Este domingo 22 de septiembre se llevó a cabo la última visita a Veracruz de Andrés Manuel López Obrador como Presidente.

En el bello puerto, AMLO fue recibido por el pueblo bueno y sabio con los gritos de “¡dictador!, ¡dictador!, ¡dictador!” y con una botella de agua que fue lanzada desde el respetable, y que nunca fue un riesgo a la integridad física del presidente ni de su fiel escudero, el inepto (AMLO dixit) gobernador Cuitláhuac García quien valientemente enseñó el pecho para que el proyectil le impactara, y aunque tampoco sucedió, él así lo hubiera querido, pues así el montaje de una supuesta agresión física se habría completado y el clamor y los gritos de “¡dictador!” en contra del presidente se habrían diluido.

Lo del montaje quedó evidenciado en redes sociales, pues fue identificado Jorge Cedillo Guevara, funcionario de la Secretaría de Gobierno en la Dirección de Política Regional (los conocidísimos ‘orejas’ y esquiroles del gobierno) como la persona que habría lanzado la botella.

El asunto es que la tarde de ayer, fue amarga para López Obrador, no el paseo dominical que él hubiera querido en su última visita a este pedacito de patria que sabe sufrir y cantar, y aunque al final le hayan amargado la visita, a estas alturas el daño está hecho.

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El cierre de las válvulas de la presa Yuribia en el municipio de Tatahuicapan, que surte de agua a buen parte de la zona sur del estado, ha dado mucho de qué hablar este fin de semana, sobre todo porque dejaron sin agua a los municipios de Coatzacoalcos, Cosoleacaque, Minatitlán y Chinameca entre otros.

Se comenta hasta el cansancio que un diputado local en franco declive, junto con una diputada federal de la zona que siente que realmente ganó por ella, son quienes le tienden la cama al diputado local electo, al profe Esteban Bautista.

A ellos se suma el nombre del presidente municipal de Tatahuicapan, Eusebio González, de quien sus gobernados aseguran “es un vulgar ambicioso y alcohólico”, quien se ha prestado a ser cómplice de estos dos diputados (el local que está por terminar su encargo y la diputada federal del distrito, que por cierto, es su «íntima amiga».

A ellos se les atribuye que la zona se descomponga, para que la gobernadora electa, Rocío Nahle, no vea bien al profe Esteban Bautista, pues su nombre crece día a día para jugar un papel protagónico en la próxima Legislatura del Estado.

No entienden que no entienden y buscan medrar con la política para sus intereses personales (como lo hizo este personaje), y ahora, al final de su períodos (fueron dos) tratan de seguir haciéndolo, aunque Nahle García no quiera saber más del tema… ni del mismo diputado.

Por eso, tanto Amado Cruz García como la misma Rocío Nahle deben buscar a los responsables de esta grilla barata en la actual legislatura estatal y también en la federal, porque le están descomponiendo el escenario para que se complique el inicio de su gobierno, y el alcalde Eusebio González se ha prestado para perjudicar el municipio donde reside oficialmente quien gobernará Veracruz.

Quien será secretario de Gobierno, el eficiente alcalde de Xalapa Ricardo Ahued, ya debe tener medidos a estos personajes, para que no sigan haciendo de las suyas.

El exhorto también es para Esteban Bautista, que ahora que entre a las grandes ligas del estado, no debe confiar ni en su sombra, como pasó con el alcalde de Tatahuicapan, que por su adoración al Dios Baco ha hipotecado hasta su integridad.

No cabe duda que la política es de intereses y de complicidades y en este caso ha podido más la complicidad, para buscar desacreditar a Esteban Bautista, el líder que siempre se ha preocupado por la sierra de Tatahuicapan.

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Para documentar el optimismo, al final del gobierno de Cuitláhuac García una nueva cloaca se destapa en una de las oficinas más cercanas a su despacho de Palacio de Gobierno y es una muestra más de que nunca supo qué pasaba en su administración.

