El alcalde xalapeño no ve, no oye, no dice nada, pero a la Comisión Municipal de Agua y Saneamiento le hace falta que le echen agua sobre el incendio que ya empieza a crecer y para sanear lo que se está haciendo de pésima manera.
No solo se trata de los casos de nepotismo en que han incurrido tanto el alcalde como su tesorero, lo que pasa es que quienes están a cargo de oficinas de mediano calado están haciendo un verdadero desorden administrativo que amenaza con involucrar al mismísimo edil, quien se ha manejado con un discurso de honradez, eficiencia y transparencia, cuando en lo oscurito se destilan las viejas prácticas de la corrupción.
El malestar entre el personal de CMAS se empieza a generalizar. No solo porque se ha despedido injustificadamente a personal que ya laboraba en esa dependencia, sino porque la generalizada práctica del moche de salarios, en que ya incurrió una funcionaria municipal que fue despedida con anterioridad (cercana al alcalde), ha aterrizado entre los funcionarios.
Pese a que se instruyó a los nuevos funcionarios para que mantuvieran control y orden, luego de las denuncias periodísticas (entre ellas, las publicadas en Hora Libre) y en redes sociales, lo que se ha hecho es todo lo contrario, y ahora prevalece el descontrol y el desorden, sin que el nuevo director del organismo, Carlos Hernández Martínez, tenga siquiera conocimiento del asunto.
A las prácticas de nepotismo, la contratación de aviadores con altos sueldos, el régimen de terrorismo contra los trabajadores y la pésima atención al público, se suman ahora los descuentos ilegales a parte de los salarios de los recién contratados y la creación de verdaderas intrigas para justificar despidos, utilizando para ello a la gerente de Recursos Humanos, Diana Rosalía Moncayo.
Frente a ello, no ha habido una sola declaración de Américo Zúñiga Martínez, entretenido en tejer futuros respaldos políticos con la entrega de calles pavimentadas en colonias populares y en tratar de fraguar una política de movilidad para la ciudad, apoyado por organismos internacionales.
En estas andanzas, según los afectados, están involucrados el director Comercial, Irvin Vitte, quien ha perdido el control de la cobranza y, derivado de ello, han disminuido de manera preocupante los ingresos de CMAS en los últimos meses, y Antonio Bretón, asistente del nuevo Director General, quienes se han convertido en una verdadera muralla para que Carlos Hernández ni se entere de los enjuagues. Lo anecdótico es que en esas maniobras están pasando a afectar a la propia gente de Américo Zúñiga e, incluso, del gobernador Javier Duarte de Ochoa.
CMAS, clínicamente enfermo
Ya hemos comentado en este espacio las diversas expresiones de corrupción que pueden hundir a este organismo y hemos avanzado la hipótesis de que sufrirá el mismo destino que el organismo similar que opera el servicio en los municipios de Veracruz y Medellín de Bravo, el Sistema de Agua y Saneamiento (SAS), llevado a la quiebra y ya concesionado a las empresas Odebrecht y Aguas de Barcelona.
Uno de los puntos más notorios es el de usar su nómina para dar cabida a familiares tanto del alcalde Américo Zúñiga como del Tesorero municipal Carlos Alberto Durante Sedas.
El primero tendría en la nómina, como aviadora, a su prima Ilama Zayra Zúñiga Ledesma, maestra normalista; su primo político, marido de Ilama, José Antonio Bautista García, quien fue contratado (pese a no tener perfil profesional) como auditor de CMAS, en el área de Cultura del Agua. Aunque no está en CMAS, habrá que agregar a su primo Rodolfo Esteban Zúñiga Hernández, quien labora como jefe del departamento de Recursos Humanos del Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF Municipal).
Carlos Alberto Durante Sedas, Tesorero municipal, por su parte, ha colocado a familiares, como su hermana Edna Marissa Durante Sedas, en la Unidad de Parque Vehicular de la CMAS, bajo las órdenes de Oliver de Napoli Domínguez; a su cuñada Elizabeth Ramzahuer Villa, en la Unidad de Acceso a la Información Pública, y a su concuño, contador Raúl Martínez, como miembro de la comisión de entrega de la dependencia al nuevo director, Carlos Hernández Martínez.
Este manejo desaseado en un organismo que presta un servicio fundamental para la población en el municipio, podría llevar aparejado no solo una situación de escándalo por los temas de corrupción y nepotismo, sino también dar al traste con su existencia para optar, una vez en quiebra, por su concesión a particulares, como ha ocurrido en el caso del SAS.
En un comentario anterior señalábamos que, a la carga presupuestal de varios aviadores, CMAS debe afrontar una más pesada para mantener 50 puestos directivos, entre directores, gerentes, coordinadores y jefes de departamento, cada uno de los cuales dispone de personal a su mando, además de los trabajadores de campo. Pareciera haber sido convertido en un gran proyecto de generación de empleos.
Alguien debe dar el manotazo sobre el escritorio para terminar con esta sangría financiera que, por lo demás, la ha convertido en un organismo inoperante hasta para cobrar el servicio de agua y saneamiento.
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