujetos a un arresto administrativo de 13 a 24 horas o en su defecto a pagar una multa que iría de los 769 a los mil 399 pesos.

También prevé multar con 2 mil 798 pesos al conductor que no tenga póliza de seguro (cuando en Veracruz decidieron omitir este requisito); el que circule sobre carriles exclusivos del transporte público deberá pagar 4 mil 197 pesos, y quien conduzca a exceso de velocidad, mil 399 pesos. La velocidad máxima en vías primarias será de 50 kilómetros por hora, mientras que en las zonas escolares, de hospitales, asilos, albergues y casas hogar, la mayor velocidad permitida será de 20 km/hr. Y los conductores de transporte público que violen estos límites de velocidad, aparte de ser sancionados económicamente serán penalizados hasta con seis puntos en su licencia de manejo.

Pero curiosamente, a diferencia de Veracruz, ¡en la ciudad de México los perredistas no protestan! Qué kafkianos.

CNOP: la era de Érika

A partir de este viernes 21, día en que rendirá protesta como dirigente estatal de la CNOP para el periodo 2015-2019, Erika Ayala Ríos emprenderá un intenso activismo para reactivar el Sector Popular del PRI.

No será fácil sacar de la modorra y darle un nuevo impulso a este organismo priista integrado por once movimientos, los cuales se encuentran en estado vegetativo debido a las dirigencias mediocres que en lugar de encarnar liderazgos dinámicos se han conducido más de manera burocrática en su mezquino afán de privilegiar intereses personales o facciosos.

La tarea esencial de la senadora suplente y dirigente sindical de los trabajadores del COBAEV será inyectarle nuevos bríos y darle un fuerte impulso a la CNOP para recuperar su verdadero peso político y fortalecer al Revolucionario Institucional. Su rumbo y destino lo tiene bastante claro: regresar al origen, pero preservando la experiencia de quienes llevan años trabajando dentro de este sector partidista y que quizá podrían sentirse desplazados por el relevo generacional que representa el ascenso de la joven lideresa, quien además ya fue dirigente interina del Comité Directivo Estatal del PRI.

Ya se verá este viernes el estilo personal que Érika Ayala le imprimirá a esta nueva era como lideresa del Sector Popular. Se espera un evento de gran intensidad política y muy concurrido.