Martín Aguilar Sánchez no cesa en su empeño de pasar a la historia como el peor rector de la Universidad Veracruzana.

En menos de un año cometió al menos tres pecados capitales en contra de la Universidad. La colocó entre las peores universidades del mundo, modificó la Ley Orgánica para intentar buscar la reelección y en calidad de “reptor”, entregó al gobernador Cuitláhuac García un inmerecido reconocimiento como científico e inventor, con la esperanza de que le devolvieran el favor.

Este domingo amanecimos con la noticia de que, luego de entregar al Congreso la petición para aprobar la nueva Ley Orgánica hace apenas diez días, ahora solicita suspender el proceso legislativo hasta que la propia Universidad “lo estime pertinente”.

Con un argumento falaz e hipócrita, propone que cualquier reforma a la Ley Orgánica sea precedida por una consulta previa, libre e informada a la comunidad universitaria y a sus órganos de gobierno.

O sea que, ¿a nadie de la comunidad le pidieron su opinión durante la elaboración de la nueva Ley? ¿Acaso el proyecto no había sido aprobado por el Congreso Universitario con el consentimiento de la mayoría? ¿Por qué detuvieron durante meses el proceso legislativo para su aprobación y decidieron lanzarlo a pocos meses de iniciar el proceso de elección del nuevo rector?

¿A qué juega Martín Aguilar? ¿Perdió el consenso al interior de la Universidad o ya le avisaron que la nueva gobernadora tiene otros planes respecto de quien debe ser el próximo rector de la Universidad Veracruzana?

Estos son los tres principales pecados de Martín Aguilar Sánchez como rector de la Universidad Veracruzana:

Colocó a la UV entre las peores del mundo. Hace unas semanas, la empresa Quacquarelli Symonds (QS) dio a conocer el ranking de las mejores universidades del mundo para el 2025. Se consideró a 1500 universidades evaluadas, incluidas 32 universidades mexicanas, públicas y privadas, entre ellas la Universidad Veracruzana.

la Universidad Veracruzana resultó ser una de las peores evaluadas al quedar entre los últimos cien lugares a nivel mundial. Incluso, por la metodología de evaluación, podría ser ¡la peor del mundo!

¿Y en qué fallamos? ¿Por qué nuestra Universidad está cada vez peor? Resulta que reprobamos prácticamente en todo. Por ejemplo, en una escala de 100 puntos, la UV sólo alcanzó 7.7 en el área de investigación y descubrimiento.

En experiencia del aprendizaje obtuvimos tan sólo 7.3; y en empleabilidad, es decir, la cantidad de egresados que se incorporan al mercado laboral, apenas 2.7 de acuerdo a la reputación del empleador y 1.5 en resultados laborales. ¡Terrible!

Además, fuimos calificados con nulo compromiso social, la proporción de profesores internacionales también fue nulo; sólo obtuvimos 13.6 puntos en la red internacional de investigación.

¿En qué momento la Universidad Veracruzana pasó de ser un modelo de educación superior para el país y un orgullo de los veracruzanos a una de las peores universidades del mundo?

El segundo pecado fue pretender cambiar las reglas del juego para poder reelegirse. Si bien la Ley Orgánica tiene más de tres décadas y es urgente su actualización, el propósito oculto era cambiar los requisitos para ser rector y abrir la puerta a su reelección, impedido para continuar en el cargo a causa de su edad.

Hasta el día de hoy, el actual rector de la Universidad Veracruzana no puede reelegirse. La Ley Orgánica se lo impide a pesar de las reformas que aprobó el Consejo Universitario en marzo de este año. Para lograrlo, el Congreso local tenía que aprobar la iniciativa que le fue presentada hace diez días y que desde el pasado 4 de noviembre le fue retirada.

Y su tercer pecado fue pactar un perverso intercambio de favores, buscando recompensa por haber otorgado un inmerecido título de científico a Cuitláhuac García, tal y como lo denunció la propia comunidad universitaria y sus ex compañeros del proyecto.

Además, Aguilar Sánchez jamás exigió al gobernador –como sí lo hicieron los rectores anteriores-, el cumplimiento de la asignación presupuestal que marca la Constitución del Estado y que permitiría a nuestra Universidad atender el rezago y las necesidades que hoy la mantienen en el ostracismo.

El retiro de la iniciativa por aprobar la nueva Ley Orgánica no es más que el reflejo de una administración marcada por la ambición, por la burocracia, la mediocridad y el conformismo.

Pero que no se preocupe. Tiene todo el perfil para ser rector de cualquier Universidad del Bienestar: 90 por ciento lealtad y 10 por ciento capacidad.

Morena deshoja la margarita respecto a candidatos y familia

Este sábado estuvieron de visita en Veracruz, la dirigente nacional de Morena, Luisa María Alcalde y el verdadero heredero del poder político de la 4T, Andy López Beltrán.

Una de las cosas que más se comentó es la decisión que están tomando, a instrucción de la presidenta Sheinbaum, de que en la próxima elección local no se postule a familiares directos –cónyuges, hijos o hermanos- de los actuales presidentes municipales.

