El rector de la Universidad Veracruzana (UV), Martín Aguilar Sánchez, anunció que solicitó a la Junta de Gobierno una prórroga para continuar al frente de la institución por un periodo adicional de cuatro años.
En conferencia de prensa, Aguilar explicó que su petición se fundamenta en la legislación universitaria vigente, que permite la prórroga del cargo por una sola vez, conforme a la Ley de Autonomía, la Ley Orgánica y el Estatuto General de la UV.
“Mi solicitud es legal y legítima. Lo consulté con juristas de la Universidad y no hay interpretación distinta a la que establece la ley”, aseguró.
El rector destacó que su intención es dar continuidad a diversos proyectos estratégicos que ha impulsado desde el inicio de su gestión, como la reforma al Modelo Educativo Integral y Flexible (MEIF), que requiere ajustes para adecuarse a los desafíos actuales.
Además, mencionó el convenio firmado con la Universidad Rosario Castellanos, que contempla ampliar la matrícula a través de programas virtuales, con un incremento proyectado de hasta 8 mil espacios educativos más.
La decisión final sobre la prórroga corresponde ahora a la Junta de Gobierno de la UV.
AVC
Conéctate con Formato7:
Detiene Fiscalía de Veracruz a presunto asesino del candidato de Morena en Coxquihui
Título: «El Último Discurso del Viejo Rancio»
Monólogo apocalíptico en un acto.
(Luces tenues. Un escenario casi vacío: una silla desvencijada, un espejo roto, retratos cubiertos de polvo. Al fondo, el sonido de algo que colapsa: ruinas, máquinas, civilización.)
Una versión dramatizada del poema: una escena de monólogo teatral, cargada de sátira, delirio y decadencia. Está pensada para ser leída en voz alta, con gestos grandilocuentes, en un espacio oscuro o ruin, como el último teatro de un mundo en ruinas.
(El VIEJO entra arrastrando los pies. Viste con ropajes nobles en ruinas: levita deshilachada, medallas de hojalata, un bastón más ornamental que útil. Mira al público como si fueran súbditos perdidos o enemigos invisibles.)
VIEJO: (Alzando los brazos) ¡Silencio, mundo! ¡Silencio, ruinas parlantes! ¡Silencio, cucarachas que aún se atreven a ignorarme!
(Se ríe solo. Cae un poco de polvo de su levita al sacudirse.)
Sí… soy yo. El viejo rancio. El desesperado. El presuntuoso. El último sabio sin audiencia, el monumento andante a lo que ustedes jamás entenderán.
(Suspira, teatral. Se sienta, luego se levanta como si no pudiera decidir si está cómodo en la decadencia.)
Yo fui grande, ¿saben? Yo advertí. Advertí que el mundo se iría al carajo si no me escuchaban. Lo grité en conferencias vacías, lo susurré en funerales donde solo moría el pensamiento. ¡Y qué hicieron ustedes! ¡Memes y diplomacias baratas!
(Pausa. Camina entre el polvo.)
Ahora, los cielos caen, las torres se doblan, los algoritmos lloran, y aquí estoy yo: sin likes, sin aplausos, sin estatuas que no se hayan derretido.
(Ríe con amargura, mirando al espejo roto.)
¿Y saben qué es lo peor? ¡Ni el Apocalipsis me dio la razón en horario estelar! ¡Ni siquiera me mencionaron en los créditos del colapso!
(Se detiene. Mira al público con intensidad.)
Pero aún tengo voz. Aún tengo este bastón lleno de autoridad ficticia, aún tengo los pulmones hinchados de aire viejo y ese talento innato para sermonear a las sombras.
(Larga pausa. Se acerca al borde del escenario.)
Así que escúchenme, cucarachas, espectros, o lo que quede: ¡Este mundo se fue al infierno porque me ignoraron! Porque cambiaron sabiduría por influencers y elegancia por algoritmos hormonales.
(Alza el bastón, como si proclamara una ley eterna.)
Yo soy el profeta olvidado. El monumento al ego postnuclear. El dios menor de un panteón de ruinas. ¡Y sigo hablando, carajo!
(Se desploma en la silla. Silencio. Solo su respiración pesada. Luego, una última mirada al público, apenas audible.)
…aunque ya no haya nadie que escuche.
(Oscuridad. Fin.)
El Lobo Estepario/ Xalapa, Eqz., Veracruz 01 de junio de 2025.