Claudia Sheinbaum perdió el poder de controlar la agenda pública en México tras confiar en el “modelo fallido de su antecesor”, advierte el periodista Raymundo Riva Palacio.
Si bien el también analista político considera que la Presidenta “controla la conversación”, ya no tiene el control de agenda, la cual ahora es impuesta desde los medios de comunicación, a cuyos temas ella reacciona.
“Ser el rey o la reina de la conversación no significa imponer la agenda noticiosa del país ni el debate en la arena pública”, expresa Riva Palacio hoy en su columna “Estrictamente Personal”.
Sheinbaum decidió mantener las conferencia matutinas, conocidas como las mañaneras, iniciadas por su antecesor López Obrador. Y aunque en un principio buscó marcar la diferencia con mentor, terminó por seguir al pie de la letra el formato.
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“Sheinbaum inició sus mañaneras con otra intención, pero el cúmulo de problemas heredados y los nuevos desafíos del exterior no parecen haberle permitido continuar con una construcción diferente de la comunicación política”, refiere.
En su artículo, Riva Palacio destaca que con Sheinbaum sigue operando el aparato de propaganda heredado del sexenio anterior y diseñado por Jesús Ramírez Cuevas, exvocero de López Obrador y actual coordinador de asesores de la Presidenta, pero ya no con el mismo éxito.
El periodista recuerda que en un principio la mandataria “no quería tener cerca a esos personajes que trabajaban bajo las órdenes de Ramírez Cuevas, pero ha tenido que volver a utilizarlos para que cumplan la misma función que hacían con López Obrador”.
“Quería hacer algo distinto y tenía la legitimidad y el bono para hacerlo, pero parece haber claudicado”, añade.
Ramírez Cuevas, calificado por Riva Palacio como el “jefe de mentiras”, diseñó un modelo de comunicación para centralizar los mensajes desde Palacio Nacional e “inventó medios alternos” para difundirlos. Sin embargo, advierte el periodista, ese modelo, aunque eficaz en el corto plazo, no ha resistido el paso del tiempo ni las nuevas dinámicas políticas y sociales.
Y la Presidenta, añade, parece no entender que la estrategia, diseñada por el propagandista de López Obrador, ha dejado de ser efectiva.
“Sheinbaum no parece comprender que esa estrategia tuvo un éxito relativo de plazo sexenal. Apreciar cómo proliferan las denuncias y críticas en los medios y de periodistas contra el expresidente, habla del fracaso de la estrategia de Ramírez Cuevas a mediano y largo plazo”, argumente sobre el fracaso de la estrategia.
Ahora, ante el fracaso de la comunicación política, la Presidenta debe decidir si continúa por el camino trazado por su mentor o reevaluar la estrategia.
“La Presidenta científica tendría que reevaluar lo que está haciendo en ese campo. Le iría mucho mejor”, opina el periodista.
vanguardia.com.mx
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