El silencio de AMLO después de entregar el poder fue pensado para que en lo subsecuente y, por consenso morenista absoluto, sean las voces de la presidenta Sheinbaum y Andy López Beltrán las que más se escuchen y manden, en ese orden jerárquico.
Muchos comentan sobre la ausencia del tabasqueño en cualquier foro (incluso en redes sociales), y es que el exmandatario sabía que si continuaba mostrando presencia, acabaría robando foco a quienes de manera exclusiva deben tenerlo: su sucesora y su vástago presidenciable.
Sin embargo, fueron Andy López y su padre quienes diseñaron la idea de convertir a Morena “en el partido más grande del mundo”, por su número de afiliaciones e influencia en el espectro político continental. Es la primera gran acción del hijo de AMLO rumbo al 2030.
Me comentan que en una de las charlas para diseñar la cruzada que pretende llevar (cuando menos) 10 millones de ciudadanos a Morena, López Obrador afirmó que ellos no caerían en la soberbia que llevó al PRI a la obscuridad que es hoy. “Aquí no habrá rueda de la fortuna ni ciclo con principio y fin”, dijo.
Por eso, Andy López dio a conocer en reunión privada con morenistas el primero de los tres planes para que Morena nunca caiga, mismo que habrá de llevarlo (si todo le sale bien) a convertirse en uno de los aspirantes más serios para suceder a Sheinbaum en seis años.
Fueron Sheinbaum, AMLO y Andy López quienes seleccionaron a los que habrán de operar en campo la estrategia titulada “supremacía morenista”: Adán Augusto López, Ricardo Monreal, César Yáñez y Rosa Icela Rodríguez. “Todos de la mano y sin pisarse los pies”, me comentaron.
Para llevar 10 millones de ciudadanos a Morena en los próximos años, desplegarán un operativo más grande que aquel que involucró a los Servidores de la Nación; será algo mayúsculo, monumental, “algo que honre a mi padre”, dijo Andy López en aquella reunión privada.
Veremos qué ocurre, y si de verdad ocurre.
X: @aaguirre_g
Comentarios