Tal como lo anunciamos ayer, la doctora Jaqueline Jongitud Zamora, secretaria de Desarrollo Institucional de la UV, nos solicitó hacer valer su Derecho de Réplica en respuesta a un artículo de opinión publicado por el autor de esta columna política desde hace un par de semanas en varios medios electrónicos bajo el título “JG-UV: amistades, favores y matrimonios”. A continuación, reproducimos su texto de manera íntegra, respetando literalmente la gramática de la funcionaria universitaria:

Raymundo Jiménez, autor de la nota “JG-UV: amistades, favores y matrimonios” publicada los días 03 y 04 de junio de 2025, en al menos seis medios electrónicos: Al Calor Político, Análisis Político, Formato Siete, En Esta Hora, Entorno Político y Hora Cero; en ejercicio del derecho de réplica que me reconoce el artículo 6 de la Constitución federal y que, conforme al artículo 5 de la Ley que lo reglamenta, implica la facultad de toda persona de responder a la publicación de toda información periodística falsa o inexacta que le cause un agravio en su honor, imagen, reputación o vida privada, solicito la publicación de esta réplica en todos los medios señalados, en el mismo espacio en el que se publicó la nota a la que ahora respondo.

Es absolutamente falsa su afirmación de que yo tejí desde 2017 varias alianzas para preparar la sucesión rectoral de la Universidad Veracruzana (UV) de 2021. Miente Usted al decir que yo intervine en la incorporación de los doctores José Luis Morán y Juan Manuel Pinos Rodríguez a la Junta de Gobierno de la UV, académicos totalmente desconocidos para mi hasta su designación como integrantes de la Junta de Gobierno por el Consejo Universitario General de la UV. Lo mismo aplica para el Dr. Jorge Genaro Vicente Martínez, actual vicerrector de la región Veracruz, a quien conocí el día de su toma de protesta como vicerrector. Le insto a que presente a sus lectores cualquier tipo de prueba, aunque sea de tipo indiciaria, de que yo conocía o tuve algún tipo de relación académica, laboral, de amistad, profesional o de cualquier otro tipo con estas tres personas antes de su incorporación a la Junta de Gobierno de la UV o a la vicerrectoría de Veracruz, con la total certeza de que no podrá hacerlo porque sus afirmaciones son falsas.

También miente Usted al decir que yo tuve algo que ver con la designación de José Antonio Seade Kuri como miembro de la Junta de Gobierno en febrero de 2021. A él lo conocí el 21 de noviembre de 2022, tres meses después de concluido el proceso de designación rectoral de la UV, en cumplimiento de una comisión en la zona de los Tuxtlas con integrantes de la Junta de Gobierno para atender temas relacionados con el Manglar de Sontecomapan, la estación tropical de los Tuxtlas de la UNAM, la reserva Gilda Ávila de O’farrill y las islas de Catemaco, en especial la de Agaltepec, en donde la UV realiza investigaciones sobre monos aulladores. De esto tengo evidencia documental y fotográfica que con gusto puedo compartirle.

José Antonio Seade Kuri y yo, iniciamos nuestra relación a inicios de febrero de 2022, decidiendo ambos su salida de la Junta de Gobierno en julio del mismo año con el fin de no mezclar los asuntos profesionales con los personales, con la convicción y el compromiso de privilegiar el bien institucional de la Universidad. Un gesto que agradezco y siempre agradeceré a quien es ahora mi compañero de vida. Aunque mi vida privada no tendría por qué estarla publicitando, me veo obligada a hacerlo ante la nota que Usted ha publicado.

Engaña Usted a sus lectores cuando dice que el Dr. Ernesto Isunza Vera es mi amigo personal. Falso, he visto en mi vida al Dr. Isunza dos o tres veces, una de ellas en 2018, en la celebración del Coloquio Gobernanza y Participación Universitaria, las otras dos en eventos académicos en las que la mayor oportunidad de intercambio que he tenido con él es brindarle un saludo.

