Desde que el gobierno del estado decidió tratar el asunto de la compra de publicidad en
los medios de comunicación mediante convenios globales, surgió un fenómeno de
corrupción el cual se ha ido perfeccionando o volviendo más cínico entre los encargados
de representar al gobierno en esos tratos, al grado de que en la actualidad los medios son
presionados a aceptar migajas a cambio de difundir los boletines y las fotos de las
acciones gubernamentales. Han sido tan escandalosos los niveles de corrupción que, por
ejemplo en tiempos de la Junta de Coordinación Política que encabezó el diputado panista
xalapeño Sergio Hernández, apareció un medio propiedad de la mamá de José Mancha, el
presidente del CDE del PAN, al que le daban trecientos mil pesos mensuales por “sus
servicios” obviamente el medio solo estaba colgado de las redes sociales pero no cumplía
con los objetivos de informar, educar y entretener a lo que están obligados, por
definición, todos los medios de comunicación. Aquí lo importante era regalarle trecientos
mil pesos mensuales al presidente del PAN en el estado como una graciosa concesión y
punto. Otra forma de robar los recursos que el estado destina a la obligada difusión de las
actividades legislativas, del Poder Judicial y del Ejecutivo, es asignar grandes sumas de
dinero a un medio y quitarle la mitad, el clásico moche. La administración de Cuitláhuac
García manejó este negocio a través de Joseph Iván Luna, extitular de la DGCS, quien de la manera más cínica y corrupta, inventó medios digitales a través
de personas que se prestaron a eso (darlos de alta como propietarios a cambio de una
limosna mensual) y el titular de Comunicación se llenó de billetes cobrando millones de
pesos mensuales producto del pago a medios inexistentes o falsos.
Afortunadamente el trabajo periodístico profesional te permite enterarte de todo,
especialmente de estas “trampas” y apenas se echa a andar el mecanismo de los
“convenios” y al rato ya se están publicando las listas de los montos de los acuerdos
económicos, no es posible engañar a nadie. Pronto lo estaremos viendo.
EL MEGANEGOCIO DE LOS CONVENIOS

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