Esta decisión tiene a Morena deshojando la margarita. En efecto, hace cuatro años, Morena ganó una cantidad muy importante de municipios no sólo por la marca partidista, sino por el arraigo de muchos personajes que, curtidos en otros partidos, se sumaron a la 4T para mantener el control de sus municipios y regiones.

Para decirlo en concreto. En las pasadas elecciones, el nepotismo le dio muchos votos y alcaldías a Morena. Lo mismo pasó en la elección presidencial.

El otro problema es que en esa tesitura también están los partidos aliados como el PVEM y el PT, quienes en caso de buscar ir en coalición nuevamente con Morena, tendrían que aceptar la condición de no postular a familiares directos, lo que implicaría que algunos alcaldes busquen ganar la alcaldía por su cuenta o no en coalición.

En este caso, según los números de la última elección municipal y la reciente elección presidencial y a gobernador, a Morena no le alcanzaría para ganar en solitario al menos en unos 50 municipios donde hoy son gobiernos en coalición, con presidentes municipales postulados por el Verde o el PT.

En la euforia del triunfo arrollador, Morena se siente capaz de ganar al menos 200 municipios sin la ayuda de ningún otro partido. Pero los números no le dan.

¿Aceptarán entonces que sus aliados hagan excepciones en la postulación de sus candidatos? En caso contrario, ¿los presidentes municipales aceptarán esta condición y renunciarán al intento de impulsar a un familiar directo o buscarán cobijo en otros partidos, conociendo su arrastre y convocatoria?

Y eso sin contar la lucha interna que ya se observa. Hace unos días, Manuel Huerta hizo una dura e irónica crítica al dirigente estatal de Morena, Esteba Ramírez Zepeta, quien este fin de semana volvió a sacar la bandera blanca, pidiendo al senador que no se hagan críticas al partido porque los verdaderos adversarios están afuera.

Huerta no va a dejar de golpear a Zepeta y a criticar al partido en Veracruz, a menos que le cumplan con la cuota de aspirantes a presidentas y presidentes municipales que surjan de la estructura de la delegación federal del bienestar.

Hay que recordar que quienes resulten alcaldes, gobernarán hasta el año previo a la elección de gobernador (2026-2029), lo que los convertirá en los operadores naturales de la elección del 2030.

Esa es la razón por la que todos están peleando por su vida.

El PAN sigue secuestrado por la ambición de sus tribus

La elección interna del PAN para decidir quién será su próximo dirigente nacional, se convirtió en una nueva revuelta entre sus tribus, utilizando las mismas prácticas inventadas por el PRI y tan socorridas por Morena: acarreo, compra de votos, manipulación de padrones y de funcionarios de casilla.

Lo único que les faltó fue hacer la elección por encuesta.

La elección de ayer revivió el eterno conflicto entre los Yunes –hoy aborrecidos en casi todos los rincones del panismo aldeano- y el resto de las tribus, a veces aliadas, a veces confrontadas, como las del Chapo, Cambranis y otros más. Esta vez no fue la excepción, cada una trabajando a favor de sus candidatos nacionales.

Durante los últimos días, miles de panistas que aspiran a las candidaturas a las presidencias municipales, se pusieron a operar a favor de unos y otros. En algunos casos, los votos se llegaron a cotizar entre 300 y 500 pesos, en lo que se supone que sería una elección que sólo interesa al PAN.

Así, por ejemplo, los Yunes operaron con todo, en su afán por cumplir con sus compromisos nacionales y seguir siendo el cáncer que está matando al PAN desde adentro. Ellos y sus aliados que permanecen en el PAN implementaron un intenso operativo de compra y coacción del voto en sus más burdas e ingeniosas formas.

Por ejemplo, allá por la zona de las altas montañas, donde el yunista Víctor Serralde aspira a volver a ser candidato, se instalaron comedores comunitarios para militantes que acudieron a votar a favor de Jorge Romero, el candidato a la dirigencia nacional que les prometió protección y encubrimiento.

El problema es que, si la candidata Adriana Dávila no resulta ganadora de la contienda, su resultado irá a parar nuevamente a tribunales, luego de que la Sala Superior del TEPJF determinó que el PAN debe garantizar la alternancia de género en la dirigencia, en caso de que en la elección de noviembre próximo gane un hombre.

Mujeres militantes del PAN impugnaron la convocatoria para la elección de la presidencia, secretaría general y otros cargos del CEN, misma que fue confirmada por la comisión de justicia del partido, al argumentar que no se consideró el principio de paridad.

La elección interna del PAN es fundamental. No sólo decidirá la eventual construcción de nuevas alianzas y coaliciones, sino también la corriente local que llevará mano en las próximas candidaturas a las presidencias municipales.

Por eso ayer andaban todos tan giritos.

La ratonera

Hasta hoy no existe instrucción directa para que los nuevos diputados morenistas defiendan la administración de Cuitláhuac García durante las comparecencias que inician el próximo lunes. Incluso, algunos legisladores de la 4T, lastimados por este gobierno, serían los principales críticos en las obsoletas comparecencias.

¿Acaso las comparecencias serán a cuchillo limpio?