Con grandes conflictos abiertos en Ucrania o Gaza y la reciente victoria electoral de Donald Trump en Estados Unidos, muchos negociadores asumían antes de llegar a Bakú que el contexto geopolítico de la cumbre del clima COP29 iba a ser extremadamente complejo.

Pero la realidad ha superado los temores en los primeros días de ese foro de Naciones Unidas, con la retirada de la delegación argentina de las negociaciones en Bakú por orden del presidente Javier Milei, que en los próximos días se reunirá con Trump en Mar-a-Lago en busca de un acuerdo de libre comercio entre Argentina y Estados Unidos.

Se trata de un sobresalto que nadie había anticipado, como tampoco se esperaba que Azerbaiyán y Francia fueran a entrar en un conflicto diplomático que ha terminado con la ministra francesa de Transición Ecológica, Agnès Pannier-Runacher, anunciando que no viajará a Bakú la próxima semana para la segunda semana de negociaciones, donde los ministros toman el relevo de sus técnicos y se aceleran los procesos.

El motivo es que el presidente de Azerbaiyán, Ilham Aliyev, que ya había sorprendido calificando los combustibles fósiles como “un regalo de Dios” en la inauguración de la cumbre climática en la que su país ejerce de anfitrión, ha acusado a Francia y a Países Bajos de neocolonialismo por mantener territorios de ultramar.

“La Polinesia Francesa y Nueva Caledonia han sido reconocidas como territorios no autónomos por las Naciones Unidas desde 1946-1947. Sin embargo, su proceso de descolonización aún está retrasado”, dijo Aliyev, que heredó de su padre hace 21 años la presidencia de un país que obtiene casi el 50 por ciento de su PIB del petróleo y el gas.

En ese ataque verbal subyace también un enfrentamiento de mayor calado, pues Francia es aliada de Armenia en el conflicto entre ese país y Azerbaiyán sobre Nagorno-Karabakh, territorio disputado entre ambos Estados de donde hace un año tuvieron que huir miles de armenios, en lo que Eriván calificó de limpieza étnica.

La ministra francesa reaccionó en el Senado a las palabras de Aliyev, a quien acusó de “instrumentalizar la lucha contra el cambio climático por una agenda personal indigna”, y consideró “irónico” que Azerbaiyán, con un “régimen represivo y liberticida, dé lecciones sobre derechos humanos”.

Pannier-Runacher no asistirá a la segunda semana de la cumbre, pero los negociadores franceses sí seguirán trabajando sobre el terreno, mientras que sí se espera que acuda su homólogo neerlandés.

“Nuestras puertas siguen abiertas”, dijo en rueda de prensa en la COP29 el principal negociador climático azerí y ministro de Exteriores de Azerbaiyán, Yalchin Rafiyev, quien evitó profundizar en la polémica y aseguró que el país anfitrión “se ha asegurado de que el proceso de negociación sea inclusivo”.

Desde Bakú, el negociador líder de la UE, Jacob Werksman, dijo en rueda de prensa que “tanto Francia como Países Bajos son absolutamente necesarios en el área de política climática y de financiación climática”.

Y desde Bruselas, el alto representante para la Política Exterior de la UE, Josep Borrell, señaló que las declaraciones de Aliyev son “inaceptables” y “corren el riesgo de socavar los objetivos vitales” de la cumbre climática, además de recordar que “la UE y sus Estados miembros son los mayores contribuyentes a la financiación climática mundial y apoyan a socios de todo el mundo en la lucha contra el cambio climático”.

El roce diplomático ha capturado el foco mediático de la cuarta jornada del foro de negociación que se desarrollará hasta el próximo 22 de noviembre, si bien muchos confían en que no impacte en el resultado final de la cumbre.

“Es lamentable que el país anfitrión de una COP desacate el protocolo diplomático; no obstante, es necesario diferenciar bien las tensiones bilaterales de las negociaciones multilaterales”, declaró a EFE en Bakú el alcalde de la localidad francesa de Autun y miembro del Comité de las Regiones de la Unión Europea, Vicente Chauvet.

Una alta fuente diplomática de un Estado miembro de la UE inmersa en las negociaciones comentó a EFE que algunos funcionarios franceses han sido “acosados” durante la cumbre y mostró perplejidad ante la actitud hostil del presidente del país anfitrión, que personalizó en el mandatario y no en los negociadores azeríes.

“No debería de influir en las negociaciones (…). Mientras Aliyev esté fuera del edificio todo irá bien”, comentó.

En cuanto a Argentina, la misma fuente consideró que la decisión de Milei busca agradar a Trump, pero consideró que tampoco tendrá un gran impacto en el resultado de la cumbre porque Argentina “no estaba en primera línea” de la negociación.

“La carrera por ser más ‘trumpista’ que Trump ha comenzado”, comenta otra fuente diplomática a propósito de las polémicas generadas por Azerbaiyán y por Argentina.

Distintos analistas consultados por EFE asumen que Trump retirará a Estados Unidos del Acuerdo de París, aunque existe incertidumbre sobre el papel que desempeñará el magnate y consejero del republicano Elon Musk, consejero delegado de Tesla, la mayor empresa de coches eléctricos del mundo.

En todo caso, las fuentes sostienen que el hipotético abandono de EE.UU. del pacto climático global es un proceso que legalmente llevará al menos un año, por lo que Estados Unidos probablemente participará en la COP30 que se celebra el año próximo en la ciudad de la Amazonía brasileña de Belén, diez años después de que en 2015 se firmara el Acuerdo de París.

EFE

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