En México, a pesar del avance de los tratamientos médicos disponibles para la diabetes tipo 2, el uso de insulina continúa siendo limitado debido a mitos, temores y desinformación que aún predominan entre la población.

Según la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (ENSANUT) Continua 2022, la proporción de adultos con diagnóstico previo de diabetes que utilizan insulina, sola o en combinación con otros medicamentos, varía significativamente según el sistema de atención médica al que pertenecen.

Los datos indican que en los sistemas de atención pública con seguridad social (como IMSS, ISSSTE, Pemex, SEDENA y SEMAR), el 35.3 por ciento de los pacientes con diabetes usan insulina.

En contraste, esta cifra baja a 28.6 por ciento en instituciones públicas sin seguridad social (como la Secretaría de Salud e IMSS-Bienestar), y cae aún más en el sector privado, donde solo el 15.3 por ciento la emplea como parte de su tratamiento.

Esta brecha se explica no solo por la disponibilidad del tratamiento, sino por barreras emocionales y culturales profundamente arraigadas.

Muchos pacientes rechazan iniciar la terapia con insulina por temor a “volverse dependientes”, aumentar de peso, o asumir que su enfermedad está “empeorando”. A esto se suma el miedo a las agujas o a cometer errores al aplicarla.

Sin embargo, la evidencia médica es contundente: cuando se administra correctamente, la insulina es una herramienta poderosa que mejora el control glucémico, disminuye la variabilidad de los niveles de azúcar en sangre y reduce significativamente el riesgo de complicaciones como daño renal, neuropatía, pérdida de la visión e incluso amputaciones.

Mariana Buss, gerente médica para embecta Latinoamérica, resalta que la indicación del tipo y dosis de insulina debe quedar exclusivamente en manos del médico tratante. Además, el acompañamiento por un equipo multidisciplinario —incluyendo nutricionistas, psicólogos y educadores en diabetes— resulta fundamental para asegurar la adherencia al tratamiento y su efectividad.

Evitar errores al aplicar insulina

Uno de los principales retos al aplicar insulina es evitar errores comunes, como no rotar adecuadamente los sitios de inyección. Esta práctica puede causar lipohipertrofia, una complicación que afecta entre el 37 por ciento y el 64 por ciento de los adultos en tratamiento y que genera nódulos bajo la piel que alteran la absorción del medicamento. Esto, a su vez, puede provocar hipoglucemias o hiperglucemias impredecibles.

Para prevenir la lipohipertrofia, se recomienda dividir las zonas de aplicación (como abdomen o muslos) en cuadrantes, mantener al menos 1 cm de distancia entre inyecciones y no repetir sitios de forma consecutiva. Esta técnica simple mejora la eficacia del tratamiento y disminuye molestias como dolor o hematomas.

Asimismo, el manejo correcto de la insulina va más allá de su aplicación. Debe almacenarse a temperaturas controladas —entre 2 y 8 °C sin abrir, y entre 15 y 30 °C una vez abierta— y debe aplicarse a temperatura ambiente. Las agujas deben ser de un solo uso: reutilizarlas puede causar daño tisular, dolor y riesgo de infecciones.

La Insulina debe almacenarse a

  • La Insulina debe almacenarse a temperaturas controladas (entre 2 y 8 °C sin abrir) y entre 15 y 30 °C (una vez abierta) REUTERS/Almaas Masood
  • En casos excepcionales donde no se disponga de suministros, puede contemplarse la reutilización temporal para evitar omitir una dosis, pero lo ideal es portar siempre insumos extra.
  • La educación continua sobre técnica de inyección, almacenamiento y desecho de insumos es clave para evitar complicaciones como infecciones o lipodistrofias.

Una correcta aplicación de insulina, acompañada de una alimentación balanceada, actividad física regular y apoyo emocional, forma parte esencial del tratamiento integral de la diabetes. Con educación, paciencia y constancia, los pacientes pueden dominar su manejo y mejorar sustancialmente su calidad de vida.

  • Beneficios del uso adecuado de la insulina
  • Permite alcanzar niveles de glucosa saludables.
  • Reduce hospitalizaciones por descompensaciones.
  • Previene o retrasa complicaciones crónicas.
  • Brinda mayor flexibilidad dietética bajo supervisión médica.

Combatir la desinformación y los mitos en torno a la insulina es una tarea urgente y necesaria para mejorar los resultados en salud de millones de personas que viven con diabetes en México.

Infobae

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