Si Ernesto Zedillo hubiera sido solo un poco menos autoritario que Salinas de Gortari o ejercido el poder como lo ejercen en la actualidad los de Morena, el PRI no habría perdido la elección del 2000 ante Fox.

Y dependiendo del autoritarismo de los siguientes candidatos quién sabe si todavía, a costa de la antidemocracia, el sojuzgamiento, el retraso social y la sangre de opositores, el ahora agonizante Partido Revolucionario Institucional seguiría en el poder.

En estos días, ante una discusión sostenida con el panista Marko Cortés, en la Cámara de Senadores, el morenista Adán Augusto López, exgobernador de Tabasco y ahora coordinador de la Junta de Coordinación Política en la Cámara Alta, dio una muestra de la soberbia con la que están arropados muchos en Morena tras su triunfo arrollador en las pasadas elecciones de julio y de cómo conciben la democracia.

Hizo alusión a un supuesto diálogo para burlarse de la oposición y de lo que esperan suceda en al menos el próximo medio siglo:

“…Y le dice, ay compañerito, no se preocupe, es solo un decreto. Pues sí, pero es un decreto que está acabando con todo. Y le dice, mire compañerito, ¿sabe cuál es la solución?, un decreto se remedia con otro decreto… El problema para ustedes, senador Cortés, es que yo veo cuando menos cincuenta años en que sea posible que ustedes tengan una mayoría calificada para revertir una reforma constitucional del talante de las que ahora se han aprobado en esta Legislatura”.

Si Porfirio Muñoz Ledo vaticinó que el Movimiento de Regeneración Nacional retendría el poder hasta el 2036, es decir, que después de López Obrador habría otros dos presidentes de Morena, el tabasqueño que quiso a toda costa arrebatarle la candidatura presidencial a Claudia Sheinbaum, ahora, con la soberbia a todo lo que da, burlonamente predice que tendrán el poder más allá del 2070, es decir, que después de la actual Presidenta vendrán al menos otros 7 presidentes de ese partido.

Otro medio siglo en el poder un mismo partido, antes, ahora y después, solo se logra mediante procesos antidemocráticos, aplastando a los rivales, concentrando el poder en unos cuantos, haciendo a un lado a las instituciones y manipulando el resultado de las votaciones.

¿Será que tenga que pasar medio siglo para que surja un liderazgo que quite a Morena de la presidencia?

No lo creo, pero por lo pronto, apenas en el arranque de Sheinbaum como presidenta y Rocío Nahle como gobernadora, las circunstancias actuales señalan que se ve complicado que en los próximos seis años los opositores puedan reorganizarse de tal forma que puedan conseguir lo que no pudieron ni arañar en este año.

Aquí en Veracruz, en donde habrán de elegirse el próximo año 212 alcaldes, todo pinta para que suceda algo parecido a lo acontecido en las primeras elecciones que enfrentaron los últimos cuatro gobernadores.

Tanto Fidel Herrera como Javier Duarte, Miguel Ángel Yunes Linares y Cuitláhuac García, en sus primeras elecciones ejerciendo el poder ganaron de calle los comicios.

Y decimos que todo apunta a que sucederá algo parecido y no igual, no porque la próxima Gobernadora vaya a tener triunfos un poco abajo de los de sus antecesores, sino porque es casi seguro que los superará al obtener más victorias, como cuando el PRI solo perdía cuando se dejaba.