Con relación a las acusaciones que hace en su nota sobre la relación de amistad que me une con el Dr. Irvin Uriel López Bonilla, mi supuesta intervención para que él fuese beneficiado con dos plazas de tiempo completo en la UV y toda vez que Usted refiere como fuente de información a un artículo publicado el 14 de enero en el medio Plumas Libres, transcribo a continuación la réplica que hice al mismo y que, de forma inexplicable, no está disponible en la red. Así, respecto a dicho asunto se tiene que aclarar:

Primero. Que el proceso de examen de oposición para concursar por plazas de tiempo completo en la Universidad Veracruzana es regulado por los artículos 2 de la Ley de Autonomía, 89 de la Ley Orgánica, 79 del Estatuto General y los títulos segundo y tercero del Estatuto del Personal Académico, todos de la Universidad Veracruzana. Que, con fundamento en el artículo 41 fracciones I y IV de la Ley Orgánica y 79 fracción V del Estatuto General de dicha institución educativa; la organización, supervisión, seguimiento y decisión de las acciones relacionadas con la convocatoria, están a cargo de la Secretaría Académica a través de la dirección general del área académica que corresponda, razón por la cual la Secretaría de Desarrollo Institucional, ahora a mi cargo, no tiene ninguna intervención en el proceso.

Segundo. Que las convocatorias para concursar por plazas de tiempo completo en la Universidad Veracruzana, cuentan con una Guía de Examen de Oposición que establece las particularidades de participación y evaluación de las plazas de docente, investigador, ejecutante, académico instructor o técnico académico de tiempo completo y que la interpretación de los términos de la convocatoria, o en su caso de las situaciones no previstas que tengan relación con el proceso corresponden a la Secretaría Académica en coordinación con el área de la Universidad que competa de acuerdo con el asunto.

Tercero. Que en la Universidad Veracruzana es imposible que una misma persona ocupe dos plazas de tiempo completo al mismo tiempo y que, en la hipótesis de que un académico gane dos plazas en una convocatoria, existen procedimientos previamente establecidos para resolver la situación.

Cuarto. Que, aunque mantengo una relación de amistad con el Dr. Irvin Uriel López Bonilla, es totalmente falso que yo haya tenido alguna intervención para que fuese favorecido en los resultados de los exámenes que presentó. El doctor cuenta con una amplia trayectoria profesional que incluye actividades de docencia e investigación, que le han valido para ser miembro del Sistema Nacional de Investigadores, así como de vinculación y extensión que se ha traducido en el beneficio de sectores histórica y estructuralmente discriminados en el estado y el país, y cuyos resultados de litigio estratégico le han hecho merecedor de reconocimiento nacional.

Quinto. Los infundios publicados en su nota denostan la labor desarrollada por los integrantes del jurado evaluador; tres académicos que, para evaluar los perfiles convocados, deben contar con una trayectoria académica y profesional igual o superior a aquella que se convoca.

Sexto. La corrupción es y ha sido históricamente un grave y lacerante problema para esta nación, en nada ayuda banalizarla y usarla como arma arrojadiza por elucubraciones o simple imaginación y, no debe olvidarse que, en el ámbito jurídico un principio general del derecho es que el que afirma está obligado a probar.

Séptimo y último. La publicación de su nota me causa un daño personal y directo, ya que lesiona el prestigio profesional que he construido a lo largo de cerca de tres décadas y que, me empeño en conservar cada día.

Por otra parte, y por cuanto hace al caso que Usted señala de la Mtra. Mara Karina Mendoza Hernández, aplican exactamente los mismos argumentos legales y administrativos señalados, así como la solvencia ética y académica de la Mtra. Mendoza Hernández, razones por las cuales no abundaré en el tema.

