En su edición de este lunes 10 de marzo, el diario Reforma destacó en su portada que la empresa Construcciones y Reparaciones del Sur, propiedad de Juan Carlos Fong Cortés, un empresario de Coatzacoalcos que está ligado familiarmente con la ex titular de la Secretaría de Energía (Sener), Rocío Nahle, tenía más contratos celebrados para obras dentro de la Refinería Olmeca que el sexenio pasado estuvo a cargo de la actual gobernadora de Veracruz.
Uno de esos contratos, indicó el diario capitalino, está relacionado con la construcción del edificio administrativo y áreas complementarias de la refinería de Dos Bocas, Tabasco, el cual se firmó en 2020 y donde la compañía participó en consorcio con la empresa Desarrolladora CW. Según las facturas de pagos revisadas por Reforma, el consorcio recibió por parte de Pemex PTI mil 313 millones de pesos.
Otro contrato donde la empresa de Fong Cortés participó en consorcio fue para la construcción de las vialidades de la Refinería, para lo cual formó equipo en 2020 con la empresa Comercializadora de Productos Servicios y Maquinaria Jiménez y Falcón. Los pagos efectuados en este caso fueron por un monto de más de 686 millones de pesos.
Hace menos de un mes, a mediados de febrero, el mismo diario publicó también que Pemex había pagado en más del doble la construcción de un gasoducto de suministro a Dos Bocas a la empresa de Fong Cortés. La petrolera, a través de su filial PTI, erogó por el ducto 5 mil 318 millones de pesos, cuando el precio pactado era de 2 mil 230 millones de pesos.
Además, Reforma reseñó que Construcciones y Reparaciones del Sur, junto con Constructora Santandreu y Comercializadora de Productos, Servicios y Maquinaria Jiménez, formaron el consorcio Grupo Huerta Madre, que en conjunto con las compañías Van Oord de México y Van Oord Dredging and Marine Contractors obtuvieron el contrato para la conformación de plataformas o nivelación de la refinería. Por dicha obra Pemex pagó 6 mil 344 millones de pesos.
Estas publicaciones en contra de Nahle se hicieron coincidentemente los tres días que estuvo de gira en el estado la presidenta Claudia Sheinbaum, quien salió en defensa de su aliada política y compañera de partido.
“Me da gusto estar con Rocío Nahle, nuestra gobernadora de Veracruz, que es una mujer incansable, con una enorme convicción, inteligente y muy, pero muy trabajadora. Gracias Rocío por dedicar tu vida al pueblo de Veracruz, y el pueblo de Veracruz además quiere mucho a Rocío Nahle”, expresó la jefa del Ejecutivo federal. “Somos gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo. Cuando estuve en campaña en Veracruz, que miren que fue ruda la campaña contra Rocío, pero Rocío las pudo todas, ganó, arrasó aquí en Veracruz, y claro que va a poder”, afirmó Sheinbaum.
Ahora, Nahle ha tenido que defenderse sola. Anteayer, en la red social X, antes Twitter, la gobernadora solamente respondió: “Oooootra vez el Reforma en su golpeteo a la magna obra de Dos Bocas y a una servidora, publica sobre una de las constructoras que participaron en su construcción. Los edificios administrativos los construyó una empresa ‘tabasqueña’ que ganó la licitación. No la que mencionan.”
Pero este mismo lunes, la ex candidata presidencial del PAN-PRI-PRD, Xóchitl Gálvez, publicó una fotocopia en la misma red social acompañada del siguiente comentario: “El pueblo bueno me hizo llegar una copia del contrato donde sí aparece la empresa Construcciones y Reparaciones del Sur, cuyo dueño es Juan Carlos Fong Cortés, pariente del esposo de @rocionahle.”
¿En su equipo y partido, la gobernadora no tiene a nadie más que la defienda? ¿Ni siquiera Leonardo Cornejo Serrano, el ingeniero guanajuatense nombrado por Nahle en su administración estatal como titular de la Secretaría de Infraestructura y Obras Públicas (SIOP), el cual se encargó de los contratos de la construcción de la Refinería de Dos Bocas como subdirector de Proyectos Industriales en la filial Pemex Transformación Industrial (PTI)?
Nombra Morena a promotores de la 4T en 8 municipios cuenqueños
El Comité Ejecutivo Nacional de Morena nombró a las y los promotores de la Cuarta Transformación de ocho municipios de la Cuenca del Papaloapan.
Se trata de Filiberto Sánchez Martínez, del municipio de Acula; Pedro Luis Vergara Galó, de Amatitlán; Miguel Rodríguez López, Carlos A. Carrillo; María Graciela Suárez Mendoza, de Cosamaloapan de Carpio; Josefina González Cuevas, de Ixmatlahuacan; Jorge Alberto Portugal Granda, de Otatitlán; Yessenia Villamur Mora, de Tres Valles, y Froylán Estrada Rendón, de Tuxtilla.
