El jueves pasado, mientras Rogelio Ramírez de la O, titular de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), aseguraba que el Producto Interno Bruto (PIB) de México podría crecer hasta 1.4% más si se sustituyen las importaciones de China, Rocío Nahle festinaba su encuentro con Zhang Run, Embajador Extraordinario y Plenipotenciario de China en México.

El entusiasmo de la ex Secretaria de Energía contrasta con el pesimismo del gobierno de López Obrador y la iniciativa del llamada “Plan México” para replantear la relación comercial con China y fortalecer el papel estratégico del Tratado de Libre Comercio con América del Norte.

El apresurado anuncio de Rocío Nahle de una eventual relación comercial con el gigante asiático y la promesa de inversiones podría naufragar entre la contradicción y la ocurrencia.

Ramírez de la O dijo el jueves que se debe hacer una revisión del comercio entre México y China al considerar que “no es recíproco”. “México tiene que hacer su propia revisión, porque nosotros compramos a China 119 mil millones de dólares por año y vendemos a China 11 mil millones y no nos compra. Y eso no es un comercio recíproco», lamentó el funcionario.

La reserva a tener tratos comerciales con China no se quedó ahí. El gobierno mexicano ha dicho que, si producimos sólo 10% de lo que actualmente importamos de China, el impacto al derramarse esa demanda en la región causaría que el PIB de México aumente en 1.4 puntos porcentuales. En cuestión de empleos, se crearían 560 mil puestos de trabajo en México.

En el dicho del gobierno mexicano, China se ha convertido en un lastre.

Tal vez por ello, el Presidente también ha pintado su raya con China. Hace un año, desechó la idea de que nuestro país se una al bloque económico compuesto por China, Brasil, Rusia, India, y Sudáfrica (BRICS) para enfocarse en su relación comercial con Norteamérica.

Entonces, frente al rechazo del gobierno mexicano al que perteneció, ¿qué hacía Rocío Nahle en la oficina del embajador Chino el jueves pasado? ¿Cuáles son las consecuencias económicas y políticas que habremos de enfrentar los veracruzanos por la innecesaria apuesta de traer a los chinos a Veracruz, cuando la urgencia es reforzar el TLC con Estados Unidos y Canadá?

Según Nahle, Veracruz requiere potenciar las riquezas que existen en cada una de sus regiones para generar a la par, empleo, derrama económica y mejor calidad de vida. “Hoy nos ofrecieron una cena en la residencia oficial de la Embajada de China, donde intercambiamos experiencias para aprovechar nuevas oportunidades entre Veracruz y Asia”, presumió en redes sociales.

Por supuesto que nadie está en contra de eso. Todas las inversiones que vengan a Veracruz y que se realicen en un marco de legalidad, respeto al medio ambiente y los derechos de los trabajadores, siempre serán bienvenidas por necesarias.

Lo que ha sembrado serias dudas es que si la zacatecana piensa actuar en contra de la lógica del Presidente López Obrador en el caso de China, o se trata de un nuevo “lapsus” -como sucedió tantas veces en campaña- derivado de la ignorancia de quienes se encargan de asesorarla.

China parece no ser muy bienvenida en México, sólo en Veracruz.

La puntita

El valor y el coraje de los deportistas mexicanos en los JO de Francia 2024 contrasta con el cinismo de un gobierno que los abandonó y hoy exige resultados. ¡Las medallas han sido una bofetada para una Conade arrogante y corrupta!