No puedo cerrar esta réplica sin señalar que su nota, junto con otras dos escritas durante el tiempo que me he desempeñado como secretaria de desarrollo institucional de la UV, han violado flagrantemente mi vida privada y revelan información confidencial que afecta a terceras personas, información que cuenta con protección convencional, constitucional, legal y jurisprudencial, situación sobre la cual me reservo el derecho de exigir el resarcimiento al que haya lugar por daño moral.

Sin más que agregar, me despido de Usted.

Dr. Jaqueline Jongitud Zamora
Secretaria de Desarrollo Institucional de la UV

Contrarréplica

El ejercicio de la política, que desde tiempos de Aristóteles es igual al ejercicio del poder, conlleva la responsabilidad de asumir las acciones y hechos de lo realizado, no siempre visibles ni comprobables ante los ojos de los ciudadanos de a pie. Si de ello no se está consciente, entonces no se puede inobservar desde la esfera privada, las consecuencias públicas cuando se ejerce un cargo de autoridad.

Lo que he narrado en mis distintos escritos sobre este caso, están respaldados en información del dominio público –incluso algunos datos obtenidos desde el portal de transparencia, como la solicitada mediante el folio 300564225000193– y, por tanto, su control rebasa los intentos de contención desde el ámbito privado; además del cúmulo de datos difundidos por otros colegas dedicados a la investigación periodística y de la propia información que corre entre la comunidad universitaria y a la que se tiene acceso desde cualquier conversación.

Lo relativo a los exámenes de oposición se encuentra documentado antes de lo relatado en mi columna Al Pie de la Letra en diversos medios periodísticos, entre ellos, en efecto, el portal Plumas Libres, que lo publicó el 14 de enero de 2024 con el título “Denuncian tráfico de influencias dentro de la UV”, lo que se puede corroborar en el link https://plumaslibres.com.mx/2024/01/14/denuncian-trafico-de-influencias-dentro-de-la-uv-opinion/.

En su escrito, la doctora Jongitud Zamora incurre en algunas incongruencias y además miente. Dice, por ejemplo, que al Dr. Jorge Genaro Vicente Martínez lo conoció “el día de su toma de protesta como Vicerrector”, pero éste ya era Director de la Facultad de Veterinaria y, por tanto, Consejero Universitario, a quienes ella trata desde el inicio de esta administración. Lo anterior demuestra que falsea con su propia información. Incluso omite a la Mtra. Mara Karina Mendoza Hernández en su escrito, cuando ella fue su representante jurídico en la Secretaría de Desarrollo Institucional de la UV por lo menos los últimos años. Fue becaria de su Centro de Investigación e inclusive publicaron los tres juntos (Jongitud, Mara e Irvin Uriel López Bonilla). Y resulta que concursó por dos plazas bajo la misma estrategia de Irvin. Mara es el segundo caso de doble plaza de Tiempo Completo como el caso se Irvin.

Lo paradójico es que, en abril de 2021, Jaqueline Jongitud presentó su libro “Corrupción académica en educación superior”, con el actual rector Martín Aguilar e Irving Uriel como comentaristas (https://plumaslibres.com.mx/2021/04/08/la-corrupcion-universitaria-es-una-realidad-academicos-de-la-uv/index.html#google_vignette ).

Respeto y respetaré siempre su vida privada, a la que no he faltado, pero de ser el caso, desde aquí le ofrezco las disculpas que usted merezca. Sin embargo, coincidirá en que la privacidad de un funcionario no está a exenta del escrutinio colectivo cuando se mezcla con los asuntos o intereses públicos.

Como funcionaria de la UV empoderada, su nombre seguramente va a seguir dando de qué hablar. Sobre todo, después de que este lunes la gobernadora Rocío Nahle se pronunciara en conferencia de prensa en contra de la prórroga automática que la genuflexa Junta de Gobierno pretende concederle al actual rector Martín Aguilar, quien legalmente está impedido por el requisito de la edad para prolongar su rectorado por cuatro años más.

