De pena ajena, lo que pasa en la Liga de Comunidades Agrarias y Sindicatos Campesinos de Veracruz, el brazo del PRI para el control del sector campesino.
Hoy, viendo lo que ocurre en la CNC veracruzana, la división y la confrontación entre los grupos, la lucha interna en su máxima expresión, es fácil entender por qué el llamado voto verde ha quedado en el pasado.
El 23 de marzo de 1923, hace más de 92 años, en Xalapa nació la Liga de Comunidades Agrarias del Estado de Veracruz. Más de 120 representantes de grupos agrarios se reunieron para el congreso constituyente de la organización, que tuvo como primeros líderes a Úrsulo Galván, José Cardel, Juan Rodríguez Clara, Antonio Carlón e Isauro Acosta.
El objetivo original que daba sentido a la CNC y a la Liga de Comunidades Agrarias y Sindicatos Campesinos de Veracruz era la demanda de tierra para cultivo, que estaba en manos de terratenientes. Durante las décadas posteriores a su fundación, esas organizaciones se convirtieron en defensoras del ejido, la propiedad comunal y la pequeña propiedad; sin embargo, terminaron por convertirse en instrumentos de poder.
El sector campesino del Partido Revolucionario Institucional tuvo sus días de gloria hace cuatro o cinco décadas. Incluso, hace treinta años, la CNC mantenía un poder importante en la estructura de ese partido y del llamado sector campesino del PRI salían lo mismo gobernadores que senadores, diputados y, por supuesto, alcaldes.
En Veracruz, la organización está tan disminuida que prácticamente pasa inadvertida en el contexto político. Sus posiciones están reducidas a su mínima expresión y ni siquiera ocupa un lugar importante entre las agrupaciones que se dedican a la gestión de proyectos productivos.
La Liga de Comunidades Agrarias no es ni la sombra de lo que fue. Es, más bien, un espacio menor de la burocracia partidista; a ello quedó reducida la CNC veracruzana.
Hoy, tras la salida de Bertha Hernández de la dirigencia del sector campesino del PRI, varios grupos se disputan el control interno de la organización; pelean por los despojos.
El último episodio de la renovación del liderazgo de la Liga fue protagonizado este miércoles por el delegado de la CNC en Veracruz, Tomás Gloria Requena, y por el diputado local Edgar Díaz Fuentes.
El primero declaró que Díaz Fuentes carece de representatividad al interior de la Liga de Comunidades Agrarias y que ni siquiera está afiliado a la organización, por lo que no será convocado al Consejo Regional. Incluso, acusó que en la organización prevalecen todo tipo de vicios, desde el abuso de confianza hasta la falsificación de documentos. En respuesta, Edgar Díaz desconoció al delegado nacional de la CNC y dijo que los únicos que avalan el liderazgo son los campesinos; “primero que conozca el campo”, sostuvo.
Una vez más, en la Liga de Comunidades Agrarias prevalece la amenaza de violencia por un posible choque entre los grupos internos. Si no dieran risa, darían pena.
Venta de garage
La crisis financiera del gobierno veracruzano y los elevados niveles de la deuda pública han llegado a tal extremo que los decretos de austeridad ya no son suficientes.
Ayer, el ejecutivo estatal solicitó autorización a la Legislatura del Estado para enajenar dos predios y algunos lotes ubicados en el municipio de Boca del Río.
Con la cesión de esos terrenos, el gobierno de Veracruz pretende cubrir adeudos con las empresas “Grupo Comercial y Constructor de Agua Blanca” y “Constructora e Inmobiliaria Río Medio”, aunque no se dice a cuánto asciende la deuda con cada uno de ellas.
Así, ante la falta de recursos para cubrir sus compromisos, el gobierno del estado casi podríamos decir que recurre a una venta de garage. @luisromero85