En una publicación del medio FirmasMx, Jorge Carreño describe el drama que desató Cuitláhuac García al asegurar que no dejará la gubernatura de Veracruz en un alarde de «heroísmo administrativo».

Parece que los aspirantes a una nueva vida en Ciudad de México tendrán que hacer maletas una vez más… pero no para mudarse, sino para desempacar. El gobernador Cuitláhuac García Jiménez ha decidido que no va a asumir la Comisión Nacional para el Uso Eficiente de Energías (CONUEE) hasta después del 1 de diciembre. Así que, en un giro inesperado que no figura en ningún guion, ha solicitado una prórroga a la presidenta electa Claudia Sheinbaum Pardo, pidiéndole “que le aguante tantito”.

El drama se desató en el programa Ocho Columnas de RTV, donde el gobernador reveló su sorprendente solicitud. En un alarde de heroísmo administrativo, García Jiménez explicó que necesita tiempo adicional para terminar una serie de pendientes que, según él, son tan urgentes que ni el calendario puede detenerse para resolverlos. En otras palabras, parece que la lista de tareas pendientes en Veracruz se ha convertido en un desafío de proporciones casi épicas.

En el palacio de Gobierno y en el Legislativo, las caras largas estaban a la orden del día. Los que ya se estaban despidiendo de Veracruz con una lágrima en los ojos y un boleto de avión en la mano, ahora tendrán que reacomodar sus planes. Algunos, que de repente sintieron un amor profundo por el cambio climático, haciéndose pasar por defensores del medioambiente, no han tomado muy bien la noticia de que García Jiménez seguirá al mando hasta diciembre.

Y, por supuesto, el momento más conmovedor de esta telenovela política ocurrió durante el último informe de gobierno. La tarde del domingo pasado, en el auditorio “Benito Juárez”, el gobernador se mostró con los ojos llorosos, como si estuviera a punto de despedirse de un amor eterno. ¿Melancolía del poder? ¿O simplemente un gesto teatral digno de un drama de sobremesa? Nadie lo sabe, pero su rostro estaba cargado de nostalgia y tristeza.

En la televisora oficial, García Jiménez defendió su solicitud de prórroga como si fuera una cuestión de vida o muerte para el futuro de Veracruz, subrayando que es la presidenta electa quien tendrá la última palabra. Mientras tanto, el pequeño grupo de “selectos” que esperaban ansiosos su traslado a la capital se enfrenta ahora a la incertidumbre. Quizás Claudia Sheinbaum se arrepienta y decida mandar a otro aliado a la CONUEE, dejando a nuestros protagonistas en el limbo de la espera.

En resumen, la mala noticia es que Cuitláhuac García diferirá su toma de posesión en Ciudad de México, dejando a su reducido grupo de seguidores en la incertidumbre más prolongada de sus vidas. La buena noticia es que, mientras tanto, podrán disfrutar de sus prestaciones completas, aguinaldo y, por supuesto, esos codiciados “bonos de productividad” (no vaya a ser que trabajen demasiado).

Así que, si alguna vez pensaron que la vida política era aburrida, piensen de nuevo. El espectáculo continúa, y los actores aún tienen mucho que desempacar.