Cada abril, el cielo nocturno regala un evento fascinante: la lluvia de meteoros Líridas. En 2025, alcanzarán su punto máximo entre la noche del 21 y la madrugada del 22, con una tasa esperada de hasta 18 meteoros por hora en cielos oscuros y despejados.

Estas estrellas fugaces han sido observadas por más de dos milenios y continúan cautivando a quienes alzan la vista. Aunque su actividad es moderada en comparación con otras lluvias, su belleza radica en el brillo y la duración de los trazos que dejan en la atmósfera.

El radiante de las Líridas se localiza en la constelación de Lira, cerca de Vega, una de las estrellas más brillantes del cielo. Aunque los meteoros parecen surgir de esa zona, pueden aparecer en cualquier parte del firmamento, ofreciendo una experiencia envolvente y mágica.

La lluvia es visible desde ambos hemisferios, pero el hemisferio norte, y especialmente México, ofrece condiciones ideales. Con un poco de planificación y paciencia, los observadores podrán disfrutar de un espectáculo natural que une ciencia, historia y emoción.

Las Líridas tienen su origen en los restos del cometa C/1861 G1 Thatcher, un cuerpo celeste que orbita el Sol cada 415 años. Cuando la Tierra cruza su estela, las partículas impactan la atmósfera a 49 km/s, produciendo los destellos luminosos que conocemos como meteoros.

Este fenómeno ha sido documentado desde el año 687 a.C., lo que lo convierte en una de las lluvias más antiguas registradas por la humanidad. Civilizaciones como la china, la griega y la medieval europea han dejado testimonio de su aparición en distintos momentos históricos.

En ocasiones, la lluvia ha sorprendido con ráfagas intensas. En 1982, por ejemplo, se observaron hasta 100 meteoros por hora. Aunque eventos así son raros, muestran la naturaleza impredecible de estos encuentros cósmicos con residuos ancestrales.

Para ver las Líridas en todo su esplendor, lo mejor es alejarse de la contaminación lumínica. Sitios como la Reserva de la Biosfera El Cielo (Tamaulipas), el Parque Nacional San Pedro Mártir (Baja California) o el Desierto de Wirikuta (San Luis Potosí) son excelentes opciones.

Cómo y dónde observarlas en México

Este 2025, la actividad de las Líridas será entre el 14 y el 30 de abril. La Luna estará en fase menguante durante el máximo, lo cual podría reducir la visibilidad de los meteoros más tenues, pero los más brillantes seguirán iluminando el cielo con fuerza y claridad.

La constelación de Lira aparece en el horizonte noreste después de la medianoche. El mejor momento para observar los meteoros es entre las 2 y las 5 de la mañana, cuando el radiante alcanza su mayor altura en el cielo, incrementando la posibilidad de ver más destellos.

Es recomendable llegar al sitio de observación al menos una hora antes para que los ojos se adapten a la oscuridad. Evitar luces artificiales o pantallas electrónicas ayuda a percibir incluso los meteoros más débiles que cruzan fugazmente el firmamento.

No se necesita telescopio ni binoculares, con una manta, una silla reclinable y ropa abrigadora, basta con mirar hacia arriba y tener paciencia. Los meteoros pueden aparecer en cualquier punto del cielo, así que lo ideal es abarcar un campo visual lo más amplio posible.

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