Y es que ayer, por ejemplo, el colega Sergio González Levet publicó en varios medios digitales e impresos un texto titulado “El Plan B de Martín”, en el que el bien informado columnista –por cierto, familiar cercano de Enrique “El Papo” Levet, dirigente sindical del personal académico de la UV (Fesapauv)– consignó: “Algunas fuentes confiables me dicen que parece que la doctora Jaqueline Jongitud Zamora fue quien concibió el falso atajo para que Martín Aguilar repita como Rector de la Universidad Veracruzana sin contrincante enfrente. Cuando en el pasado Consejo Universitario, la mayoría de las reacciones fue de rechazo a la ambición reeleccionista de Martín, Jongitud al principio se sintió culpable, pero pronto entendió que la caída de Martín en el desbarrancadero de la buscada prórroga, a quien más beneficiaría es a ella.

“En adelante, compilaré lo que me confían mis fuentes:

“Hace diez años Jaqui –como le dicen sus amigos– ingresó a la Junta de Gobierno como reemplazo de la doctora Violeta Pardío, quien renunció por problemas de salud. Poco a poco se fue empoderando y apoderando de la Junta, amparada en un par de libros de su autoría sobre ética universitaria y su paso como Directora del Instituto de Investigaciones Jurídicas, a donde llegó también como reemplazo y no por el camino normal.

“Cuando Martín asumió como Rector, Jaqui esperó tres meses para incorporarse como Secretaria de Desarrollo Institucional, para cumplir con los tres años desde que salió de la Junta, como dicta la normatividad. Bajo su mando recayeron la vinculación universitaria, la difusión cultural, la planeación, la labor editorial, las tecnologías de la información, la protección civil y las obras y construcciones, que significan millonarias sumas, muchas veces infladas. Por ejemplo, el edificio de la Dirección de Posgrado resultó más caro que si la UV hubiera adquirido una residencia de lujo.

“Pero nadie le puede cuestionar a la señora Secretaria, pues de hacerlo se expone a regaños e insultos. Como es de dominio público, una víctima se quejó ante la Comisión Estatal de Derechos Humanos, la cual emitió una recomendación a la UV, pero el Rector la desechó porque iba dirigida a su funcionaria estrella, la personificación y esencia misma de la ética universitaria y la defensa de los derechos humanos.

“Ese talante autoritario y acomodaticio para defender la ética y a la vez torcerla, no es nuevo en Jaqui. Durante el proceso para designación rectoral hace ocho años, llegaron a las finales Rosío Córdoba, Sara Ladrón de Guevara y Jorge Manzo. Desde las primeras votaciones, Sara obtuvo los seis de nueve votos necesarios, pero la Presidente de la Junta, la doctora Jongitud, estaba encaprichada en impedir que repitiera Sara. ¿Por qué? Porque en una de las marchas que encabezó Sara contra el Gobierno de Javier Duarte, Jaqui pretendió tomar la palabra, pero de antemano se había acordado que a nombre de la Junta no hablaría ella sino Ricardo Corzo. El entripado que hizo Jaqui fue tan fuerte, que quiso vengarse dos años después impidiendo la reelección de Sara. Como no pudo, salió con la ocurrencia –¡oh, doctora en Derecho!– de votar en contra. ¿En contra de qué o de quién? ¡De Sara! Jaqui pudo votar por Rosío o por Jorge, pero no lo hizo porque lo único que quería era votar en contra de una persona, la que dignamente encabezó como Rectora la defensa universitaria.

“Lo anterior ilustra la personalidad de la opción B del grupo de la Rectoría si fracasara el plan de la prórroga martiniana.”

Hasta aquí el texto de la columna del acucioso periodista y pulcro literato oriundo de Misantla, con una gran experiencia de más de 40 años como jefe de redacción y director de varios medios impresos.

Le agradezco mucho su atención, doctora Jongitud. Y le deseo la mejor de las suertes si es que deveras decide participar en el proceso interno por la Rectoría de la UV. Saludos.