Según el comunicado dado a conocer la noche de este martes por el CEN de Morena, “se trata de mujeres y hombres que cuentan con la firme convicción de promover en su región nuestros ideales”.
“El objetivo de su nombramiento es desarrollar funciones de afiliación, difusión y formación política, en apego a los principios y programas de nuestro Partido-Movimiento, para beneficio de todas y todos los militantes veracruzanos”, se indicó.
“En Morena respaldamos su trabajo y compromiso con los principios de la Cuarta Transformación”, concluye el comunicado oficial de la dirigencia nacional del partido guinda.
Chiconquiaco: ¿seguirá la misma familia Perea Morales?
Por cierto, a pesar de que justo este martes 11 de marzo el Congreso federal emitió la declaratoria de constitucionalidad de la reforma que prohíbe el nepotismo electoral para evitar que gobernantes hereden el cargo a sus familiares, en Chiconquiaco, un municipio ubicado a escasos 47 kilómetros de la capital veracruzana, la dinastía de los Perea Morales ha hecho del “nepotismo” su modus vivendi.
Sí, ahí, desde hace muchos años, se han pasado el poder el papá, la mamá, el abuelo, el tío y ahora uno de los hijos buscará la presidencia municipal. Junto a esa práctica nepotista, muchos otros males como la opacidad en el manejo de los recursos públicos, una deuda que ha ido creciendo gobierno tras gobierno, así como la corrupción y la prepotencia que les ha caracterizado.
Los Perea, que también han buscado ajustarse a diversos colores políticos, cobijados recientemente por el Partido Verde Ecologista de México (PVEM), parecen estar desafiando a la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo y a la propia gobernadora Rocío Nahle García, quienes han señalado de manera clara y contundente que no permitirán ninguna forma de nepotismo o herencia de cargos públicos.
En Chiconquiaco la historia inició con Nazario Perea, quien fue relevado por Silvestre Morales, su suegro. Luego, Nazario Perea Aguilar ocupó la alcaldía en dos ocasiones, y su esposa Maricela Morales, hija de Silvestre y hermana del actual alcalde, también formó parte de esta red de poder. Después, Luis Silvestre Morales Viveros, cuñado de Nazario e hijo de Silvestre, continuó con el control familiar. Ahora, el hijo de Nazario Perea, Nazario Perea Morales, conocido como “El Pelón”, pretende seguir los pasos de su padre y mantener viva esta dinastía política.
Este entramado familiar no sólo es una afrenta a la democracia, también un claro ejemplo de cómo el nepotismo corroe las instituciones. Chiconquiaco se ha convertido en un municipio donde el apellido parece ser el único requisito para acceder al poder, mientras la ciudadanía paga las consecuencias de esta falta de transparencia y meritocracia.
Pero el problema no termina ahí. De acuerdo con los Informes de Fiscalización Superior de Cuenta Pública realizados por el Órgano de Fiscalización Superior del Estado de Veracruz (ORFIS), Chiconquiaco presenta una deuda pública de más de 24 millones de pesos, lo que ha puesto al municipio en la mira por posibles actos de corrupción y daño patrimonial. Esta deuda no es sólo un número: es el reflejo de una administración que prioriza los intereses de unos cuantos sobre las necesidades de la población.
Mientras la gobernadora Rocío Nahle insiste en que “no debe haber herencias de poder”, la realidad en Chiconquiaco demuestra que las palabras no son suficientes. La familia Perea ha convertido la política en un negocio familiar, y el costo lo pagan los ciudadanos, quienes ven cómo los recursos públicos se diluyen en medio de la opacidad y el favoritismo.
Es momento de que las autoridades estatales y federales actúen con firmeza. No basta con denunciar el nepotismo; es necesario investigar a fondo las irregularidades en Chiconquiaco, esclarecer el destino de los 24 millones de pesos de deuda y asegurar que los responsables rindan cuentas. En Veracruz no puede seguirse permitiendo que municipios como Chiconquiaco sigan siendo feudos familiares donde la democracia es sólo una palabra vacía.
La ciudadanía de Chiconquiaco merece un gobierno transparente, eficiente y libre de ataduras familiares. El caso de los Perea debe ser un recordatorio de que el nepotismo no es sólo un problema del pasado, sino una práctica que sigue vigente y que debe ser erradicada ya. El futuro de Chiconquiaco no puede continuar en manos de una sola familia. Es hora de romper con esta dinastía y construir un municipio donde el poder sea un servicio, no herencia de una dinastía familiar.
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