¿Conoce usted a Tomás Ruiz González? Yo tampoco. Uno de sus pasos más célebres fue haber sido pareja de la hermosa actriz veracruzana Anabel Gardoqui de la Reguera, cuyo nombre artístico, Ana de la Reguera, circula con profusión en las revistas de espectáculos y del periodismo rosa, y en los créditos de una gran lista de telenovelas y películas.
La paisana que triunfa en Hollywood tuvo un destacado protagonismo a favor de los damnificados por el huracán Karl en el municipio de La Antigua, en cuya cabecera fundó un centro cultural que ella misma financia; fue célebre su confrontación con el exgobernador Fidel Herrera Beltrán, quien se aprovechó de los abundantes recursos provenientes del Fonden en su propio beneficio dejando en el desamparo a cientos de familias que quedaron sin hogar por el terrible meteoro.
En fin, dejemos a Ana de la Reguera y concentrémonos en… ¿de quién hablaba? ¡Ah, sí, de Tomás Ruiz González!
Mire que convendría conocerlo, aunque sea superficialmente, pues hace semanas que se mueve con la venia del gobernador Javier Duarte de Ochoa para colocarse como un aspirante más a la candidatura priista para sucederlo, pese a que en 2004 renunció a su militancia en el PRI para convertirse en el brazo derecho de Elba Esther Gordillo Morales, la encarcelada exdirigente del magisterio, de cuyo partido, Nueva Alianza, fue primer Presidente en 2006. Seis años duraron sus vacaciones tricolores; en 2012 regresó a su militancia en el PRI, con Pedro Joaquín Coldwell.
Quienes lo conocen dicen que nació en Coatzacoalcos, aunque su ficha en Wikipedia dice que es oriundo de Veracruz de Ignacio de la Llave; no queda duda de que es jarocho, aunque no se sepa en qué oficina del registro civil le otorgaron su acta de nacimiento.
Años antes de navegar en la oposición, el ahora Secretario de Infraestructura y Obras Públicas (SIOP) y quien fuera titular de la Sefiplan en los primeros años del sexenio duartista, desempeñó importantes cargos en el sector financiero federal y estatal.
Abogado por la Escuela Libre de Derecho, con un diplomado en finanzas por el ITAM y una maestría en Economía Política Internacional en la Universidad de Columbia, nuestro personaje fue director general de Banca Múltiple en la Secretaría de Hacienda en el sexenio de Carlos Salinas de Gortari; con Ernesto Zedillo fue Procurador Fiscal de la Federación, dos veces Subsecretario de Ingresos y el primer presidente del Sistema de Administración Tributaria (SAT).
Su trayectoria tecnocrática lo llevó a la dirección general de Banobras con Vicente Fox, pero en 2003 renunció para ingresar a la carrera política, como candidato a diputado federal plurinominal del PRI, cargo en el cual se le vieron espolones para ser candidato a la Gubernatura, honor que le arrebató el inefable Fidel Herrera Beltrán.
Ahora vuelve a la carga
Tras ese primer intento fallido, Tomás Ruiz González ha vuelto a la carga, ahora de la mano de Javier Duarte de Ochoa, quien fue su jefe en su paso por Sefiplan y lo es ahora en que se desempeña en la titularidad de la SIOP, una dependencia que le está permitiendo moverse favorablemente por la geografía veracruzana.
Considerada la mayor tapadera de corrupción cuando solo se denominaba Secretaría de Comunicaciones, la famosa Secom (uno de cuyos buques insignia es el tristemente célebre Túnel Sumergido, iniciado por Miguel Alemán, disfrutado plenamente durante el sexenio de Fidel Herrera Beltrán y aún inconcluso), la ahora SIOP tiene mucho para darle al antaño arrogante secretario de Finanzas, quien ha cambiado su trato con las autoridades municipales e, incluso, con los periodistas, en el ánimo de empujar estadísticas que no le son favorables en las encuestas, donde apenas rebasa la simpatía del 3 por ciento.
Por supuesto que anunciar millonarias inversiones en el presente gobierno no significa que las obras se vayan a realizar, pero las expectativas que está sembrando pueden ayudarle a catapultarlo en la simpatía de los pobladores, que llevan casi una década sin ver reparadas sus carreteras, rehabilitados sus caminos de acceso, recuperado los puentes o, como ya anunciado mediante una alianza con el multimillonario Carlos Slim, concluir el famoso Túnel Sumergido.
No hay día en que no se reúna con alcaldes; no hay fatiga a la hora de reunirse con columnistas y reporteros, no hay jornada en que no anuncie millonarias inversiones para impulsar carreteras (como la olvidada Banderilla-Misantla; este jueves fue a Altotonga a anunciar el inicio de obras para mejora de caminos y carreteras regionales y anunció que este año se aplicará una inversión de 500 millones de pesos en caminos rurales o alimentadores que, además, se harán con empresas constructoras veracruzanas.
¿Realmente tiene posibilidades de convertirse en el candidato a la minigubernatura? Para muchos analistas, la incursión del inteligente economista y abogado tiene mucho de carta marcada, de confundir al respetable público para que no se vaya con la finta de que el candidato duartista es Héctor Yunes Landa, mientras Fidel Herrera busca a toda costa impulsar a sus reales ases, en particular, a su más aventajado alumno en la forma de hacer la política mediante dinero, corrupción y violencia, el diputado federal electo Érick Lagos Hernández.
Usted dirá que, sin conocerlo, aquí se han dado muchas pistas de Tomás Ruiz, pero como usted, yo tampoco lo conozco. Solo de habladas y de mentadas.
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