Estudiantes de diversos programas educativos (PE) de las Áreas Académicas de Ciencias de la Salud y Biológico-Agropecuaria de la Universidad Veracruzana (UV) hicieron una estancia intersemestral de investigación en el Instituto de Salud Pública (ISP), donde colaboraron en el proyecto “Biomarcadores para la detección temprana del carcinoma hepatocelular”.

A lo largo de tres semanas, Erick Oswaldo Vargas Alameda, de séptimo semestre de la Facultad de Bioanálisis; Monserrat Trejo Valencia, quien cursa el tercer semestre de la Licenciatura en Biología, y Yafeth Iván Parada Mares y Ricardo Abiu Romero Zárate, ambos de tercer semestre de la Licenciatura en Médico Cirujano, región Coatzacoalcos-Minatitlán, acumularon nuevos conocimientos teóricos y prácticos en el Laboratorio de Enfermedades Hepáticas del ISP.

Rebeca García Román, investigadora de este instituto e instructora del curso, dio a conocer que el cáncer hepático es una enfermedad con una de las tasas más altas de morbimortalidad. Lamentablemente, alrededor de los siguientes cuatro meses posteriores al diagnóstico, el 85% de los pacientes llega a fallecer.

Son muchos los factores que la originan; el hígado graso es uno de los principales, causado por adicciones como el alcoholismo, pero también por el virus de hepatitis.

Por ello, desde 2011 el ISP implementó un proyecto de diagnóstico temprano y oportuno del padecimiento mediante la colecta de muestras de pacientes, lo cual no es sencillo puesto que algunos fallecen durante el proceso. A partir de 2018 se han centrado en el desarrollo de biomarcadores.

Un biomarcador es una proteína de fácil acceso para ser evaluada; circula en sangre, orina, saliva, lágrima y líquido cefalorraquídeo. La colecta de dicha muestra no es tan invasiva como una biopsia de hígado, donde se requiere de un proceso más complicado.

“Un biomarcador es una proteína, un gen, algo que circula en nuestro cuerpo y puede ser extraído de una forma más fácil.”

Señaló que la alfafetoproteína es un marcador para cáncer hepático, el único que se ha estudiado en profundidad, pero existen otros más sensibles. El objetivo es mezclarlos para aumentar la sensibilidad y especificidad.

“Aun cuando la alfafetoproteína es muy buena, tiene una especificidad más baja, lo que se busca en este tipo de enfermedad es aumentarla.”

Una vez que se logre evaluar que en conjunto esas proteínas mejoran la calidad diagnóstica, se hará una prueba con una población más amplia”, aseguró Rebeca García, especialista en biología celular.

El propósito es sugerir la mejora del diagnóstico de las personas dentro de las guías de práctica clínica en México.

En el marco de dicho proyecto, los jóvenes universitarios aprendieron lo relacionado con cáncer hepático, factores de riesgo, qué lo produce, y algunas formas de diagnóstico temprano a través del desarrollo de los biomarcadores.

Con relación a este último aspecto, aplicaron y estandarizaron una técnica llamada Western Blot, en la que se combinan esos biomarcadores. De igual forma, analizaron muestras de pacientes del Centro Estatal de Cancerología “Dr. Miguel Dorantes Meza”, quienes padecen cáncer de hígado.

Desde pequeño, Erick Oswaldo Vargas Alameda ha tenido contacto con hospitales por la profesión de su mamá, quien es enfermera. Gracias a ello su gusto por la ciencia se ha intensificado, pero sobre todo su interés por el estudio hepático, pues el hígado es uno de los órganos más vitales del organismo.

Al compartir su experiencia, expresó: “Tienes que impulsar tu creatividad al momento de realizar la técnica de Western Blot, cualquier detalle es importante para llevarla a cabo, es muy interesante y es una experiencia que me ha gustado mucho”.

Al buscar acercarse a la investigación, Monserrat Trejo Valencia vio en esta estancia una oportunidad de lograrlo, de reunir conocimientos y experiencia.

“Es algo muy enriquecedor, es una puerta hacia la investigación, sobre todo las prácticas en el laboratorio, el procesamiento de muestras y el registro de expedientes.

Por su parte, Yafeth Iván Parada Mares se enteró del curso por medio de una compañera que recientemente hizo esta misma estancia. A pesar de pertenecer a la región Coatzacoalcos-Minatitlán, no le importó trasladarse con sus propios recursos a la capital del estado para adquirir nuevas orientaciones y capacidades.

“La práctica en el laboratorio fue muy interesante, había estudiado este tipo de técnicas pero no tenía una noción real y la doctora nos brindó la oportunidad de acudir al hospital para el análisis de expedientes.”

Expuso que como médicos tienen la responsabilidad y compromiso de generar empatía con los pacientes, “nosotros quizá vemos números, pero son personas que están pasando por una enfermedad”.

Ricardo Abiu Romero Zárate, del mismo campus, se mostró satisfecho de haber participado en la estancia. “Aprendimos muchas cosas de las técnicas diagnósticas de la enfermedad, pero no sólo ello, también de mis compañeros y de los investigadores que nos rodearon durante esta experiencia”.

AVC

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