Prefacio.

No hay peor ciego que aquel que se niega a ver. El rector Martín Aguilar está cegado por la ambición, por la sed de conservar el poder que le fue prestado por cuatro años, pero que no quiere soltar. *** La manifestación de estudiantes y académicos de la Universidad Veracruzana (UV) que tuvo lugar este miércoles fue apenas una muestra del tsunami que se le viene encima al “prorrogado” rector de la UV, quien pisoteó el marco jurídico que rige a esa institución educativa para continuar en el cargo. *** Cuando las plumas contratadas para su defensa no encuentran otro argumento que presumir que “fueron pocos” los que se manifestaron, demuestran que están decididos a cerrar los ojos ante una realidad incontrovertible: la comunidad universitaria no quiere a Martín Aguilar otros cuatro años. *** Viene otra etapa de esta telenovela. Hay recursos jurídicos que los universitarios hará valer, pero ahora sus demandas no irán sólo contra el rector, sino que documentan ya el fraude procesal en el que habrían incurrido los miembros de la junta de gobierno. *** Lo que vive actualmente la Universidad Veracruzana no tiene paralelo en su longeva existencia. La comunidad universitaria no debe permitir que un puñado de delincuentes se apodere de los destinos de la institución. *** Martín Aguilar y la mafia que le rodea tendrán que rendir cuentas ante la justicia.

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Édgar Herrera Lendechy asume que el mejor homenaje que le puede rendir a su tío, Fidel Herrera Beltrán, es aprovechar sus enseñanzas. De él escuchó que, apenas esté concluyendo un proceso electoral, ya se tiene que trabajar en el próximo.
Vienen las elecciones intermedias del 2027 y el dirigente estatal del Partido Verde ya anticipó: una eventual coalición con Morena -que no es segura y se tendría que definir a nivel nacional- debería concretarse bajo condiciones muy distintas.
Édgar Herrera no tiene empacho en señalar que en el proceso municipal el Partido Verde fue tratado “con descortesía” por parte de sus aliados y puso como ejemplo las expresiones negativas que tuvo la dirigente nacional de Morena, Luisa María Alcalde, de su pariente, el exgobernador Fidel Herrera.
Aunque de manera muy justa, pero Édgar Herrera entregó saldo positivo en la elección municipal: en los municipios en los que fueron sin alianza obtuvieron 12 triunfos, contra 11 de Morena. En coalición ganaron en 60 municipios.
El que no puede presumir lo mismo es el dirigente de Morena, Esteban Ramírez Zepeta, quien acudirá a la sesión extraordinaria de su Consejo Estatal -el próximo sábado 28 de junio en el Hotel Emporio del puerto de Veracruz- con un grueso legado de escusas para explicar la sensible baja en la votación de un partido que tuvo todo a su favor (gobierno, recursos, órganos electorales).
Ramírez Zepeta llegará a este primer encuentro postelectoral en medio de una severa crisis interna. A pesar de las fotografías que se tomen juntos, es bien sabido que la gobernadora Rocío Nahle no está contenta con su desempeño.
Tampoco están felices en el Comité Nacional de su partido, pues ni Luisa María Alcalde, ni Andrés López Beltrán (“Andy” para sus amigos) vieron con buenos ojos que desde Veracruz se les estuviera atribuyendo la responsabilidad de los descalabros.
Hay grupos bien definidos entre los liderazgos de Morena en la entidad (es el caso del senador Manuel Huerta) que abiertamente han reclamado un cambio radicar en el partido, con la consecuente salida de Ramírez Zepeta.
La sesión extraordinaria del próximo sábado tiene como fin “blindar” al actual dirigente y con él a los operadores identificados con Cuitláhuac García, señalados de cometer los más diversos abusos durante el proceso de selección de candidatos y en plena campaña, lo que habría arrojado, como consecuencia, la severa caída en la votación.
Pero, habida cuenta que la gobernadora no le ha garantizado hasta ahora una posición “decorosa” en caso de dejar la dirigencia estatal (su suplencia en el Congreso local está pendiente, pues aún no encuentran acomodo para su compañero de fórmula, Diego Castañeda), Esteban Ramírez ha optado por la “fórmula Alito”. Esto es: realizará una sesión “a modo”, a la que sólo tendrán acceso aquellos que estén a su favor, no se permitirán teléfonos celulares ni cámaras que registren lo que ahí suceda y en el programa no se incluye ninguna voz que pudiera emitir algún reclamo.
En el papel, el plan luce impecable, pero el dirigente de Morena se olvida de la militancia, la que ya se expresó este año en contra de su dirigencia y así, su vapuleado liderazgo no sirve a los intereses de la gobernadora Rocío Nahle, que está comprometida a entregar mejores resultados en el 2027.
El Consejo Extraordinario, más que resolver los problemas que hoy enfrenta el dirigente estatal de Morena, los va a acentuar. Ya lo veremos.

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Epílogo.

Lutgarda Madrigal Valdez ya sabía que sería designada titular de la Comisión Estatal de Búsqueda de Veracruz (CEBV). Aunque el procedimiento marcaba la presentación de una terna, ella había sido informada que, por decisión de la gobernadora Rocío Nahle, quedaría al frente de ese organismo. *** El procedimiento se postergó, pues la propia Lutdgarda Madrigal pidió que le permitieran competir por el cargo de ministra de la Suprema Corte. Pasó todos los filtros y apareció en la boleta, pero su votación fue ínfima. Por ello regresó a palacio de gobierno e informó a la gobernadora que estaba lista para asumir el cargo. *** Lucía Díaz Genao, fundadora del Colectivo Solecito, exhibió el burdo engaño del mecanismo utilizado para la designación del titular de la comisión de Búsqueda. *** Lutgarda Madrigal, fue nombrada encargada de despacho durante la administración de Cuitláhuac García y fue hasta ahora que se cumplió con el protocolo que marca la ley para su designación. Sin embargo, nunca se supo cuál fue la puntuación que alcanzó la designada, ni cuáles fueron los criterios para optar por ella.