Cuando a policías los secuestran, golpean o matan ¿qué podemos esperar los ciudadanos que debemos exponernos todos los días a la inseguridad generada por la impunidad con que actúan los criminales?
Los seis años del pasado gobierno fueron tiempo perdido para combatir a los cárteles y bandas que asolan el territorio veracruzano.
Quién sabe si hubo entendimiento por parte de los jefes policiacos con esos grupos, pero lo que sí está claro es que, por lo menos, hubo una clara incapacidad para brindar seguridad a la población y a los mismos elementos de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP).
Los dos titulares que tuvo esa área en el peor gobierno de Veracruz, un civil, Hugo Gutiérrez Maldonado, y el capitán de navío Cuauhtémoc Zúñiga Bonilla, en principio parecía que estaban más interesados en cuidarse de las intrigas y ambiciones del entonces secretario de Gobierno, Patrocinio Cisneros, que en desarrollar correctamente sus funciones.
A los múltiples asesinatos, secuestros y extorsiones cometidos por los cárteles que, dígase lo que se diga oficialmente -manipulando y escondiendo hechos- sí aumentaron, al grado de que los criminales vivieron de fiesta en fiesta durante seis años, se dieron hechos en los que los mismos policías fueron víctimas.
Van dos ejemplos de esto, en acciones criminales cometidas en el último tramo del anterior gobierno.
En julio del año pasado, el día 18, fue asesinada una mujer policía, novata, cuando con una compañera trató de evitar un secuestro en Plaza Mega Las Palmas, al norte de la ciudad de Veracruz.
Lo que se sabe es que una célula del crimen secuestró a una persona interesada en cuestiones sindicales. Hubo alboroto y las policías intentaron evitar el plagio.
Una fue asesinada; estaba comisionada por parte de la SSP a la Policía de Veracruz, como parte de un operativo para reforzar la seguridad en plazas con motivo del periodo vacacional de verano.
Menos de un mes después, el 16 de agosto, dos motopatrulleros fueron secuestrados cuando realizaban labores de vigilancia en Antón Lizardo (Alvarado), población sede de la Heroica Escuela Naval.
Pobladores reportaron un tiroteo y cuando llegaron policías solo encontraron tiradas las motos.
Afortunadamente estos dos policías de la Secretaría de Seguridad Pública no fueron asesinados, pero los tiraron, horas más tarde, en las inmediaciones de la Plaza Mega Las Palmas, muy golpeados.
¿Qué hizo la SSP ante ambas agresiones? ¿El capitán Cuauhtémoc Zúñiga ordenó algún operativo especial para dar con los sicarios que mataron a una de sus colaboradoras, hirieron a otra y golpearon salvajemente a dos más?
En la SSP respondieron como lo hubiera hecho cualquier ciudadano de bien, que son la inmensa mayoría. La SSP no hizo nada pese a contar con un gran número de elementos, bien equipados y armados.
Así que, si los sicarios no respetan a los policías, sino que muestran su poder matándolos, secuestrándolos o golpeándolos ¿qué podemos esperar los demás veracruzanos?
Desgraciadamente acaba de darse otro caso. Este miércoles fueron asesinados dos policías de la SSP, un hombre y una mujer, que se dijo estaban de licencia.
Los tirotearon en la carretera federal a la altura de Vega de Alatorre, cuando viajaban en una camioneta. Otra persona que iba con ellos fue secuestrada.
¿Qué es lo que pasa? ¿Qué hará Seguridad Pública? ¿Ahora sí reaccionará como corresponde ante esas criminales agresiones?
El tiempo de acomodo ya pasó para el secretario de Seguridad Pública, Alfonso Reyes Garcés, y es momento de que la gobernadora Rocío Nahle ya le exija resultados.
De lo contrario seguiremos viendo que los delincuentes ni a los policías respetan y padeceremos casos como los de estos días -que son los de todas las semanas- como el del transportista tiroteado ayer en Acayucan; el del joven secuestrado el lunes en Emiliano Zapata y que fue encontrado muerto; el del comercio baleado en la Colonia Petrolera de Coatzacoalcos o el de los 5 jóvenes plagiados en 2020 en Palo Gacho y cuyos cadáveres acaban de ser hallados.
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