Resulta que al interior de la Coordinación de Promoción de los Valores “Cívico” y Culturales, de la Secretaría de Gobierno (CPVCyC de la Segob) hay aprendices de “chapulines”, que aún no terminan sus encargos, pero ya se promueven sotto voce con el equipo de la gobernadora electa, aunque no sabemos si es o no del conocimiento, del flamante Carlos Alberto Juárez Gil, alias secretario de Gobierno, además que estos personajes realizan negocios personales con el cobijo de las siglas de Segob.

La 4T se resquebraja en la estructura gubernamental, la falta de orden y control propicia que los mandos medios enloquezcan de poder y apliquen la sabiduría popular con la frase “a río revuelto, ganancia de pescadores”.

La tristemente célebre CPVCyC es el botón de muestra.

A saber… en días pasados en la mentada Coordinación se sacaron de la manga un curso en Dirección Orquestal, que también fue un concurso, utilizando a la Banda Sinfónica del Gobierno del Estado, impartido por su flamante Director, Uriel Rodríguez Soto; el costo, dice la publicidad, es de 2 mil 250 pesos para los activos (¿WTF?) y 500 pesos para los oyentes.

Lo extraordinariamente extraño, es que la publicidad desplegada llevaba los logotipos oficiales del Gobierno del Estado de Veracruz, de la Secretaría de Gobierno y de la Coordinación de Promoción de los Valores Cívicos y Culturales, pero la solicitud, registro, inscripción y pago, había que realizarla en el site –personal-: www.urielrodriguezsoto.com/conductingacademy

El gancho publicitario, fue que los propios integrantes de la Banda Sinfónica votarían para elegir directora o director ganador, quien sería invitado a dirigir en un concierto de la temporada enero-julio 2025, es decir cuando ya habrá un nuevo gobierno en Veracruz.

Por otro lado, ¿sabrá el secretario Carlos Alberto Juárez Gil y el mismísimo Gobernador -que ayer quiso poner su espada en prenda para defender a su tlatoani-, Cuitláhuac García Jiménez, que estos cursos se cobran sin pasar por la administración estatal?, ¿está Sefiplan enterada de estas entradas?

Y para chingarla de acabar, la cosa no termina ahí, pues apenas el pasado viernes 20 de septiembre, a través de la cuenta oficial de Facebook de la Coordinación de Promoción de los Valores Cívicos y Culturales, compartieron un post, con el siguiente texto:

“¡Estamos muy emocionados de compartirles que gracias a la recaudación del «Curso de Dirección Orquestal de la Banda Sinfónica del Gobierno del Estado de Veracruz», dirigido por el Mtro. (sic) Uriel Rodríguez Soto, hemos logrado grandes avances para la ejecución musical y comodidad de los maestros que integran esta centenaria agrupación. Agradecemos a todos los que formaron parte de esta experiencia única. ¡Juntos seguimos impulsando la música y la cultura en nuestro Estado!”, acompañado de una fotografía de unas sillas de oficina.

Es decir, que con lo recaudado habrían adquirido las sillas para los maestros que integran la Banda, la cuestión es, ¿si el dinero que recaudaron es el total del monto de las sillas?, se antoja poco (muy poco) creíble.

Además, porqué pregonar esto como “un triunfo”, si existe una partida especial para la compra de mobiliario para la Banda.

La pregunta que está en el aire es ¿dónde está el dinero que ingresó por concepto del curso?, ¿será que tanto el coordinador de la CPVCyC Zabdiel Ceballos Gómez; la subcoordinadora Saidy Castillo, o el director de la Banda Uriel Rodríguez Soto, estarán coludidos para “jinetear” dinero público o dobleteando el recurso que destinan de Gobierno de Estado?, que conste que son preguntas.

Por cierto, Saidy Castillo fue promovida de cantante a subcoordinadora, por supuesto no tiene nada de malo, cuando hay calidad y capacidad, pero esta promoción escalafonaria fue por recomendación de su tío Jorge Ladrón de Guevara, director de CAEV, pues eso del nepotismo no se da en la cuatroté.

Y ya para terminar, el propio Coordinador de Valores Cívicos y Culturales, Zabdiel Ceballos Gómez, y a pesar de que ya hay secretaria de Cultura designada por la gobernadora electa Rocío Nahle, insiste en promoverse como Secretario de Cultura, ¿con la venia de Juárez?

¡Qué barbaridad!
deprimera.mano2020@nullgmail.com