Por José Luis Enríquez Ambell

En diversos medios de comunicación de Xalapa, Veracruz, y otras ciudades, así como en portales de noticias de amplia difusión social, se ha dado a conocer información relevante sobre el abandono de inmuebles ubicados en los centros históricos de diversas localidades, un tema de gran importancia en muchos sentidos.

Este fenómeno no se limita a asuntos de arquitectura o imagen urbana. Cada inmueble abandonado guarda una historia, y en algunos casos, un misticismo que despierta el interés de diversos actores sociales. Es una realidad que el número de sitios abandonados —casas, edificios y terrenos— continúa en aumento en los centros históricos de localidades como Xalapa, Veracruz, Coatzacoalcos, Córdoba, Orizaba, y Poza Rica, entre otros. Muchos de estos edificios, de arquitectura monumental, se han dejado deteriorar con el tiempo, y en el mejor de los casos, su uso es mínimo, quedando reducidos a elementos del paisaje urbano sin orden ni un aprovechamiento turístico, por ejemplo.

Lo que es innegable, sin embargo, es la falta de esfuerzo institucional por parte de algunas áreas municipales —Desarrollo Urbano, Protección Civil, Catastro, y el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH)— para abordar el tema de los inmuebles abandonados o en riesgo. Y es que poco se sabe de algunas acciones específicas en este sentido o, en su defecto, se comunica realmente muy poco al respecto.

Durante la administración de Don Hipólito Rodríguez Herrero, por ejemplo, se observó una marcada inacción en la capital del estado Xalapa, en cuanto a este problema, aunque el fenómeno se repite en otras localidades. Y cabe destacar que, según se ha informado, los Ayuntamientos, a través de sus áreas de Desarrollo Urbano y el INAH, mantienen un registro bien definido de estos inmuebles abandonados. Incluso, el INAH cuenta con un catálogo de dichos inmuebles y trabaja junto a Ayuntamientos para mantener una relación de predios baldíos en las zonas céntricas de las ciudades.

En muchos casos, el abandono de los inmuebles se debe a razones legales, como hipotecas, quizá juicios testamentarios o desinterés de los herederos para que se realicen intervenciones. Sin embargo, no deberían permitirse estas circunstancias y que conduzcan al olvido o la desidia, ya que el deterioro de estos sitios también representa un riesgo de accidentes.

DE SOBREMESA

Los xentros de localidades y ciudades o las Zonas de Monumentos Históricos en varios sitios de Veracruz,- creo y pienso,- merecen una revisión integral desde el decreto que los coloca con ese estatus y potenciar la utilidad turística y el desarrollo económico de nuestro estado a través de ellos.

UN CAFÉ LECHERO LIGHT

Esa revisión llevaría incluso a la necesidad de considerar presupuesto para evitar un mayor deterioro de los inmuebles que se consideran históricos, pero también buscar el alivio y la reparación de la infraestructura de esas zonas de los centros de ciudades y localidades en Veracruz.

Y es que en ciudades como Xalapa y Veracruz, por citar dos, son manzanas completas las que cubren los centros históricos y cuyo valor data incluso del siglo XVII sobre todo los relacionados con el uso religioso

UN CAFÉ CON PILONCILLO

Los Centros Históricos contienen dentro de su perímetro la memoria colectiva, que
se traduce en espacios y arquitectura, que explica nuestra experiencia como
sociedad, lo cual implica, reconocer y valorizar todas las etapas de la historia que
están representadas, de esta manera, la conservación de nuestro patrimonio histórico y artístico juntos – culturalmente – que nos dan identidad.

¡ES CUANTO!

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