Un tráiler que viajaba la madrugada del martes rumbo a Boca del Río, fue asaltado por sujetos armados antes de llegar a la caseta de La Antigua, cerca de Cardel. La noticia hubiera pasado de largo como un asalto carretero más, de no ser porque la unidad transportaba parte de la escenografía que utilizaría el cantante Luis Miguel en su concierto del día siguiente en el estadio “Beto Ávila”.
Más rápidos que un balazo, el recién estrenado gobierno de Rocío Nahle y la Secretaría de Seguridad Pública se apresuraron a desmentir el robo y aseguraron que nunca ocurrió. Y para reforzar su argumento subieron a las redes la imagen de un camión de carga con el letrero: NOTICIA FALSA y la frase: ¡No te dejes engañar!
Pero el robo sí existió.
El operador de la unidad dijo a las autoridades que tanto él como sus acompañantes fueron interceptados y asaltados con violencia por sujetos armados que los amagaron para despojarlos de sus pertenencias, así como del tráiler y lo que transportaba.
Por su parte, la compañía Pisomex dueña del tráiler y la escenografía, confirmó el atraco mediante un desplegado subido a Instagram y dirigido “A todas las autoridades, medios y público en general” donde manifiesta: “El pasado 3 de diciembre fuimos víctimas de la delincuencia que azota las carreteras de nuestro país”, pero dijo que esto no afectaría la actuación del cantante.
Y como fue. Luis Miguel llenó hasta las lámparas el “Beto Ávila”, armó la tremolina entre las veinteañeras, treintañeras y jovencitas sexagenarias asistentes a su concierto y se fue.
Pero las autoridades estatales no han vuelto a tocar el tema, a pesar de que el abogado de Pisomex viajó de Monterrey a Veracruz para interponer una denuncia por un robo que asciende a 5 millones de pesos.
Quiero pensar que alguien engañó a la gobernadora Rocío Nahle y al secretario de SSP, Alfonso Reyes. Aunque lo interesante será saber cómo van a reaccionar.
¿Corregirá el entuerto la gobernadora o lo dejará pasar?
“Ya aprendiz de columnista. Estas viendo moros con tranchete donde no los hay. No se vale que armes tamaño irigote por un simple asalto donde felizmente no hubo muertos ni heridos” dirá alguien.
Pero no es por ahí el asunto.
Lo pregunto porque si apenas al comienzo de este gobierno están tratando de ocultar el robo de un tráiler, ¿cómo van a reaccionar cuando ocurra un secuestro, un feminicidio, una balacera o una masacre?
En verdad lector no entiendo la malsana costumbre de los gobernantes por ocultar con mentiras las malas noticias.
Fidel Herrera trató de tapar las matanzas en su sexenio con una frase cínica: “Vamos bien y viene lo mejor”. Javier Duarte las negó, Miguel Ángel Yunes pretendió olvidarlas y Cuitláhuac García le echó la culpa a los de antes: “Esto (las masacres) es culpa de los malos gobiernos que nos antecedieron”.
En tiempos del PRI se decía que se callaba o se mentía para no espantar a la población con tanto muerto. Pero la población tiene más de 25 años espantada. “Tan espantados estamos que ya nos curtimos”.
Reitero, quiero pensar que alguien le mintió a la señora Nahle y al titular de Seguridad Pública que se fueron con la finta. Pero quiero pensar también que en breve saldrá una aclaración donde se reconozca el error con el consabido “no descansaremos hasta dar con los responsables” y fin del tema.
Mal augurio será que la gobernadora y sus colaboradores se amachen sosteniendo una falacia o apostando al olvido con su silencio, porque será un pésimo mensaje para los veracruzanos.
Tiene tiempo que Veracruz apesta a mierda… México está en estado de putrefacción… Nada cambiará. Seguirá la degradación ecológica, cultural, social, política, económica y humana… El expolio, la cacería, la desvastación, la depredación, corrupción y depravación, continua… El infierno arrasará con todo… Solo lo demoníaco, la falsedad y la agonía del pueblo, será la norma y la costumbre.