La defección del clan Yunes de El Estero, que ayer, después de cuatro días de incertidumbre y alud de rumores finalmente confirmaron padre e hijo al validar cada uno en su turno ante el Pleno del Senado la polémica reforma judicial impulsada por el presidente Andrés Manuel López Obrador, está por generar una inesperada implosión en el panismo veracruzano de la que aún se ignora su magnitud, además de los impredecibles daños colaterales que evidentemente le generarán a las huestes radicales de Morena en la entidad por esta alianza política contra natura que los líderes congresistas del partido de la 4T se vieron forzados a hacer con esta desacreditada familia veracruzana de la oposición neoliberal a la que sus gobernantes en la entidad, el saliente Cuitláhuac García y la recién electa Rocío Nahle, han repudiado públicamente y le guardan un fuerte resentimiento.

En el caso del PAN están por verse las consecuencias inmediatas, pues el Comité Directivo Estatal del partido blanquiazul está en manos de representantes incondicionales del grupo yunista. ¿Qué pasará si la dirigencia nacional que todavía preside el senador Marko Cortés –quien ayer le dijo en su cara “traidor” a Miguel Ángel Yunes Linares, cuando el ex gobernador suplió al inicio de la sesión plenaria a su primogénito Yunes Márquez, quien es el senador propietario– cumple su palabra de expulsar de sus filas al par de militantes desleales que negociaron para su beneficio personal y familiar con los operadores legislativos de Morena el voto a favor de la reforma al Poder Judicial de la Federación?

El conflicto intrapartidista obviamente afectará al instituto político blanquiazul en el proceso electoral que está por iniciar para la renovación de los 212 ayuntamientos del estado, cuyos comicios se realizarán el 1 de junio de 2025.

Pero, además, otro partido en el que seguramente también generarán turbulencia las presuntas negociaciones de Yunes Linares será el Verde Ecologista, pues según la versión publicada este lunes por el columnista de Milenio, Ricardo Raphael, sobre las supuestas concesiones que le habría hecho al panista veracruzano el coordinador de Morena en el Senado, anota que “hay un acuerdo más que tiene muy enojada a la gobernadora electa Rocío Nahle: en la misma reunión, Adán Augusto se comprometió a respetar el dominio político de la familia Yunes sobre los municipios de Veracruz y Boca del Río, donde el PVEM serviría como vehículo para promover las futuras candidaturas políticas propuestas por el clan”.

Si esto deveras lo acordó el ex secretario de Gobernación, ¿cómo van a reaccionar los aspirantes de Morena a las alcaldías de la zona conurbada porteña, así como los ex priistas que en el pasado proceso electoral se sumaron a la 4T enrolándose en las filas del partido del tucán, como la ex diputada Anilú Ingram Vallines, quien ya anda en precampaña por la alcaldía de Veracruz? ¿Y las diputadas local y federal morenistas, Bertha Ahued Malpica y Rosa María Hernández Espejo, ambas cercanas a Nahle, que también pretenden suceder en la presidencia municipal a Patricia Lobeira, la nuera de Yunes Linares? ¿Y el flamante diputado local electo Pepín Ruiz, otro ex militante del PRI cooptado por la 4T? Y ya ni hablar de Ricardo Exome, ex diputado federal y actual suplente del senador Manuel Huerta, quien nuevamente aspira a la alcaldía luego de que en 2021 perdió la elección municipal por un apretado margen de 3 mil votos ante la esposa de Yunes Márquez.

El flamante diputado federal plurinominal Javier Herrera Borunda, secretario de Organización del CEN del PVEM e hijo del exgobernador priista Fidel Herrera Beltrán, ¿permitirá que le cedan ambas candidaturas al clan del histórico enemigo político de su padre? Bueno, si se lo ordena el senador chiapaneco Manuel Velasco, por supuesto que… ¡yes!

Sin embargo, como ya lo consignó desde el pasado lunes el columnista de Milenio, Ricardo Raphael, en su texto titulado “Yunes será el traidor”, poco importa este supuesto acuerdo del panista veracruzano con el coordinador de los senadores de Morena, Adán Augusto López, pues el autor de la columna Política Zoom vaticinó que “esta semana el apellido Yunes quedará labrado en la oscura piedra de la historia mexicana que colecciona los nombres de los traidores; el peor de todos, el del senador Yunes Márquez, quien no supo decirle que no a su truculento padre”.

Precisamente ayer, en el debate legislativo, el senador y dirigente nacional panista Marko Cortés le recordó a Yunes Linares “cuando fuimos al café de La Parroquia, querido Miguel, a defender a tu hijo en una rueda de prensa. Ahí estuve. A señalar a Cuitláhuac (García), a señalar a la hoy gobernadora electa (Rocío Nahle), juntos. Que tú me dijiste ‘vamos a La Parroquia, vas a ver qué buena sensación de la gente’. No sé ahora, querido Miguel, si vayas a poder presentarte en La Parroquia, porque tal vez te van a decir ‘traidor’. Traidor no al PAN, te van a decir traidor a la patria”.

Y es que después de la tunda mediática y en redes sociales que se llevaron este martes padre e hijo por su incongruencia y traición, ahora, efectivamente, los Yunes corren el riesgo de ser abucheados también en el popular café porteño tal como los comensales, algunos identificados con el clan panista, le dedicaron a Rocío Nahle previo al inicio de su campaña por la gubernatura en el malecón del puerto de Veracruz a finales de marzo de este año.