Prefacio.

Hasta la oficina de la gobernadora electa, Rocío Nahle, han llegado las versiones de que un dirigente obrero, recién incorporado a las filas de Morena, anda presumiéndole a todo el que lo quiera escuchar, que él “le metió mucho dinero” a la campaña de la exsecretaria de Energía y que, por lo tanto, tendrá “carta abierta” para hacer negocios en el próximo gobierno estatal. *** Las versiones identifican al aún diputado local Enrique Santos Mendoza, quien llegó a esa posición gracias al respaldo que en su momento le concedió el dirigente nacional de Catem (Confederación Autónoma de Trabajadores y Empleados de México), Pedro Haces, y que decidió “brincar” a Morena cuando el partido que lo impulsó, Fuerza por México, perdió su registro en la entidad. *** Conocedores del tema advierten que las historias del legislador deben ser tomadas con seriedad, pues es un secreto a voces que su extraordinaria solvencia financiera estaría vinculada con negocios poco claros, lo que podría afectar la imagen de la gobernadora electa. *** Enrique Santos enfrenta, a su vez, un acto de traición en sus filas, pues uno de sus “pupilos”, Jonathan González Alejandro, está “afiliando” a trabajadores materialistas en una organización que carece de reconocimiento formal. *** Enrique santos tiene ya muchos años metido en “la grilla” de Veracruz y seguramente recuerda cómo el entonces gobernador, Javier Duarte, presumía de su cercanía con el presidente Enrique Peña Nieto, y con frecuencia hacía referencia al fuerte respaldo financiero que le brindó durante la campaña presidencial. *** Hoy ya sabemos dónde terminó Javier Duarte. No vaya a ser que al dirigente obrero le pase algo parecido.

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Una vez que se conocieron los resultados de la elección del pasado 2 de junio, Cuitláhuac García parece haber soltado la presión que lo agobiaba. Apenas en la víspera seguía preocupado por el resultado de la contienda por la gubernatura y sabía que, en caso de que su candidata perdiera, su futuro se habría de complicar.
Para su fortuna -y la de muchos que “se colgaron” de su cercanía con él- Rocío Nahle consiguió un triunfo contundente, lo que le permitió al gobernador, incluso, presumir de su “capacidad de operación”, lo que por supuesto nadie tomó en serio.
Luego de ese resultado, Cuitláhuac García ha trabajado en dos frentes: con el presidente López Obrador, para que “le recuerde” a Claudia Sheinbaum que le prometió una posición en su gabinete, y con la que será su sucesora, Rocío Nahle, a la que “le vende” todos los días lo “eficientes” que son sus colaboradores y “lo útil” que sería mantenerlos en la nómina.
En el primer caso, López Obrador -dicen los que de esto saben- sí le ha mencionado a su próxima sucesora el caso de Cuitláhuac García, aunque le ha dejado claro que ni el compromiso es tan fuerte, ni la posición que le vaya a dar debe generarle problemas a ella. Es por eso por lo que no le tocó ninguna Secretaría de Estado y ahora aspira a una “jugosa” empresa de la administración federal. Una en la que se pueda llevar a “su gente”.
Con Rocío Nahle las cosas no han sido mejor. La próxima gobernadora tiene claro que Cuitláhuac García está buscando proteger a verdaderos traidores. Sabe sus nombres y conoce todas las fechorías que han cometido en los años recientes. En sus charlas con el aún gobernador, Rocío Nahle “le da por su lado” y le promete que habrá de cuidar a “su gente”, pero al mismo tiempo instruye a su equipo de transición que documenten todas las irregularidades que detecten, para hacer que los responsables paguen.
A Cuitláhuac García le preocupó lo publicado por la periodista Peniley Ramírez, acerca de la actividad en Veracruz de aeronaves vinculadas con Joaquín Guzmán López, uno de los hijos de “El Chapo” Guzmán.
Sin la suficiente información y sólo para “escurrir el bulto”, el gobernador veracruzano dijo que “ya se investiga” la presencia de esas naves “en tiempos del duartismo”, lo que de inmediato fue aclarado por la periodista: la información que ella posee se refiere a la presencia de esos aviones en pistas veracruzanas apenas el año pasado.
Muy cara le puede resultar al gobernador ese gazapo. Ya se verá.

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Epílogo.

Y a propósito de “protegidas” del gobernador, en los pasillos de la Fiscalía General del Estado (FGE) corre cada vez más fuerte la versión de que ya les pidieron sus respectivas renuncias a la titular de ese organismo (Verónica Hernández) y a la magistrada presidente en el Tribunal Superior de Justicia (Lisbeth Aurelia Aguirre). *** Con ellas, dicen, se irán los verdaderos operadores de la justicia en Veracruz, sujetos de bajo perfil que ponen y quitan fiscales y jueces. *** Algo parece saber -aunque no lo quiera decir- el senador electo de Morena, Manuel Huerta, que insiste en que se investigue a las empresas que han sido contratadas para dar mantenimiento a las carreteras de la entidad. *** Las condiciones de esas vías de comunicación son, por decir lo menos, deplorables y el actual gobernador se ha limitado a anunciar que “se van a reparar”. *** Las instancias federales recuerdan que el presidente López Obrador dio instrucciones para que el Ejército Mexicano se hiciera cargo del mantenimiento de las principales carreteras y, por lo tanto, están en espera de que esa tarea se lleve a cabo. *** Manuel Huerta Ladrón de Guevara insistió en que se debe hacer “una revisión exhaustiva” de las obras carreteras construidas con recursos federales en Veracruz, “porque no corresponden a las condiciones en las que se encuentran los tramos, principalmente en la zona norte”. *** Manuel Huerta presume que ha recorrido toda la entidad y por las condiciones en las que se encuentran todas esas vías de comunicación, considera que se pudo haber usado material de mala calidad o incluso pudo haber habido fraude: “Hay que revisar qué pasó, porque no puede ser que hagan obras de mejoría, de mantenimiento, obras nuevas y en muy poco tiempo se descompongan. Quiere decir que hubo mala calidad, falta de supervisión, fraude y alguien tiene que aclarar esto. Se deben reponer porque hay vicios”. *** Y no se contuvo para mencionar las instrucciones que en su momento dio López Obrador: “Recuerdo que el presidente se preocupó, le pidió en ese momento al que era el Delegado de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) que hiciera trabajos, y estos no duraron. Entonces hay que revisar (…) no sólo el estado de las carreteras, porque eso es evidente y cualquiera lo puede ver, sino también que habrá que verificar qué empresas estuvieron involucradas; si no cumplieron con los contratos, si hubo vicios ocultos, irresponsabilidad o si no se cumplieron los márgenes de grosor de las carreteras”. *** Alguien tendrá que rendir cuentas.